La revolución solidaria. Horacio Hernández. Un nuevo fenómeno se observa desde hace unos años. Un desborde de emoción solidaria, ha impedido el colapso social. Miles de individuos e instituciones sienten la necesidad de comprometerse con sus prójimos. Hay una respuesta efectiva, espontánea y caótica que va transformando la sociedad.

Hasta ahora todas las revoluciones han sido violentas. Hay una nueva revolución pacífica y transformadora que parte del corazón humano. Existen tres peligros: Mesianismo Farandulización y narcisicmo. Politización.

Su único combate es contra el pecado y sus estructuras. Reconoce que hasta un corrupto puede transformar la sociedad. La solidaridad es un tipo de amor que se asocia a otros términos. En la filosofía Griega se asociaba con el Ágape. Para los cristianos está asociada a la caritas. En la religión judía con la Tzedaká y en los musulmanes con la zakat, hoy asociadas a la justicia social. Consiste en una determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común.

La solidaridad es una virtud cercana a la justicia. Todas las religiones y políticas tienen como centro la solidaridad. No es asistencialismo, beneficencia ni caridad. Su principio básico es la irradiación. No busca transformar las estructuras de manera violenta. Se diferencia de la revolución proletaria y se aleja del orden contractualista. Su origen tiene como centro el corazón humano que se dona de manera espontánea. Implica la existencia de un prójimo como aquél que tiene derecho a esperar algo de mí. Sólo se vive en comunidad.

Economía y solidaridad. Promover un desarrollo sustentable es una tarea solidaria. La mayoría de los pobres no necesitan la dádiva o caridad sino las condiciones para dejar de serlo. La tragedia está en que no puedan salir de su miseria. Los países no sólo son desarrollados por su capital sino por la calidad de sus instituciones. Ante la primera dificultades son los mercados marginales quienes comienzan a dar una respuesta a las necesidades. Existen además una serie actividades gratuitas que no tiene correlato monetario. No aparecen en el producto bruto.

Política y solidaridad. ¿Por qué tanto dinero invertido en gasto social no mejora las condiciones de vida de muchos compatriotas? Hay una serie de problemas éticos que impiden el desarrollo de los ciudadanos. No es cuestión de presupuesto sino de sentido común. La corrupción destruye el orden social. La burocracia impide la ayuda rápida y eficiente. La ineficiencia hace que se pierda la ayuda o llegue mal. El dilema del Buen Samaritano termina generando clientelismo, paternalismo y sumisión. Pueden reducir los incentivos al trabajo y desarrollo personal.

Los subsidios terminan generando una pelea por acceder a ellos. Darle pan a mi vecino no exige mucho presupuesto. Aparentemente el Estado es considerado el poseedor del monopolio solidario. Se genera desconfianza y faltan incentivos para donar. Grupos de presión con supuestos fines solidarios presionan para obtener beneficios. Las redes solidarias están cambiando el mapa social argentino.

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Hacia una cultura solidaria. En primer lugar necesita ver la realidad. La invisibilidad del que sufre es el primer problema. Exige de mucha reflexión. Implica racionalidad y eficiencia en la ayuda. Busca transformar la vida de quien padece. Se nutre de la micro.