La criatura del deseo José accini sotomayor

“La riqueza tiene futuro” Son grandes las probabilidades de que el mundo cree más riqueza que antes en los próximos años. Aristóteles considereba no virtuosa la adquisición de la riqueza más allá de la autosuficiencia. Este pensamiento se mantuvo durante el siglo XIX con anarquistas y socialistas, y luego hasta hoy en casos como el de los ecologistas.

“La riqueza es una acumulación de posibilidades” En términos generales, algunas fuentes de riqueza se consideran “buenas”. Ej.: Salud, familia, respeto, etc. Sin embargo, por lo general se refiere, de forma restrictiva, a posibilidades económicas, con una connotación negativa de exceso. La riqueza es sinónimo de dinero y tiene su origen en el deseo. El dinero es una de las formas de aquirir riqueza, pero existen muchos otros símbolos para expresar la riqueza.

El significado de la riqueza Deseo puede ser el reflejo de cualquier cosa, desde una necesidad acuciante a una necesidad transitoria. La riqueza satisfce el deseo en cuestión y puede satisfacer otros a la vez. Es, entonces, cualquier posesión que genera lo que los economistas llaman “utilidad”

Gestores del deseo En Oriente, se promovía dentro de la religión liberarse del deseo y destarse de las cosas materiales, esto con el tiempo creó un cultura, que sumergió al paíse en una etapa de desconcierto. Oriente se empobrece. En Occidente, en cambio, la religion prohíbe todo tipo de liberación y promueve conseguir dinero y trabajar duro para llegar al Señor, que recompensará, esto en la práctica vuelve rico a Occidente. El cambio de mentalidad acompaña un crecimiento en la economía para los países y que ganen más que antes. Oriente sufrió este cambio recientemente.

Gestión del deseo El ascetismo, la ideología, la religión, la publicidad y otros medios son las herramientas de las élites en toda la sociedad para gestionar el deseo. La gestión del deseo funciona directamente como punto de partida para la creación de la riqueza. Sin embargo, el hecho de que se gestione el deseo no es garantía de alcanzar la riqueza.

“Las culturas que promueven el deseo y persiguen la riqueza no tienen por qué alcanzarla, mientras que las culturas que predican las virtudes de la pobreza suelen lograr, precisamente, aquello por lo que rezan”.