MADRE DE DIOS Lectio divina Santa María Madre de Dios. Ciclo C. 1 Enero 2019 Secretariado Catequesis de Cádiz y Ceuta Música: Ave María Schubert. Organo Elaboración: Manuel López/Eloísa Díaz-Jara Montaje: Eloísa Díaz-Jara Avance Manual
MADRE DE DIOS Oración inicial Bienaventurada eres tú, María, porque has dado al mundo al Hijo de Dios; pero todavía más dichosa por haber creído en él. MADRE DE DIOS Llena de fe, has concebido a Jesús antes en tu corazón que en tu seno, para hacerte Madre de todos los creyentes. Madre, derrama sobre nosotros tu bendición en este día consagrado a ti; muéstranos el rostro de tu Hijo Jesús, que trae a todo el mundo misericordia y paz. Amén.
TEXTO BÍBLICO Lc. 2,16-21 En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho. Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.
lectura ¿Qué dice el Texto?
Lucas es el evangelista que más destaca los gestos y actitudes de la Virgen María. Y la presenta en estos breves versículos como la “memoria viva” de la historia de la infancia de Jesús. María es la oyente de la Palabra porque permaneció siempre a la escucha de la Palabra, para sintonizar con el plan de Dios en su vida.
Del encuentro de los pastores con el Salvador, María guardó y meditó aquella experiencia sencilla y profunda. María es la que escucha a Dios en los acontecimientos de la vida. Así aparece la Virgen en el cántico del Magnificat.
María es también la orante de la Palabra María es también la orante de la Palabra. Lo que veía en la vida diaria y la Palabra que escuchaba en la sinagoga de Nazaret, todo lo meditaba y lo oraba, lo convertía en un diálogo ininterrumpido con el Señor de la historia, su Hijo, totalmente presente en su vida.
María es la oferente de la Palabra. En la circuncisión del Niño y al ponerle el nombre Jesús (Dios salva), María ofrece el fruto de sus entrañas al Padre para la salvación de los humanos. María es la oferente de la Palabra.
La oblación constante de su vida, de su Hijo, de todos sus gozos y sufrimientos, le lleva a la entrega total de su persona y a la ofrenda de su mismo Hijo, desde este momento doloroso de la circuncisión hasta el último suspiro en la cruz.
¿Qué me dice el Señor en el Texto? meditación ¿Qué me dice el Señor en el Texto?
Al comienzo de un nuevo año, la Iglesia nos hace contemplar la Maternidad de María como icono de la paz. La promesa antigua se cumple en su persona. Ella ha creído en las palabras del ángel, ha concebido al Hijo, se ha convertido en la Madre del Señor. A través de ella, a través de su «sí», ha llegado la plenitud de los tiempos.
El Evangelio nos dice: «Conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón». Ella se nos presenta como un vaso siempre rebosante de la memoria de Jesús, Sede de la Sabiduría, al que podemos acudir para saber interpretar coherentemente su enseñanza.
Donde no puede llegar la razón de los filósofos ni los acuerdos de la política, allí llega la fuerza de la fe que lleva la gracia del Evangelio de Cristo, y que siempre es capaz de abrir nuevos caminos a la razón y a los acuerdos. Hoy nos ofrece la posibilidad de captar el sentido de los acontecimientos que nos afectan a nosotros personalmente, a nuestras familias, a nuestros países y al mundo entero.
Hoy celebramos la Jornada mundial de la paz Hoy celebramos la Jornada mundial de la paz. La paz, que Dios Padre desea sembrar en el mundo, debe ser cultivada por nosotros. No sólo, debe ser también «conquistada». Esto implica una auténtica lucha, una lucha espiritual que tiene lugar en nuestro corazón. Porque no sólo la guerra es enemiga de la paz sino también la indiferencia, que hace pensar sólo a sí mismos para crear barreras, sospechas, miedos y cerrazones.
«El Señor te conceda la paz». Tenemos, gracias a Dios, muchas informaciones; pero a veces estamos tan inundados de noticias que nos distraemos de la realidad, del hermano y de la hermana que necesitan de nosotros. Comencemos en este año a abrir el corazón, despertando la atención hacia el prójimo, a quien está más cerca. Este es el camino para la conquista de la paz.
Nos ayude en esto la Reina de la Paz, la Madre de Dios Nos ayude en esto la Reina de la Paz, la Madre de Dios. Las esperanzas y las preocupaciones, la gratuidad y los problemas: todo eso que sucedía en la vida se transformaba, en el corazón de María, en oración, diálogo con Dios. Y ella también lo hace así con nosotros: guarda las alegrías y desata los nudos de nuestra vida, llevándolos al Señor.
¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto? oración ¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto?
que has venido a iluminar mi oscuridad, Tú Niño Jesús, que has venido a iluminar mi oscuridad, haz que comprenda y conozca que eres Dios. Tan pequeño y tan infinito. Tan humilde y tan poderoso. Tan desconcertante … Hazme crecer en el Amor. Tú Señor que eres la Paz sana mi corazón de resentimientos, rencores, odios, miedos y perversidades. Lléname de tu paz y convierte mi corazón. Que experimente un nuevo nacimiento en la misericordia de Dios Padre.
Deseo ser un mensajero de paz, un heraldo de tu Palabra Señor. Encárnate en mi Jesús. Que tu Palabra salga de mi boca para sembrar nueva vida en los corazones.
que Tú enviaste a Jesús para salvarnos. Padre quiero ser luz para que todos crean que Tú enviaste a Jesús para salvarnos.
¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto? contemplación ¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto?
Pensemos cómo vivimos interiormente estas fiestas Pensemos cómo vivimos interiormente estas fiestas. Sin interioridad, todo lo otro es vacío, pura exterioridad e hipocresía: festejamos … nada. ¿Cuál es el motivo para alegramos por las fiestas? El Amor de Dios, experimentado en estos días como una fuerza que quiere renovarnos incesantemente. Navidad es el comienzo de una nueva creación.
Volvamos a mirar las cosas que nos rodean, pero con esta perspectiva: pensemos en las cosas que se fueron con el año y los años que pasaron… y pongámoslas en manos Dios. Pero sepamos que todo lo que hayamos hecho con amor, y por amor tiene un valor que permanece, y está “eternizado” en la presencia del Señor.
Todo lo hecho por amor, aunque pequeño, aunque los demás no lo noten, ha sido tomado en cuenta por Dios, y lo encontraremos renovado en Él. Nada se pierde, todo se transforma…” también en el orden espiritual.
Esa alegría profunda, serena, misteriosa, radiante … Ante los acontecimientos de la vida de cada uno, recordemos que con todos sus engaños, trampas y sueños rotos, éste sigue siendo un mundo hermoso, que vale la pena vivir como camino al cielo … que la alegría que da el Espíritu Santo es más fuerte que cualquier pena … Esa alegría profunda, serena, misteriosa, radiante …
Pongamos hoy nuevamente nuestra vida en manos de María Santísima: Ella pondrá el año que comienza en manos de Jesús y será nuestra Mediadora.
acción ¿A qué me comprometo?
Vuelve a leer detenidamente el texto del evangelio y ora agradecido/a.
Comprométete a vivir este año nuevo teniendo presente a los pastores de Belén, es decir, acercarte a Jesús, dar testimonio de su persona, y alabarlo dándole gracias.
Los pastores encontraron “al Niño acostado en el pesebre” Los pastores encontraron “al Niño acostado en el pesebre”. Para tener a Jesús hay que dejar los “rebaños” del egoísmo, de la comodidad, de la vanidad …
Proponte cosas concretas para construir la paz en tu interior, en tu ambiente, entre todos aquellos a los que puedas llegar. Ora por la paz del mundo.
Ten gestos de caridad con personas que estén sufriendo alguna carencia: soledad, frío, falta de alimentos, desesperanza, alegría…
“Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho”.
Te invito a secundar a los pastores, dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que Dios te ha bendecido, lo que has visto, oído, sentido y sobre todo vivido cerca del Amor de Dios. FIN