EXAMINANDO LA CONDICION DE TU CORAZON ”La sanidad interior es la obra del Espíritu Santo, sanando, limpiando y liberando de toda atadura espiritual, con la finalidad de que el creyente viva y experimente el total y absoluto “SEÑORÍO DE CRISTO.” Filipenses 1:6 “ estando persuadido de esto, que El que comenzó en nosotros la Buena obra, la perfeccionara hasta el día de Jesucristo” ¿QUE ES LA SANIDAD INTERIOR?
¿Cual es el propósito de Dios para nuestras vidas? El propósito es no dejar nada incompleto en sus hijos, esto es, perfeccionar sus vidas mediante una sanidad total y completa No hay herida en nosotros que el Señor no pueda sanar «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, pregonar el año del favor del Señor» Lucas 4:18,19 DEBEMOS SABER QUE CADA VEZ QUE NOS SUCEDE ALGO TENEMOS QUE RECURRIR A JESUCRISTO, DEJANDO QUE LIMPIE Y SANE NUESTRO CORAZON QUITANDO LO QUE A EL NO LE AGRADA….RECONOCIENDO, CONFESANDO Y ARREPINTIENDOME
La sanidad interior es algo de todos los días, necesitamos renunciar diariamente a toda falta de perdón. Este ejercito debe ser realizado a diario, ya que todos los días tenemos que enfrentarnos a situaciones que muchas veces producen dolor. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano. 1JUAN 4:20,21 EL ENEMIGO TRATARA DE USAR TODA CLASE DE SITUACIONES, ARGUMENTOS Y PENSAMIENTOS PARA GENERAR EN NOSOTROS UN DISTANCIAMIENTO DE NUESTRA FAMILIA Y AUTORIDAD
ENOJO – RESENTIMIENTO – AMARGURA - ODIO Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. MATEO 5:23,24 Aunque tu no tengas la culpa, eres responsable de que tu hermano tenga algo contra ti, Jesús te dice: “VE, ANDA, RECONCILIATE CON TU HERMANO; CON EL QUE TIENE ALGO CONTRA TI.