AUTACOIDES Dra. Karla Brenes Alvarado Médico Cirujano Especialista en Psiquiatría.
Mediadores de la inflamación Son moléculas que comunican información o que regulan funciones localmente; de ahí que se suelan denominar mediadores celulares. Su función fisiológica es con frecuencia poco conocida y nuestro mayor conocimiento sobre ellos deriva en general del hecho de que su concentración aumenta notablemente en el curso de procesos patológicos. Por esto actuamos a menudo con los mediadores como sustancias que deben ser contrarrestadas inhibiendo su síntesis o bloqueando la interacción con sus correspondientes receptores, pero también estamos empezando a utilizar sus acciones favorables.
La ubicación de los mediadores ampliamente extendida por el organismo La ubicación de los mediadores ampliamente extendida por el organismo. Su naturaleza química es diversa y no siempre se halla bien identificada. En ocasiones pueden encontrarse juntos y ser producidos y liberados de forma conjunta, originando respuestas complejas en los órganos sobre los que actúan. Su liberación puede ser estable, pero a veces es «explosiva». A medida que aumenta la capacidad de análisis e identificación química, aumentan también el número de mediadores y se conocen mejor los procesos fisiológicos y patológicos en los que actúan.
A este grupo de mediadores pertenecen, entre otros, los siguientes: histamina; 5hidroxitriptamina o serotonina; prostanoides, que comprenden las prostaglandinas, los tromboxanos y los leucotrienos; polipéptidos como la angiotensina y ciertas cininas; pueden ser también incluidas las linfocinas, cuyo papel en la inmunidad celular o diferida cada vez se conoce mejor y otros elementos, como el factor activador de plaquetas, el óxido nítrico, etc.
Angiotensina Los mediadores celulares constituyen un conjunto de sustancias extraordinariamente variadas en su origen, naturaleza y funciones, con un solo punto en común: Ser péptidos, polipéptidos o proteínas.
Sistema renina angiotensina El sistema renina-angiotensina está implicado en la homeostasia cardiovascular y el balance hidroelectrolítico. El precursor de las angiotensinas es una – alpha 2 globulina plasmática denominada angiotensinógeno. Sobre éste actúan de modo secuencial varias enzimas.
Renina. La renina humana (glucoproteína de 340 aminoácidos) es una aspartil proteasa cuyo principal sustrato es el angiotensinógeno, sobre el cual actúa dando origen al decapéptido angiotensina I, virtualmente inactivo. El angiotensinógeno es sintetizado y segregado continuamente por el hígado. La renina, es sintetizada, almacenada y liberada, principalmente, por las células yuxtaglomerulares del riñón. La semivida de la renina circulante es de aproximadamente 80 min o menos.
Angiotensina Acciones de las angiotensinasas: Se localizan en el plasma y en los tejidos. La angiotensina I actúa solo como precursor de la angiotensina II y no tiene otra acción reconocida. La angiotensina II produce constricción arteriolar e incremento de la presión arterial sistólica y diastólica. Es uno de los vaso constrictores más potentes conocidos. La angiotensina III sólo es significativa en algunos tejidos, como la glándula suprarrenal y tienen efectos similares a la angiotensina II
Condiciones que aumentan la secreción de Renina Disminución del sodio Diurético Hipotensión Hemorragia Postura Vertical Deshidratación Insuficiencia Cardíaca; etc.
Mecanismos que intervienen en la producción de la hipertensión arterial. Flujo Renal Disminuido (isquemia) Hígado Renina + angiotensina I (hipertensinógeno) Angiotensina II (hipertensina) Corteza suprarenal (zona glomerular) Aldosterona Retiene Na y H2O
Sistema renina-angiotensina tisular. Además del sistema que genera la angiotensiana II circulante, muchos otros tejidos contienen sistemas de renina- angiotensinas independientes, que generan angiotensina II para uso local. Los componentes de este sistema se encuentran en las paredes de los vasos sanguíneos, el útero, la placenta, membranas fetales. Existe una alta concentración de prorenina en el líquido amniótico, hay sitema tisular de renina-angiotensina o por lo menos varios de sus componentes en los ojos, la porción exocrina del pancreas, corazón, grasa, corteza suprarrenal, testículos, ovarios, lóbulo anterior e intermedio de la hipófisis, pineal y cerebro, etc.
La angiotensina II ha sido implicada en la patogenia de enfermedades cardiovasculares (hipertensión, arteriosclerosis e infarto de miocardio), diabetes y nefropatías.
Regulación de la formación de angiotensina Aumento en la reabsorción de sodio y cloro, aumento en la presión arteriolar aferente, angiotensina II y vasopresina.
Significado fisiopatológico e implicaciones terapéuticas El sistema renina-angiotensina circulante participa en la regulación de la presión arterial a corto plazo mediante el aumento de las resistencias periféricas y a largo plazo con la retención de Na+ y agua, cooperando así en el mantenimiento del equilibrio hidroelectrolítico.
Esta implicado en la patogenia de algunas formas de hipertensión y en la reacción del organismo a la administración de fármacos hipotensores y diuréticos, así como en los mecanismos compensadores que se desencadenan durante la insuficiencia cardíaca congestiva y otras patologías cardiovasculares. Asimismo, el sistema renina-angiotensina interviene en los procesos de remodelación vascular y cardíaca presentes en diversas patologías cardiovasculares, como la insuficiencia cardíaca, lo que constituye la base de nuevas indicaciones para la interferencia farmacológica de este sistema.
La importante contribución de este sistema en diversos estados patológicos induce a modificar o reducir su actividad con fines terapéuticos. Esto se puede conseguir actuando sobre los mecanismos estimuladores de la producción de renina, la acción de la renina sobre el angiotensinógeno, la producción de angiotensina II y la acción de la angiotensina II sobre sus receptores. Adicionalmente se puede modificar la producción de la aldosterona y la acción de ésta sobre sus receptores. Por eso la importancia del uso farmacológico.
“ Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica… La voluntad.” Albert Einstein.