a tu hermano…sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo”. 7º Domingo Tiempo Ordinario- Ciclo A “No odiarás de corazón a tu hermano…sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Lev 19, 17-18)
El Maestro exhorta a sus discípulos a que no rehuyan A los que agravian. A los que pleitean por la túnica. A los que piden dinero prestado. A los que abofetean.
a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian”. Su mensaje sugiere tres actitudes: “ Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian”.
No se trata de caer en un victimismo enfermizo. Se trata de aprender a amar con gratitud. Actitudes que suponen un heroísmo no habitual.
Hay que poner amor donde no lo había… porque eso es lo que hace Dios. Antes de ser una exhortación moral, el texto es una revelación del mismo Dios.
Dios hace salir su sol sobre buenos y malos No es la bondad humana la que mueve a Dios a regalarnos la luz. Y no es la maldad humana la que puede impedir a Dios hacerse presente en nuestras vidas.
Dios manda la lluvia a justos e injustos No es la justicia humana la que determina la justicia de Dios.
Es la lluvia de su misericordia la que produce sobre la tierra la verdadera justicia que es, a fin de cuentas, el rostro del amor.
Señor Jesús, con tu palabra y con tu ejemplo nos has enseñado que no basta con olvidar las ofensas ni basta con perdonar al ofensor. Es preciso aceptarlo y amarlo como a un hijo del mismo Padre común. Sabemos que no es fácil. Que tu luz nos ilumine. Amén.
José Román Flecha Andrés Texto: EL CÁNTARO, Ciclo A –Editorial Monte Carmelo 2016 Presentación: Antonia Castro Panero