Para memorizar
INTRODUCCIÓN La misericordia es pare de la respuesta de Dios a la fragilidad humana. La palabra hebrea para “misericordia” es hesed, que significa “amor leal” o “ bondad amorosa”. La palabra griega es eleos, que significa tener una profunda preocupación por el bienestar de los demás. La misericordia es una cualidad divina que encontramos tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. Es notorio que, en las instrucciones para la construcción del Santuario del Antiguo Testamento, en Éxodo 25, Dios le haya dicho a Moisés que construya un “propiciatorio” [“asiento de la reconciliación”, JBS] de oro puro como cubierta para el arca del pacto en el Santuario (v. 21), aunque “propiciatorio” es una palabra diferente de hesed. Nuestro Salvador experimentaba una tierna simpatía por los pobres y dolientes. Y si nosotros somos seguidores de Cristo debemos cultivar también la compasión y la simpatía. El amor por la humanidad doliente debe reemplazar a la indiferencia por la aflicción humana. La viuda, el huérfano, el enfermo y moribundo, siempre necesitarán que se les ayude. Entre ellos existe una dorada oportunidad para proclamar el evangelio y para poner en alto el nombre de Jesús, la única esperanza y consolación del ser humano… Si acudimos a Jesús y obtenemos de él conocimiento, fortaleza y gracia, podremos impartir su consuelo a los demás, porque el Consolador está con nosotros (Consejos sobre salud, p.34) Reflexionemos: Que tanta misericordia tienes y sientes por las personas que te rodean incluso por familiares que se encuentran en extrema necesidad.
LAS PRIORIDADES DEL REINO Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? (Mateo 6:25) ¿Cuál es la seguridad que se nos da en estos versículos y cómo debería impactar esta seguridad en nuestras prioridades? Como dejaron en claro las enseñanzas de Jesús y los autores del Nuevo Testamento, quienes deciden vivir como miembros del Reino de Dios lo hacen con un conjunto de valores y prioridades diferentes de los del mundo. Jesús enseñó que “la vida [es] más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido” Estas cosas son importantes, por supuesto, pero debemos verlas a la luz del Reino de Dios; lo que significa que debemos volver a priorizar nuestra vida en forma real y práctica. No tenemos tiempo para prestar una preocupante consideración a lo que comeremos y beberemos, y a con qué nos cubriremos. Vivamos en forma sencilla, y trabajemos con sencillez. Vistamos de una manera tan modesta y apropiada que seamos recibidos donde quiera que vayamos. Las joyas y los vestidos costosos no nos darán influencia. Pero el ornamento de un espíritu manso y pacífico –resultado de la devoción al servicios de Cristo – nos dará poder con dios. La bondad y la consideración en favor de los que nos rodean son cualidades preciosas a la vista del cielo. Si habéis dado atención a la tarea de adquirir estas gracias, hacedlo ahora, porque no tenéis tiempo que perder (Mensajes selectos, tomo 3 p. 284) REFLEXIONEMOS: ¿Dónde está la línea entre obedecer a las autoridades y defender a quienes podrían ser víctimas de una autoridad opresiva?
FATIGA POR COMPASIÓN Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. (Santiago 1:6). ¿Qué papel debe desempeñar la oración en la acción cristiana? ¿Qué sugiere Santiago 2:15 y 16 acerca de cómo podemos contribuir para que nuestras oraciones por los demás sean respondidas? Existen varias actitudes y actividades que pueden ayudarnos a dar respuestas positivas a los necesitados: Compasión: Necesitamos fomentar y conservar nuestra sensibilidad por el sufrimiento. Jesús era muy consciente del mal y el dolor que lo rodeaba; sin embargo, siguió siendo compasivo. Así también nosotros. Educación: Escuchar, aprender y la educación pueden ayudarnos a encontrar caminos para comenzar a deshacer la injusticia, aun cuando progresos mayores parezcan imposibles. Oración: También necesitamos orar pidiendo ojos que vean y oídos que escuchen. Jesús mismo nos enseño a orar: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:10). Expectativas: Otro elemento importante en la obra de aliviar el sufrimiento es tener expectativas adecuadas, dada la complejidad de las circunstancias sociales, políticas y personales. “Cada día de nuestra vida hacemos frente a nuevas obligaciones. La terminación de un deber es el comienzo del otro. Nuestra vida ha de emplearse en un solemne servicio en favor del Maestro. Somos los siervos del Señor. Los miembros de la iglesia de Cristo han de ser ejemplos de una vida de servicios, una vida de completa obediencia a nuestro gran Ejemplo” (Hijos e hijas de Dios, p. 267) REFLEXIONEMOS: Estamos orando para que Dios nos dé un mayor sentido de estas realidades y la capacidad de escuchar, discernir y, entonces, responder con fidelidad.
GENEROSIDAD Inclina mi corazón a tus testimonios, Y no a la avaricia. Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino. (Salmo 119: 36 y 37) ¿Qué enseñan los siguientes textos sobre la generosidad hacia los necesitados? Levítico 25:35-37; Salmo 119:36; 2 Corintios 8:12-15; 1 Juan 3:16-18; 1Timoteo 6:17-19. El recurso más obvio para responder a las necesidades y la injusticia de la gente, que Juan identifica en su carta, es el dinero. A lo largo de toda la Biblia, la generosidad con lo que tenemos es una respuesta esperada y práctica a quienes no tienen suficiente para vivir bien. La generosidad es una actitud hacia la vida, que es amplia, audaz y abarcadora. Demasiadas cosas en nuestra vida individual, en la sociedad y la cultura nos impulsan a centrarnos en nosotros mismos. Y, seamos realistas: para la mayoría, el modo predeterminado es siempre yo, yo, yo. Los actos de generosidad y benevolencia fueron concebidos por Dios para mantener tiernos y llenos de compasión los corazones de los hijos de los hombres, y para estimular en ellos un interés y afecto mutuo en imitación del Maestro, quien por nuestra causa se hizo pobre, para que a través de su pobreza nosotros fuéramos enriquecidos. La ley del diezmo fue fundada sobre un principio permanente y fue ideada para ser una bendición para el hombre. (Testimonios para la iglesia, tomo 3, p. 599). REFLEXIONEMOS: Además de dar dinero, incluso con generosidad, ¿de qué otras formas debemos manifestar un espíritu generoso?
TRABAJAR POR LA PAZ Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. (Mateo. 5:9) En la clase de mundo en el que vivimos, ¿cómo hacer lo que Jesús dice aquí? En última instancia, ¿cuánto éxito podemos tener? La guerra es la actitud que tienen las naciones y también existe entre las personas y estas suceden por diferentes razones, causando sufrimiento y años, destrucción de vidas, y los costos económicos y emocionales son muy altos, promueve la separación entre las personas y escases de los recursos que los seres humanos necesitamos para sobrevivir y se utilizan para el sustento de la guerra. Jesús fue un gran promotor de la paz, por que el es la paz para toda la humanidad. Él dijo “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. (Juan 14:27) El pecado ha destruido nuestra paz. Mientras el yo no sea subyugado, no podemos encontrar descanso. Ningún poder humano puede regir las dominantes pasiones del corazón. En esto somos tan impotentes como la fueron los discípulos para dominar la rugiente tormenta. Pero Aquel que habló palabras de paz a las olas de Galilea ha hablado la palabra de paz a cada alma. No importa cuán fiera sea la tempestad, los que se vuelven a Jesús clamando “Señor, sálvalos”, hallaran liberación. La gracia de Jesús que reconcilia el alma con Dios aquieta la contienda de la pasión humana y en su amor halla descanso el corazón… (En los lugares celestiales, p. 37) REFLEXIONEMOS: ¿Cuáles son las formas en que tu iglesia, a nivel local, podría actuar como pacificadora?
UNA VOZ PARA LOS QUE NO TIENEN VOZ Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado. (Isa. 58:1) ¿Por qué es difícil imaginar la vida sin pecado, muerte, dolor ni lágrimas? Salomón nos dice en Eclesiastés 3:7, que hay “tiempo de callar, y tiempo de hablar”. Y tenia razón, pero encontrar ese equilibrio nos es fácil, sin embargo el cristiano a estado más tiempo callado que hablando en favor y defensa de los oprimidos. El llamado de los profetas para salir y proclamar la justicia nunca fue el camino que los llevara a la popularidad, en la actualidad ese llamado también es para nosotros los adventistas del séptimo día ya que tenemos muchas cosas buenas que ofrecer. La Iglesia Adventista del Séptimo Día aboga por hacer justicia a los pobres y hablar por los que no pueden hablar (Proverbios 31: 8), y propone hablar en contra de aquellos que niegan los derechos de los pobres (Isaías 10: 2), porque esto está en conformidad con lo que Dios desea (Salmo 140: 12). El que esta constreñido por el amor de Cristo avanza entre sus semejantes para ayudar a los desamparados y alentar a los abatidos, para señalar a los pecadores el ideal que dios tiene para sus hijos y para dirigirlos hacia él. No debemos jamás ser indiferentes e insensibles, especialmente cuando tratamos con el pobre. Cortesía, benevolencia y compasión se deben demostrar a todos. La parcialidad hacia el rico desagrada a Dios. Jesús es menospreciado cuando se desatiende a sus hijos necesitados. Ellos nos son ricos en bienes de este mundo pero so caros a su amante corazón (En los lugares celestiales, p. 236) REFLEXIONEMOS: Como adventista y como iglesia has pensado en hacer un proyecto donde puedan beneficiar a los necesitados de tu comunidad.