LINEAS ESTRATÉGICAS GENERALES: FORMACIÓN DOCENTE Magangue, Bolívar, Soledad, Cartagena, Ciénaga, Magdalena, Sucre, Montería, Córdoba, Valledupar, Uribia, Riohacha, Malambo, Atlántico, Sincelejo

Líneas estratégicas para la formación docente. Necesidades de formación docente, contextualizadas y en coherencia con políticas y tendencias institucionales, regionales, nacionales e internacionales, relacionadas con la pertinencia, la competitividad: social, científica, cultural, económica. La formación docente debe ser permanente y continúa para facilitar el alcance y actualización del desarrollo profesional. La formación docente debe permitir la flexibilidad y articulación de diferentes campos interdisciplinares. En el PTFD, se deben considerar las necesidades de todos los docentes, independientemente del estatuto docente que los cobije.

Líneas estratégicas para la formación permanente Tanto en la formación docente inicial como permanente se deben tener en cuenta líneas transversales e interdisciplinares Todos los programas de formación deben desarrollar los campos pedagógicos, disciplinar, axiológico, científico, tecnológico La formación docente debe estar enfocada al desarrollo de competencias generales y específicas. Para las convocatorias públicas de los programas de formación docente, el comité debe definir unos protocolos que contengan los criterios para el diseño, presentación y evaluación de las propuestas.

Líneas estratégicas para la formación permanente La formación docente debe tener criterios y estrategias de seguimiento y verificación de incidencia en el fortalecimiento institucional y en el aprendizaje de los estudiantes. Los comités deben de asumir su rol de asesores a la secretaría de educación Definir una directiva ministerial para que haya dentro de los recursos de calidad, un porcentaje con destinación específica para la sostenibilidad del plan de formación docente.

Líneas estratégicas para la formación permanente En la ejecución del PTFD, la secretaría de educación debe hacer seguimiento y evaluación a los programas que se desarrollan para medir su impacto. El análisis de las propuestas de formación debe hacerse por expertos, en lo posible, externos al Comité. La formación docente como política pública, debe movilizar el compromiso social y la inversión. La formación docente debe estar ligada a estímulos e incentivos acorde con los resultados.