“Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo”

Nuestra relación con Dios nos lleva a una relación única con otros cristianos. Repercute en la forma en que nos vemos a nosotros mismos y unos a otros cuando nos enfrentamos cara a cara con nuestra dependencia común de Dios para todas nuestras necesidades y nuestro llamado común a servirle.

EL PUEBLO DE DIOS “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9). ¿Qué alcance tiene esta declaración para nosotros, de ser una “nación santa”? El lenguaje divino que define a las personas que lo aceptan como SEÑOR, es muy cariñoso, agradable e invitativo a una relación personal e íntima. Dios se refiere a esas personas, en Éxodo 19:5 como “Mi tesoro especial” (NVT) o “Mi tesoro personal (NVI) y en 1 Pedro 2:9 como “Pueblo exclusivo de Dios” (NVI) “pueblo de su particular propiedad” (BJ) y “ propiedad exclusiva de Dios” (NVT) y los considera y cuida de su pueblo como la “niña de sus ojos” (Zacarías 2:8; ARA). “nación santa” (1 Pedro 2:9) Entonces, queda la cuestión crucial: ¿qué personas pueden, actualmente, ser clasificadas como nación santa y pueblo exclusivo de Dios? La respuesta está en la comprensión de que, incluso en el pasado, Israel no tuvo mérito alguno para ser tratado así. Sólo el amor y misericordia de Dios los eligió y santificó a tanto. ¡Cómo hoy! No hay iglesia (formación de personas para la adoración) que pueda recibir ese título por mérito. Tan sólo el amor de Dios, la fe y la aceptación de la muerte sustitutiva de Jesús y de su sacrificio en nuestro lugar, nos permite ser recibidos y separados para la vida eterna como "tesoro personal" de Dios. PIENSA: ¿Qué diferencia debería marcar nuestra identidad en Dios en nuestra vida cotidiana?

LA CASA DE DIOS “Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo” (1 Pedro 2:5). ¿Qué nos dice esta imagen sobre la unidad de la iglesia? En la Palabra de Dios, los miembros de su familia son llamados "casa de Dios" o, como dice 1 Pedro 2:5 "piedras vivas". Una construcción para ser una casa necesita atender condiciones de habitabilidad, protegiendo a sus ocupantes del sol o de la lluvia, del calor y del frío, de la calma o del temporal. Además, debe poder albergar a todos los miembros de la familia, preservando la atención de sus necesidades y preferencias, individual y comunitariamente. Por lo tanto, individualmente somos "piedras vivas" que seremos utilizados en la construcción de la "casa de Dios" para que los seres humanos adoren y rindan culto al Señor y Dios Creador, pero, colectivamente, seremos el propio templo, la "casa de Dios", donde las personas podrán buscar y encontrar enseñanzas, instrucción, corrección y apoyo para sus jornadas hacia el hogar eterno. De esta forma, seremos "familia de Dios" y, al mismo tiempo, edificadores de la casa de Dios, siendo que Cristo fue, es y será siempre la "piedra angular" y la edificación se dará "sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas", y eso nos hará "morada de Dios por su Espíritu". PIENSA: En cierto sentido, la iglesia soy yo. Y si la iglesia somos nosotros, refleja inevitablemente la condición mental, moral y espiritual de sus miembros.

EL TEMPLO DEL ESPÍRITU SANTO “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (1 Corintios 3:16). ¿Qué significa que la iglesia sea el templo del Espíritu Santo? En 1 Corintios 3:16-17, Pablo obviamente no se está refiriendo a un templo físico o al lugar en que Dios reside de manera material. Los primeros cristianos no contaban con templos o iglesias como los cristianos de hoy en día. El griego del Nuevo Testamento hace una distinción entre un «tú» singular para referirse a una persona y un «ustedes o vosotros» plural para referirse a varias. En este texto se emplea el plural por lo que Pablo está hablando a toda la comunidad cristiana en Corinto. La metáfora se refiere a una imagen corporativa: los cristianos en Corinto forman todos juntos el templo del Espíritu Santo y Dios reside entre ellos en un sentido espiritual. Dios reside en el compañerismo cristiano, de ahí su advertencia respecto a cualquiera que intente destruir esa comunión: sufrirá las consecuencias del juicio. La unidad de los creyentes es el núcleo de esa comunión y constituye la bendición de la presencia de Dios (One in Christ: Bible Book Shelf 4Q 2018, Image to Unity) PIENSA: ¿De qué maneras específicas la función del templo del Espíritu Santo se ve afectada por la destrucción de la unidad de la iglesia?

EL CUERPO DE CRISTO “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo” (1 Corintios 12:12). ¿Cómo se aplica esta imagen de un cuerpo con muchas partes, a nuestra iglesia local y mundial? Así como el cuerpo es una unidad formada por diferentes partes con funciones y tareas únicas, también lo es la iglesia que es el cuerpo de Cristo. Las enseñanzas de Pablo en 1 Corintios 12 incluyen una realidad profunda. La misma afirma que la auténtica unidad cristiana no reside en la diversidad y tampoco existe a pesar de la diversidad, sino que más bien se manifiesta a través de la misma diversidad. No debería sorprendernos que el Espíritu Santo sea la fuente de estas expresiones de diversidad. Así como el cuerpo humano está increíblemente unificado y es asombrosamente diverso, lo mismo sucede con el cuerpo de Cristo. Todos los miembros son necesarios para expresar la plenitud y la riqueza del cuerpo de Cristo. De hecho, para Pablo no hay unidad sin diversidad.(One in Christ: Bible Book Shelf 4Q 2018, Image to Unity) En la ilustración paulina del cuerpo es la interconexión de cada parte. Cada parte necesita de la otra y, a su vez, se ve afectada por el éxito y el fracaso de las demás. PIENSA: ¿De qué modo la metáfora del cuerpo sigue desafiando las actitudes y los valores retratados en la sociedad que nos rodea?

LAS OVEJAS Y EL PASTOR “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.” (Juan 10:11) ¿Qué aspectos de esta metáfora de la iglesia como un redil, hablan de unidad? En la cultura del mundo antiguo, y aún hoy en la región del Medio Oriente, un pastor es conocido como una persona fiel, paciente y tenaz. Sin tomar en cuenta las dificultades encontradas, un pastor cuidará de sus ovejas. La imagen de un pastor, que ilustra el carácter de Dios y su relación con su pueblo, es una de las más apreciadas de las Escrituras. Las ovejas representan a los discípulos de Jesús, y semejante a un rebaño, hay ovejas fuertes y débiles, más viejas y jóvenes, productoras de más o menos lana, que atienden más prontamente a la voz del pastor o los que aún necesitan aprender a seguir la voz que guía. Jesús es el buen Pastor. Pero el rebaño es mejor atendido, alimentado y bebe del agua de la vida, cuando permanecen unidos. La unidad de las ovejas proporciona las mejores oportunidades para que ocurra el plan de seguridad y crecimiento que el Pastor desea que tengan. Jesús también enfatizó en esta parábola la importancia de escuchar la voz del pastor. Escuchar la voz del Pastor es crucial para la iglesia. La máxima unidad y seguridad del pueblo de Dios depende de su relación cercana con él. PIENSA: ¿Qué debería decirnos esta imagen sobre nuestra necesidad del Pastor y nuestra necesidad de obedecer su voz?

Esta recopilación de las metáforas relacionadas con la iglesia muestra los matices de la unidad en Jesús. El Nuevo Testamento emplea metáforas para ilustrar tanto la naturaleza como la misión de la iglesia. Más importante aún, dichas metáforas enseñan que Dios está atentamente vigilando y protegiendo a su pueblo. Finalmente, esas imágenes enseñan que el pueblo de Dios está en extremo vinculado entre sí. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo moldean la unidad de los creyentes cristianos en una misma familia. Juntos, forman el pueblo de Dios, el cuerpo de Cristo y el templo del Espíritu Santo. La unidad que disfrutamos en Cristo se fomenta y se hace visible de varias maneras. Nuestra unidad en Cristo se beneficiará de la preparación espiritual que pongamos en marcha para recibir al Espíritu Santo. Se beneficiará del compañerismo regular, de partir el pan, de la oración y de una respuesta común al cuidar de los menos afortunados. (One in Christ: Bible Book Shelf 4Q 2018, Image to Unity)