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Lectio divina del Salmo dominical Domingo VI de Pascua Hch 15,1-2.22-29: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las.

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2 Lectio divina del Salmo dominical Domingo VI de Pascua Hch 15,1-2.22-29: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables. Sal 66,2-3.5.6.8: Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Ap 21,10-14.22-23: Me enseñó la ciudad santa, que bajaba del cielo. Jn 14,23-29: El Espíritu Santo os irá recordando todo lo que os he dicho.

3 Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

4 El Señor tenga piedad nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación.

5 Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

6 Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra.

7 Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

8 Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe.

9 Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

10 Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio… Salmo 66 (67) [ 1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. Cántico.] 2 El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; 3 conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. 4 Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. 5 Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. 6 Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. 7 La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios. 8 Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. Si quieres escuchar el salmo en hebreo, pincha aquí

11 Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.

12 Nuestro salmo se encuentra en la primera parte del salterio, dedicado a las súplicas a Dios, formada por los libros: 1º: salmos 1-40 1º: salmos 1-40 2º: salmos 41-71 2º: salmos 41-71 Y 3º: salmos 72-88 Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Salmo 66: Que todos los pueblos alaben al Señor. Dentro del segundo libro, este salmo pertenece a un conjunto de súplicas “mizmorim” (salmos 61-67) que constituyen un grupo homogéneo de siete salmos de alabanza en el que se hace una relectura posterior interpretando las antiguas plegarias individuales de David en sentido colectivo.

13  Este salmo 66 probablemente se cantaba en una de las dos fiestas de la cosecha: Pentecostés o los Tabernáculos. La fertilidad de la tierra, la alegría por la fecundidad de la siega invitaba a alabar al Señor con este breve poema. Un canto de acción de gracias y de bendición.  Y a partir de este signo de la bendición divina –la fecundidad de la tierra- Israel, consciente de ser el Pueblo de la alianza, heredero de las promesas y mediador de la bendición divina para todos los pueblos, se abre a una invitación y deseo gozoso de que toda la tierra participe de esta dicha. Es un salmo claramente universalista.  Su estructura alterna la forma orante (vv. 3. 4 y 6) con fórmulas de deseo (vv. 2. 5. 7b y 8).  Asimismo, es un comentario del salmista en clave poética, de la bendición sacerdotal de Nm 6, 24-27.  La tierra ha dado su fruto: Son varios los Padres que, en el comentario a este versículo, nos ofrecen una interpretación concorde. La Tierra es la Virgen María que es de nuestra raza, de esta arcilla, de este lodo, de la descendencia de Adán. La tierra ha dado su fruto: Jesucristo. Pero además, en la resurrección de Jesús la tierra ha dado el mejor fruto: la salvación. Cristo resucitado es la bendición de todos los pueblos porque en Él hemos sido bendecidos con toda clase de bendiciones por el Padre. Lectio : ¿Qué dice el texto?

14 Que canten de alegría las naciones. Ciertamente, no encontraríamos mejor salmo como respuesta a la 1ª lectura. En ella se nos relata un momento sumamente importante y decisivo: la apertura oficial a los convertidos del paganismo. No se les impone la circuncisión ni prescripciones alimenticias, en una palabra, no es necesario cumplir la ley de Moisés para ser cristianos. Todos los pueblos están llamados a la salvación. Sí, que canten de alegría las naciones, todas las naciones. Meditatio : Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo.

15 El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros. La bendición con la que Aaron bendecía al pueblo de Israel ahora se abre a toda la tierra. Oremos el salmo cantando gozosos la realidad de esta bendición e implorando que la paz de Cristo resucitado descienda sobre nuestro mundo. Que amemos al Señor y guardemos su Palabra para que, iluminados, seamos morada de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y mediación de gozo y misericordia para cuantos nos rodean.

16 Oh Dios, que te alaben los pueblos. Deseémoslo con todo el corazón. El espíritu nos ha sido dado para que recordemos cuanto Jesús dijo e hizo. Y uno de sus mandatos es: “Id al mundo entero y predicad el evangelio.” ¡Ojalá en todas nuestras comunidades surjan vocaciones orantes y misioneras que lleven, afiancen y vivan el gozo de la resurrección, el gozo de nuestra salvación.

17 Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo? Te damos gracias, Señor, porque mediante la predicación apostólica, ha llegado a nosotros el gozo del Evangelio. Haz que vivamos conscientes de tu Presencia y Te manifestemos por la misericordia y el amor. Amén. Aleluya.

18 Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros… “Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y tenga piedad de nosotros. Necesitamos la bendición de Dios para que su rostro nos ilumine, para que la luz de su conocimiento irradie sobre nuestros corazones entenebrecidos, para que el espíritu de su majestad disipe la oscuridad de nuestra inteligencia y así podamos gloriarnos diciendo: Brille sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro. Esta iluminación de su rostro sobre nosotros es don de su misericordia, misericordia que inició su obra en nosotros con la remisión de los pecados. El Señor es la luz verdadera que ilumina a apóstoles y profetas para que también ellos puedan ser luz. A toda esta predicación profética y apostólica debe seguir la alabanza de los pueblos. La expresión «que te alaben los pueblos» parece designar a los creyentes o a los que en el futuro creerán procedentes de las doce tribus de Israel, mientras que las palabras «que todos los pueblos te alaben» no excluyen a pueblo alguno. El texto «cantan de alegría las naciones, porque rige el mundo con justicia y gobierna las naciones de la tierra» indica como causa de la alegría la esperanza del juicio eterno y el ingreso de las naciones en el camino de la vida.” (S AN H ILARIO DE P OITIERS, Tratado sobre el salmo 66)S AN H ILARIO DE P OITIERS

19 El que me ama, guardará mi Palabra y vendremos a él. ¡Ábrete al Don de Dios! Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”…


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