Lectio divina del Salmo dominical

Slides:



Advertisements
Presentaciones similares
Domingo 29 del Tiempo Ordinario
Advertisements

Domingo XXIX de T.O. Año C.
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Evangelio según San Lucas
Lectio divina del Salmo dominical Is 56,1.6-7: A los extranjeros los traeré a mi monte santo. Sal 66, : Oh Dios, que te alaben los pueblos, que.
Domingo VI de Pascua Hch 10, : El don del Espíritu Santo se ha derramado también sobre los gentiles. Sal 97,1.2-3ab.3cd-4: El Señor revela.
Lectio divina del Salmo dominical Ez 2,2-5: Son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos. Sal 122,1-2a.2bcd.3-4: Nuestros ojos.
Ascensión del Señor Domingo VII de Pascua Hch 1,1-11: Lo vieron levantarse. Sal 46, : Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de.
Domingo 29 del Tiempo Ordinario
Lectio divina del Salmo dominical
Salmo 120 El auxilio me viene del Señor que hizo el cielo y la tierra.
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical Dt 4, : No añadáis nada a lo que os mando..., así cumpliréis los preceptos del Señor. Sal 14,2-3a.3bc-4ab.5: Señor,
Lectio divina del Salmo dominical Is 35,4-7a: Los oídos del sordo se abrirán, la lengua del mudo cantará. Sal 145,7.8-9a.9bc-10: Alaba, alma mía, al Señor.
Lectio divina del Salmo dominical Ap 7, : Apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo.
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical Nm 6,22-27: Invocarán mi nombre sobre los israelitas y los bendeciré. Sal 66, : El Señor tenga piedad y nos.
Lectio divina del Salmo dominical Dt 26,4-10: Profesión de fe del pueblo escogido. Sal 90, : Acompáñame, Señor, en la tribulación.
Lectio divina del Salmo dominical Is 6,1-2a.3-8: Aquí estoy, mándame. Sal 137,1-2a.2bc c-8: Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor. 1Co 15,1-11:
Bienvenidos Julio 26, 2015 El Maestro de las Tormentas de la Vida Marcos 6:45-52.
Lectio divina del Salmo dominical Is 43,16-21: Mirad que realizo algo nuevo y apagaré la sed de mi pueblo. Sal 125,1-2ab.2cd : El Señor ha estado.
Lectio divina del Salmo dominical Domingo VI de Pascua Hch 15, : Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las.
Lectio divina del Salmo dominical Domingo IV de Pascua Hch 13, : Sabed que nos dedicamos a los gentiles. Sal 99,2.3.5: Somos su pueblo y ovejas.
Lectio divina del Salmo dominical Za 12,10-11;13,1: Mirarán al que atravesaron. Sal 62, : Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío. Ga.
Lectio divina del Salmo dominical Qo 1,2;2,21-23: ¿Qué saca el hombre de todos los trabajos? Sal 89, : Señor, tú has sido nuestro refugio.
Lectio divina del Salmo dominical Sb 18,6-9: Con una misma acción castigabas a los enemigos y nos honrabas, llamándonos a ti. Sal 32, :
Lectio divina del Salmo dominical Hch 4,33; 5, ; 12.2: El rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago. Sal 66, : Oh Dios, que te alaben.
Lectio divina del Salmo dominical Gn 18,20-32: Que no se enfade mi Señor, si sigo hablando. Sal 137,1-2a.2bc-3.6-7ab.7c-8: Cuando te invoqué, Señor, me.
Ven a la fiesta, es el momento de rezar y de cantar. Hoy celebramos que en nuestras vidas Dios viviendo siempre está (Bis)
Domingo 29 del Tiempo Ordinario
Lectio divina del Salmo dominical Sagrado Corazón de Jesús
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Vigésimo noveno domingo del Tiempo Ordinario
Vigésimo noveno domingo del Tiempo Ordinario
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical
+ Una exhortación a bendecir al Señor (vs + Una exhortación a bendecir al Señor (vs. 1-2) y un augurio de bendición divina (v. 3), componen este breve.
Lectio divina del Salmo dominical
El espectáculo de la Ciudad santa, protegida por un cerco de montañas, suscita la actitud de profunda confianza en Dios, que se refleja en este Salmo.
Lectio divina del Salmo dominical
La estructura dialogada de este Salmo parece indicar que los peregrinos lo cantaban en forma coral, durante la marcha hacia Jerusalén. Un tono de.
Vigésimo noveno Domingo
Transcripción de la presentación:

Lectio divina del Salmo dominical Domingo XXIX del Tiempo Ordinario Año C: El Señor escucha y guarda a su pueblo. Ex 17,8-13: Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel. Sal 120,1-2.3-4.5-6.7-8: El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. 2Tm 3,14-4,2: El hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena. Lc 18,1-8: Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan.

El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio?, el auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el guardián de Israel.

El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.

El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre.

El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

Si quieres escuchar el original hebreo, pincha aquí Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio… Salmo 120 (121) 1Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? 2El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.  3No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; 4no duerme ni reposa el guardián de Israel.  5El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; 6de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.  7El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; 8el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre.   Si quieres escuchar el original hebreo, pincha aquí

Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.

Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Nuestro salmo se encuentra en la segunda parte del salterio, dedicado a las alabanzas a Dios, formada por los libros: 4º: salmos 89-105 y 5º: salmos 106-150 Salmo 120 (121): El guardián del pueblo El salmo 120 forma parte –dentro del quinto libro- del grupo de salmos denominados “De las subidas o de Peregrinaje” (salmos 119-133) porque los judíos rezaban estos salmos cuando subían a Jerusalén para las fiestas.

Lectio: ¿Qué dice el texto? El salmo 120 es un canto basado en la confianza de un Dios que protege a su pueblo constantemente. La palabra clave de este salmo es la raíz hebrea “smr” = guardar. Dios vela por su pueblo no como “el ojo inquisidor” sino como un Padre que ama a sus fieles, un Dios compañero de camino en la peregrinación de la vida. Su estructura (a pesar de su género mixto, pues en este breve salmo encontramos temas como la confianza, el género oracular y la lamentación) podría ser la que sigue: vv. 1-2: Introducción. El peregrino levanta sus ojos para contemplar en el horizonte las siluetas lejanas de los montes que rodean la ciudad santa. En uno de ellos, la colina de Sión, descansa el trono de YHWH. Justamente, desde el santuario de Jerusalén provendrá el auxilio a los piadosos que confían en su Dios, que es nada menos que el Creador de cielos y tierra.  vv. 3-6: Oráculo que responde y corrobora la profesión de fe del orante. vv. 7-8: Otro coro de voces concluye llamando a la confianza. Desde Cristo podemos orarlo como una explicitación de la petición que el mismo Señor nos enseñó en el Padrenuestro: No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.

El auxilio me viene del Señor Mecditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. El auxilio me viene del Señor Con el salmista proclamamos nuestra confianza en el Señor. Con Josué acometemos, animosos, las batallas de cada día apoyados en la oración. Si ésta falta, perdemos; si somos perseverantes, vencemos,

El auxilio me viene del Señor ¡Qué bien lo diría la viuda del Evangelio! Pero que nuestra oración no sea un puro pedir (te doy para que me des) sino una necesidad vital de diálogo y comunión con Dios, a Quien confiamos nuestras penas y alegrías.

El auxilio me viene del Señor El salmista hoy nos interpela, ¿vivo en esa Presencia de Dios, consciente de que Él vela amorosamente por cada uno de nosotros, que nos guarda de todo mal? Porque el salmista está plenamente convencido de que Dios le escucha a pesar de todos los pesares, ¿y yo? El auxilio me viene del Señor

Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo? Te damos gracias, Señor, porque Tú eres nuestro auxilio, Tú nos guardas y proteges. Haz que siempre confiemos en Ti, que escuchas a los que te gritan. Amén.

Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros… Levanto mis ojos a los montes, ¿de dónde me vendrá el auxilio? Mira el alma necesitada y perpleja cómo encontrándose entre males y queriendo alcanzar consuelo, vuelve la vista a Dios. De nuevo esto es una buena obra y fruto que brota de las tentaciones, que levanta al alma y la lleva a que busque el auxilio de arriba y se separe de todas las cosas terrenas. El Señor custodiará tu salida y tu entrada. Otro intérprete dice: Tu llegada. ¿Ves cómo tiene su auxilio perpetuo en todas partes, al entrar y al salir? ¿Qué puede compararse a esta caridad? ¿Qué puede haber igual a esta benevolencia? Aquí, ciertamente, se refiere a toda la vida, pues la vida toda consiste en eso, en salidas y entradas. Y mostrándolo más claramente añadió: Desde ahora y por siempre. No un día –dice- ni dos, ni tres, ni diez, ni veinte, ni cien días, sino perpetuamente, lo cual no sucede entre los hombres… Pero las cosas de Dios permanecen inconmovibles, perpetuas, inalterables, estables y carecen de fin. (San Juan Crisóstomo, Comentario al salmo 120, 1.6)

Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”… ¡Ora sin cesar!