Jesús siempre dijo la verdad Después de la Última Cena, Jesús fue con los Apóstoles al Huerto de los olivos. Allí llegó Judas con sus amigos y le cogieron prisionero. Los apóstoles lo abandonaron y huyeron.
Luego, lo ataron y lo llevaron al palacio de Caifás, sumo sacerdote de los judíos. Muchos acusaban a Jesús diciendo muchas mentiras.
Caifás le preguntó: ― ¿eres tú el hijo de Dios Caifás le preguntó: ― ¿eres tú el hijo de Dios? Jesús sabía que si decía la verdad sería condenado a muerte; pero fue valiente y le dijo a Caifás: ― Sí, yo soy el Hijo de Dios.
Entonces lo abofetearon, lo azotaron y le pusieron una corona de espinas. Jesús pudo mentir para salvarse del castigo. Pero no lo hizo. Así nos enseñó el valor de la verdad.
Cada vez que decimos la verdad nos hacemos más amigos de Jesús. Si alguna vez se te escapa una mentira, pídele enseguida perdón a Jesús.
¡cuesta mucho decir siempre la verdad! Ana ha roto un jarrón y esconde los pedazos para que no la descubran. Fran ha cogido unos caramelos sin permiso, pero luego lo dice.
El inventor de la mentira es el diablo.
El diablo fue quien introdujo en el mundo la primera mentira cuando dijo a nuestros primeros padres: Si coméis del árbol prohibido seréis como dioses Comieron y, en lugar de ser como dioses, Adán y Eva perdieron la amistad con Dios y fueron expulsados del Paraíso.
Rezamos: Jesús, ayúdame a decir siempre la verdad Aprendemos: El octavo mandamiento de la Ley de Dios es: No dirás falso testimonio ni mentirás. ¿Debemos decir siempre la verdad? Sí, debemos decir siempre la verdad aunque cueste. FIN