Charles Darwin y el descubrimiento de la evolución.
El viaje del Beagle. En 1831, Robert Fitzroy (1805 – 1865) naviero y teniente de la marina buscaba un licenciado y naturalista para acompañarlo en una expedición en un pequeño barco velero de unos 27 metros de eslora y unos 7,5 metros de ancho llamado Beagle II. Así fue como Darwin con tan sólo 22 años comenzó un viaje de casi 5 años a bordo del Beagle. El Beagle inició el viaje el 27 de diciembre de 1831 y finalizó el 2 de octubre de 1836. El objetivo de la expedición dirigida por Fitzroy era cartografiar las costas de Sudamérica (la Patagonia, la Tierra del Fuego, las costas de Chile, Perú…) la realización de algunas medidas alrededor del mundo.
Durante cinco años de travesía, Darwin llevó un diario de campo sobre biología, geología y antropología. Tomó notas y observaciones detalladas sobre los animales, las plantas, las aves y los insectos autóctonos de los lugares que visitó. Entre otros: Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Perú, el archipiélago de las Galápagos, Tahití, Nueva Zelanda y Australia.
EL VIAJE DEL BEAGLE
En Bahía Blanca descubrió los restos fósiles de unos caparazones que cubrían el cuerpo de una gran animal. Tenía 4,5 metros de largo y una tonelada de peso y se llamaba Glyptodon. Era parecido a un armadillo pero de gran tamaño. Más al sur de la costa atlántica Sudamericana encontró dos especies distintas de ñandúes en territorios separados: Rhea americana (más al norte) Rhea darwinii (más al sur)
El tercer punto clave fueron las islas Galápagos El tercer punto clave fueron las islas Galápagos. Darwin observó los dos animales más típicos de estas islas: las tortugas galápagos y las iguanas.
Observó dos tipos de tortugas: las terrestres, que tenían la parte delantera del caparazón doblado hacía arriba, con el cuello más largo lo que le permitía comer las hojas altas de los arbustos las costeras con el caparazón en forma de domo.
También observó dos tipos distintos de iguanas: unas negras que vivían en la costa otras con colores más vivos que vivían en el interior
El origen de las especies de Darwin. De vuelta en Londres, Darwin comprendió poco a poco cómo podían variar las especies y cuáles podían ser los mecanismos de la evolución. Pasaron más de veinte años antes de publicar sus ideas. En aquella época predominaba el Fijismo y el Creacionismo. En 1859 se publicó el libro El origen de las especies de Charles Darwin, donde exponía su teoría de la evolución de todos los seres vivos. Darwin pasó el resto de su vida trabajando para defender su teoría y entendiendo sus implicaciones.
El origen de las especies de Darwin. Darwin en su teoría proponía que dentro de los individuos de una misma especie hay variabilidad y que las especies no permanecían invariables a lo largo del tiempo, sino que unas evolucionaban a partir de las otras. Esto ocurría porque había algunos individuos que presentaban unas características favorables que les permitían sobrevivir en situaciones adversas y por lo tanto se reproducían más.
La evolución y sus pruebas. Pruebas biológicas. La disposición y estructura de los huesos en animales emparentados demuestra que se trata de adaptaciones de una única anatomía de un antepasado común. La presencia de órganos vestigiales, que no tienen utilidad en la especie actual pero indica la existencia de antepasados de formas de vida muy diferentes. Todos los seres vivos tienen ADN, las mismas proteínas y reacciones químicas, lo que indica que toda la vida está emparentada.
La evolución y sus pruebas. 2. Pruebas paleontológicas. Los fósiles aportan valiosa información sobre los antepasados de especies actuales. Con esto podemos plantear el árbol de la vida, en el que todos los seres vivos procedemos de un mismo tronco. 3. Pruebas moleculares. Las mutaciones (cambios en el ADN) suceden a un ritmo constante, con lo que estudiando las diferencias entre 2 especies o grupos podemos saber su parentesco y el momento de su separación.