Año sacerdotal
Lo que el Papa pide Contribuir a promover el compromiso de renovación interior de todos los sacerdotes, para que su compromiso evangélico en el mundo de hoy sea más intenso e incisivo.
La gracia supone la naturaleza “Pero llevamos este tesoro en recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria, es de Dios y no de nosotros” 2 Co 2, 4-7
La gracia recibida nos configura con Cristo Cabeza y Pastor, haciéndonos partícipes de su sacerdocio eterno
Importante: no quedarnos con la primera parte de la afirmación de Santo Tomás… la afirmación continúa: la gracia no sólo supone la naturaleza, sino que la perfecciona. No estamos destinados a la mediocridad ni al fracaso de nuestro ser abyecto y débil.
La gracia nos transforma interiormente. Hay motivo de esperanza para emprender un camino de Santificación.
En PDV 43 el papa Juan Pablo segundo nos decía que: Cristo ha depositado este tesoro en sus amigos, cuenta con nosotros, aun con nuestros defectos, para llevar a cabo su obra.
Si, Cristo y el Pueblo de Dios creen en nosotros, pero ambos esperan nuestra más fiel correspondencia. Hemos de esforzarnos por forjar una personalidad y espiritualidad más maduras y coherentes con nuestro ministerio.
En PDV 43 se insiste en el conocimiento. El sacerdote ha de conocerse Conocer y leer adecuadamente su entorno. El mundo que vivimos es diferente. Hay no sólo una nueva época, es una nueva civilización*
Un postulado de esta civilización son los sentidos. El sacerdote ha de estar atento no sólo a lo sensible del mundo exterior sino a lo que interiormente va sintiendo, experimentando.
Fortalezas y debilidades en el campo de los apetitos sensibles 2 tendencias naturales en el ser humano: El placer. Evitar lo difícil. Un nuevo estilo de individualismo de corte estético-emotivo
Esto influye en la vida de algunos consagrados. El remedio = templanza o autodominio ¿Cómo actúa este individualismo nuevo?
A) la exaltación cada vez mayor de los sentidos: Nuevas y excitantes experiencias que se vuelven necesidades. Esto produce en nosotros una saturación. Esto tiene expresiones visibles:
Un aletargamiento: Seria dificultad para orar o abandono de la oración. Rutina espiritual y pastoral. Vacío: búsqueda de compensaciones.
B) la búsqueda de placer se vuelve una adicción* Remedio = la templanza Hay dependencia (problema psíquico)
Cuando se vive sin moderación es fácil caer en alguna adicción, (pornografía, internet, trabajo, personas etc…) pues la línea entre el disfrute y la adicción es tan sutil que no se sabe cuándo se cruza y se pierde la libertad interior
El sacerdote está llamado a vivir libre de cualquier atadura o dependencia, pues en la medida en que viva sin ataduras, su ministerio será evangélicamente fecundo.
Cuando la templanza no se vive en el ministerio Templanza es sobriedad, moderación, mortificación, en aquellas cosas que siendo buenas, en exceso, pueden ser perjudiciales para para nuestro ministerio y para nuestra salud. Quien vive la templanza actúa con libertad. Es dueño de sí mismo. Cuenta con herramientas para actuar con naturalidad y serenidad ante las presiones de la vida.
el embotamiento de la mente Los santos y maestros de la vida espiritual han señalado que lo contrario a la templanza es la GULA y, santo Tomás dice que ésta tiene 5 hijas: la alegría necia la bufonería la impureza las palabras necias el embotamiento de la mente
La gula generalmente se asocia con el exceso en la comida y la bebida, aunque hay otros excesos. Muchos presbíteros son dependientes del alcohol.
Pero también de la comida Pero también de la comida. Ocasionando problemas cardiovasculares y todo lo que esto ocasiona. Junto con esto está en un buen sector de presbíteros la fascinación por comer en restaurantes caros. Gastar excesivamente en la comida o en la bebida
Otra especie de gula sacerdotal es el procurarse viajes largos y costosos. El abusar de la compañía y cercanía de ciertas amistades que le impiden vivir su ministerio con libertad y plenitud.
La adicción al trabajo. Síntomas: No ora. No medita. No toma vacaciones. Ansiedad. Inseguridad. Obsesivos. Sentido de culpa. Y sienten placer cuando comparten que trabajan mucho.
La templanza es la medicina contra los excesos. Nuestra vocación es una vocación, no es profesión. Nuestra primera acción pastoral es la oración personal. La templanza es la medicina contra los excesos.
Si no puedes ser casto, al menos se cauto HACER FRENTE A LA LUJURIA: No ponernos en peligro. Comentario del espacio* Limpios de corazón para ver a Dios.