DOMINGO 19 del Tiempo Ordinario - Ciclo "B" - 12 de Agosto de 2012 - Conexión bíblica. La semana pasada la liturgia nos llevo a pensar en el poder de la fe. En esta semana, la liturgia nos acentúa la eficacia sobre el poder de la Santa Eucaristía. El pan eucarístico que Cristo nos da es prefigurado en el pan que un mensajero de Dios ofrece a Elías. “con la fuerza de la cual él caminó 40 días y cuarenta noches para llegar al monte de Dios, el monte “Oreb”. 1.. El pan del cual habla el Señor en el Evangelio es el pan bajado del cielo, es el PAN de la VIDA, de una vida que dura para siempre, es su carne para la vida del mundo (ev). Carne ofrecida como oblación y victima de suave aroma, que da fuerza a los cristianos “para vivir en el amor con que Cristo nos amo”.
Reflexión doctrinal El pan más fuerte. La angustia y el desespero nos hacen pensar en la muerte y en pedir a Dios que nos dé la muerte. Y Dios intercede siempre en nuestro favor por medio de un ángel, el pan del cielo. Pan de Dios, pan del cielo, es la presencia de Dios en tu vida, y en especial la Santisima Eucaristia. Ser capaces de amar y perdonar como Cristo nos ha enseñado. El pan de vida. Nos lleva a amar y a defender nuestra fe. El pan de vida que el ángel ofrece a Elías hace olvidar el tedio de su vida y le infunde nuevo deseo de vivir para ser propagador y defensor de la fe en Dios, Jesús es el pan vivo, bajado del cielo, el pan de la Eucaristía que te da la vida nueva en el cual unidos a Cristo por medio de la Iglesia y por la Eucaristía Jesús pan vivo, bajado del cielo, el pan de la vida nueva, en el cual el poder eucarístico obra maravillas en los primeros cristianos que se reunían semanalmente para celebrar la presencia de Cristo Eucarístico, pero unido a la Iglesia que es Apostólica, y NO fraccionándola o dividiéndola y por medio de El continuamos unidos en su amor.
Reflexión doctrinal Por la Eucaristía somos animados a difundir el evangelio, la buena nueva de Cristo, y animados por la Eucaristía unidos a la Iglesia de Cristo, que vive en nosotros por su presencia eucarística donde el sacerdote que es ordenado como lo fueron los apóstoles nos trae la eucaristía para nuestro bien y salvación. No soy yo que vivo, Cristo vive en mi. Presencia de Cristo que nos hace seguir el camino que debemos seguir, camino del amor de Dios y fidelidad a la Eucaristía y a la Iglesia. Pan que da vida y nos enseña el arte de vivir.
Nuestra vida Cual es el fruto de la Eucaristía en mi vida? El fruto de la unión con Dios en la Eucaristía y en nuestra vida. Unión y fidelidad a Cristo y a su Iglesia. La Eucaristía nos une a Cristo, pues El es la presencia real cuando celebramos unidos a la Iglesia con el sacerdote ordenado por los apóstoles y sus sucesores. Recibiendo la comunión, recibimos el propio Cristo y estrechamos los vínculos de amor y de unión con el. La Eucaristía nos separa del pecado, y por medio de esta presencia real de Cristo se apagan nuestros pecados veniales (mortales solo la confesión), El Señor nos conserva en su amistad, Cristo Eucaristía nos hace Iglesia, nos da la conciencia de ser unidos en la fe de la iglesia y que somos hermanos, todos nos alimentamos del UNICO PAN que es CRISTO. Y El que desea nuestra unión. Cristo es señal y Señor de la gloria futura, el es REMEDIO DE INMORTALIDAD. Por eso necesitamos conocerlo mucho más para poderlo transmitir, si nosotros no conocemos o tenemos dudas ¿Cómo podemos enseñarle a los hijos? No seremos claros, eficaces y fieles en el mensaje de Cristo.
Nuestra vida La Iglesia es el cuerpo de Cristo, y por la fe llegamos a la Eucaristía. La Eucaristía en nuestra vida debe producir muchos frutos, no por nosotros solamente, sino por la eficacia del sacramento. En nosotros vive el cuerpo y la sangre del Señor y su palabra que en nosotros produce vida eterna. La Eucaristía tiene en si misma toda la fuerza de Dios, con nuestra pequeñez vivir la presencia eucarística de Cristo en nosotros, pidamos al Señor que aumente nuestra fe y nos ayude a comprometernos más con EL. “Señor aumenta mi fe en la Eucaristía, creo en ti, creo en ella, aumenta mi amor por ti” Que seamos testigos vivos de la presencia eucarística de Jesús en nuestra vida, nuestro trabajo y nuestra familia. Pensemos y meditemos en nuestro fervor en la Eucaristía, con que frecuencia participamos, y como debemos participar más en la Eucaristía y ser presencia Eucarística de Jesús para nuestros hermanos.