Lectio divina del Salmo dominical

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En esta súplica, el reconocimiento del propio pecado se une a la confiada seguridad de obtener el perdón divino. ● El salmista, lejos de sentirse.
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Lectio divina del Salmo dominical Domingo V de Cuaresma Año A
Lectio divina del Salmo dominical
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA
DOMINGO, 2 de NOVIEMBRE CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS.
Lectio divina del Salmo dominical Is 56,1.6-7: A los extranjeros los traeré a mi monte santo. Sal 66, : Oh Dios, que te alaben los pueblos, que.
Domingo VI de Pascua Hch 10, : El don del Espíritu Santo se ha derramado también sobre los gentiles. Sal 97,1.2-3ab.3cd-4: El Señor revela.
Lectio divina del Salmo dominical Ez 2,2-5: Son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos. Sal 122,1-2a.2bcd.3-4: Nuestros ojos.
Lectio divina del Salmo dominical
Lectio divina del Salmo dominical Gn 3, : Establezco hostilidades entre tu estirpe y la de la mujer. Sal 97,1.2-3ab.3c-4: Cantad al Señor un cántico.
Lectio divina del Salmo dominical Domingo III de Pascua Hch 5,27b-32.40b-41: Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo. Sal 29, a.13b:
Lectio divina del Salmo dominical Domingo V de Pascua Hch 14,21b-27: Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio de ellos. Sal 144, ab:
Lectio divina del Salmo dominical Is 43,16-21: Mirad que realizo algo nuevo y apagaré la sed de mi pueblo. Sal 125,1-2ab.2cd : El Señor ha estado.
Lectio divina del Salmo dominical Domingo VI de Pascua Hch 15, : Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las.
Lectio divina del Salmo dominical Domingo IV de Pascua Hch 13, : Sabed que nos dedicamos a los gentiles. Sal 99,2.3.5: Somos su pueblo y ovejas.
Lectio divina del Salmo dominical Za 12,10-11;13,1: Mirarán al que atravesaron. Sal 62, : Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío. Ga.
Lectio divina del Salmo dominical Qo 1,2;2,21-23: ¿Qué saca el hombre de todos los trabajos? Sal 89, : Señor, tú has sido nuestro refugio.
Lectio divina del Salmo dominical Hch 4,33; 5, ; 12.2: El rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago. Sal 66, : Oh Dios, que te alaben.
Lectio divina del Salmo dominical Gn 18,20-32: Que no se enfade mi Señor, si sigo hablando. Sal 137,1-2a.2bc-3.6-7ab.7c-8: Cuando te invoqué, Señor, me.
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RESUCITAR A LOS AMIGOS.
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Espero confiado en el Señor Cierto estoy de su Palabra
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¡Gracias por la Eucaristía!
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Quinto Domingo de CUARESMA “Jesús es vida”
“Ustedes son testigos de todo esto”
Este salmo es un mezcla se súplica individual y también de salmos sapienciales En la primera parte, el salmista expresa totalmente su confianza en.
En esta súplica, el reconocimiento del propio pecado se une a la confiada seguridad de obtener el perdón divino. ● El salmista, lejos de sentirse.
Transcripción de la presentación:

Lectio divina del Salmo dominical Domingo V de Cuaresma Año A: Resucitar y vivir. Ez 37,12-14: Os infundiré mi espíritu y viviréis. Sal 129,1-2.3-4ab.4c-6.7-8: Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa. Rm 8,8-11: El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros. Jn 11,1-45: Yo soy la resurrección y la vida.

Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.

Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto.

Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora.

Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

Porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos.

Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio… 1Desde lo hondo a ti grito, Señor; 2Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. 3Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? 4Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto. 5Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; 6mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. 7Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora; porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; 8y él redimirá a Israel de todos sus delitos. Si quieres escuchar el salmo en hebreo, pincha en este vínculo

Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.

Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Nuestro salmo se encuentra en la segunda parte del salterio, dedicado a las alabanzas a Dios, formada por los libros: 4º: salmos 89-105 y 5º: salmos 106-150 Dentro del quinto libro, este salmo pertenece a un conjunto de salmos denominados de “peregrinación o graduales” (salmos 119-133) porque eran los salmos que los judíos recitaban y cantaban cuando iban de peregrinación y subían a Jerusalén. Salmo 129: Desde lo hondo a ti grito, Señor.

Lectio: ¿Qué dice el texto? Este es uno de los Salmos llamados “penitenciales” (Salmos 5; 31; 37; 50; 101; 142). El famoso De profundis, tantas veces orado a lo largo de los siglos sobre todo en la liturgia de difuntos por su marcado tono de esperanza. Quizá en su origen fuera este salmo una súplica individual para pedir perdón a Dios, privadamente o en el culto. El salmista, a partir de una situación de angustia total, de profunda desesperación, cuyo motivo desconocemos, se dirige a un “Tú” al que considera capaz de escuchar. Esta es la grandeza del orante: no hay ninguna situación de desconcierto en la que no pueda invocar al Señor. Posteriormente, y de una manera definitiva, al ser incluido en la colección de “las subidas”, es decir, en un ambiente de peregrinación a Jerusalén y para uso en esa liturgia, adquirió un matiz colectivo y más de confesión de fe que de pedir perdón por los pecados, ya que celebrar al Dios que perdona al Pueblo es una manera explícita de confesar la fe. La estructura del salmo gira en torno a dos movimientos: VV. 1-4: se confiesa al Dios rico en perdón tras la propia experiencia de pecado. La hondura radical es el pecado que aleja al hombre de Dios y lo envuelve en la oscuridad. VV: 5-8: se confiesa a Dios en la certeza de una espera creyente: amanecerá la misericordia, Dios redimirá del pecado.

Del Señor viene la misericordia y la redención copiosa. Mecditatio: Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. Del Señor viene la misericordia y la redención copiosa. Todos los textos de este domingo están profundamente cohesionados y entrelazados en torno a Jesucristo: Resurrección y Vida. Ya sea en sentido literal: resurrección de entre los muertos, sacar al Pueblo de sus sepulcros, resucitación de Lázaro; ya sea en su sentido más figurado pero plenamente real como el anterior: librar de la vida de pecado, “desatando” mediante el perdón y la misericordia al hombre esclavo de sus pasiones y vicios para hacer de él una criatura nueva.

Desde lo hondo a ti grito, Señor. Dios siempre nos espera, siempre está dispuesto a sacarnos de todas las “honduras” de nuestra existencia. Como dice el salmo: el perdón es cosa suya, es propio del Señor la misericordia. ¿De veras nosotros le aguardamos a Él como el centinela la aurora?

Mi alma aguarda al Señor más que el centinela la aurora. Mi alma desea anhelarte como el centinela la aurora. La noche es larga pero la espera cierta. Entonces, mientras espero en la noche quiero hacerlo como el ruiseñor que canta en la tiniebla tal como dice el bello poema del místico inglés del siglo XIV, Richard Rolle: “El ruiseñor cantará toda la noche para complacer a su amada, cuánto más te debo cantar a Ti, Cristo Jesús, esposo de mi alma, en la vida presente, la cual es noche para mi comparado con la claridad que despuntará en la mañana.” (Fire, 42)

Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo? Te damos gracias, Señor, porque de Ti viene la misericordia, y la redención copiosa. Devuélvenos, pues, la alegría de tu salvación y haznos oír el gozo y la alegría. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Contemplatio: Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros… “Oíd cómo clamó de lo profundo la voz del pecador: Desde lo profundo clamé a Ti, ¡oh, Señor!; Señor, oye mi voz. Atiendan tus oídos a la voz de mi plegaria. ¿Desde dónde clama? De lo profundo. ¿Quién clama? El pecador, ¿con qué esperanza clama? Con esperanza firme, porque el que vino a perdonar los pecados, dio esperanza al pecador colocado en el abismo. (…) ¿Por qué hay esperanza? Porque en Ti hay propiciación. (…) Porque en el Señor hay misericordia y en Él abundante redención. ¡Magnífico! No podría decirse cosa mejor en su lugar atendiendo a lo que dijo: Desde la vigilia matutina espere Israel en el Señor. ¿Por qué? Porque a partir de la vigilia matutina resucitó el Señor y el cuerpo debe esperar lo que aconteció en la Cabeza.” (San Agustín, Comentario al Salmo 129)

Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”… Señor, que viva…