EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL PASTORES DABO VOBIS DE SU SANTIDAD JUAN PABLO II AL EPISCOPADO AL CLERO Y A LOS FIELES SOBRE LA FORMACIÓN DE LOS SACERDOTES EN LA SITUACIÓN ACTUAL

CAPÍTULO III EL ESPÍRITU DEL SEÑOR ESTÁ SOBRE MÍ La vida espiritual del sacerdote Se explica como vida en el Espíritu: "El Espíritu del Señor sobre mí" (Lc 4,18). Es el mismo estilo de vida del Buen Pastor y del "seguimiento evangélico" de los Doce

Una vocación específica a la santidad “En virtud del Espíritu, Jesús pertenece total y exclusivamente a Dios, participa de la infinita santidad de Dios que lo llama, elige y envía. Así el Espíritu del Señor se manifiesta como fuente de santidad y llamada a la santificación”. La Iglesia es consciente de que cuenta con la presencia de Cristo resucitado que sigue llamando y formando a "los suyos" (Jn 13,1).

La configuración con Jesucristo, Cabeza y Pastor, y la caridad pastoral “En virtud del Espíritu, Jesús pertenece total y exclusivamente a Dios, participa de la infinita santidad de Dios que lo llama, elige y envía. Así el Espíritu del Señor se manifiesta como fuente de santidad y llamada a la santificación”. La persona de Jesús es el punto de referencia para comprender el sentido de la vida y del ministerio sacerdotal. La consagración y misión de Jesús hacen ver su realidad de Sacerdote y Víctima, Cabeza, Pastor, Siervo y Esposo. "Pastor" (caridad pastoral), "Siervo" (autoridad de servicio), "Esposo" (donación de amor a la Iglesia). "La referencia a Cristo es, pues, la clave absolutamente necesaria para la comprensión de las realidades sacerdotales"

CAPÍTULO IV “VENID Y LO VERÉIS” (Jn 1, 39) LA VOCACIÓN SACERDOTAL EN LA PASTORAL DE LA IGLESIA

BUSCAR, SEGUIR, PERMANECER.BUSCAR, SEGUIR, PERMANECER. EL DIÁLOGO VOCACIONAL: INICIATIVA DE DIOS Y RESPUESTA DEL HOMBRE.EL DIÁLOGO VOCACIONAL: INICIATIVA DE DIOS Y RESPUESTA DEL HOMBRE. CONTENIDOS Y MEDIOS DE LA PASTORAL VOCACIONAL.CONTENIDOS Y MEDIOS DE LA PASTORAL VOCACIONAL. TODOS SOMOS RESPONSABLES DE LAS VOCACIONES SACERDOTALESTODOS SOMOS RESPONSABLES DE LAS VOCACIONES SACERDOTALES

BUSCAR, SEGUIR, PERMANECER “Venid y lo veréis” (Jn 1, 39). En estas palabras encontramos el significado de la vocación. (Jn 1, 35-42). Describe el “misterio” de la vocación; en nuestro caso, el misterio de la vocación a ser apóstoles de Jesús.

BUSCAR, SEGUIR, PERMANECER La Iglesia, como comunidad de los discípulos de Jesús, está llamada a fijar su mirada en esta escena que, de alguna manera, se renueva continuamente en la historia.

BUSCAR, SEGUIR, PERMANECER Nos a invita profundizar el sentido original y personal de la vocación al seguimiento de Cristo en el ministerio sacerdotal y el vínculo inseparable entre la gracia divina y la responsabilidad humana contenido y revelado en esas dos palabras que tantas veces encontramos en el Evangelio: ven y sígueme (Cf. Mt 19, 21). Precisamente porque “la falta de sacerdotes es ciertamente la tristeza de cada Iglesia”, sobre todo hoy.

LA IGLESIA Y EL DON DE LA VOCACIÓN Toda vocación cristiana encuentra su fundamento en la elección gratuita y precedente de parte del Padre (Ef 1, 3-5). Toda vocación viene de Dios. Nunca se concede fuera o independientemente de la Iglesia, sino que siempre tiene lugar en la Iglesia y mediante ella. Concilio Vaticano II (95)

LA IGLESIA Y EL DON DE LA VOCACIÓN La Iglesia no sólo contiene las vocaciones. Sino que se configura como misterio de vocación, reflejo luminoso y vivo del misterio de la Santísima Trinidad. Pueblo congregado por la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. (Rom 11, 33-35).

LA IGLESIA Y EL DON DE LA VOCACIÓN La Iglesia, por propia naturaleza es “vocación”, generadora y educadora de vocaciones. Lo es en su ser de “sacramento”, en cuanto “signo” e “instrumento” en el que resuena y se cumple la vocación de todo cristiano; y lo es en su actuar, o sea, en el desarrollo de su ministerio de anuncio de la Palabra, de celebración de los Sacramentos y de servicio y testimonio de la caridad.

LA IGLESIA Y EL DON DE LA VOCACIÓN Lo esencial de la dimensión eclesial de la vocación cristiana es principalmente el servicio a Dios. La vocación cristiana, en todas sus formas, es un don destinado a la edificación de la Iglesia, al crecimiento del Reino de Dios en el mundo.

EL DIÁLOGO VOCACIONAL: INICIATIVA DE DIOS Y RESPUESTA DEL HOMBRE La historia de toda vocación sacerdotal, como también de toda vocación cristiana, es la historia de un inefable diálogo entre Dios y el hombre, entre el amor de Dios que llama y la libertad del hombre que responde a Dios en el amor. (Mc 3, 13). Por un lado está la decisión absolutamente libre de Jesús y por otro, el “venir” de los doce, o sea, el “seguir” a Jesús.

EL DIÁLOGO VOCACIONAL: INICIATIVA DE DIOS Y RESPUESTA DEL HOMBRE La iniciativa del llamado es de Dios. Libre y gratuita. Ejemplos: Llamado al Profeta Jeremías (Jr 1, 4-5) y en el N.T es fundamentada por Pablo (Ef 1, 4. 5). Pero la primicia absoluta de la vocación se encuentra en Jesús (Jn 15, 16).

EL DIÁLOGO VOCACIONAL: INICIATIVA DE DIOS Y RESPUESTA DEL HOMBRE Si la vocación sacerdotal testimonia, de manera inequívoca, la primacía de la gracia, la decisión libre y soberana de Dios de llamar al hombre exige respeto absoluto, y en modo alguno puede ser forzada por presiones humanas, ni puede ser sustituida por decisión humana alguna. La vocación es un don de la gracia divina y no un derecho del hombre. Excluye vanagloria (Heb 5, 4 ss).