TEATRO DEL ABSURDO El Teatro del Absurdo es un término empleado por el crítico Martin Esslin en 1962 para clasificar a ciertos dramaturgos que escribían durante la década de 1950, principalmente franceses, cuyo trabajo se considera como una reacción contra los conceptos tradicionales del teatro occidental.

El teatro del absurdo no es un movimiento y los autores no tienen contextos homogéneos. Lo que tienen en común es el rechazo generalizado del teatro realista y su base de caracterización sicológica, estructura coherente, tramay confianza en la comunicación dialogada.

Cada obra crea sus propios modelos y características implacables de lógica interna: cómica, triste, patética, macabra, humillante, angustiosa o violenta. Una de las fuentes teóricas más potentes del Teatro del Absurdo fue el "Teatro y su doble", obra de Antonin Artaud, originalmente publicada en 1938.

Una Experiencia de Época: Teatro del Absurdo El teatro del absurdo va más allá de un teatro existencialista correspondiente a la posguerra, ya que que todavía mantiene ideas, mensajes, encarnaciones dramáticas de planteamientos filosóficos que siguen estando vigentes.

Características más relevantes del Teatro del Absurdo Presenta personajes incompletos y frágiles, manejados por un destino que los excede, con un sentido radical de soledad.

Textos destacados Se reduce la acción dramática al mínimo, incrementando la sensación de angustia de la existencia humana absurda. Textos destacados

Se da una mayor relevancia a la gestualidad. Diálogos incompletos, truncados, que hacen latente la incomunicación humana. Se da una mayor relevancia a la gestualidad.

Se presentan escenarios con muy pocos elementos, los cuales están cargados de mucho simbolismo, con lo que se remite a la sensación de vacío, vértigo, de sin sentido.

Samuel Beckett Irlandés, escribe gran parte de su obra fundamental en francés, secretario de Joyce y Premio Nobel de Literatura (1969). Él expresa no solamente un cierto límite de la escritura narrativa, llevada al extremo del desvanecimiento del lenguaje, sobre todo en su trilogía Malloy, Malone muere y El Innombrable, sino la forma más cumplida del teatro llamado “del absurdo” y que, junto con el teatro existencialista y el teatro experimental, representa una de las grandes líneas del teatro de posguerra.

A través de la obra de Beckett los recursos dramáticos están al servicio de una experiencia central: el ser humano es un Ser-ahí, un ser arrojado y abandonado a la existencia. No hay lógica en el mundo, y la vida está continuamente amenazada por la muerte.