Área Educación de la Fe Ámbito Pastoral Juvenil ITINERARIO FORMATIVO EDUCADORES DE LA FE Área Educación de la Fe Ámbito Pastoral Juvenil

ESTADIOS Caminante Discípulo Apóstol

Caminante El Joven Rico Mi Credo

Los Discípulos de Emaús Mi Evangelio

Testamento espiritual Le contaron todo lo que habían hecho Testamento espiritual Apóstol

CAMINANTE LOME 97: Identidad personal y la vida como vocación LOME 107:Escucha Punto de partida: Sintiendo el compromiso de la Autoformación es una persona que está dispuesta a realizar un constante trabajo para conocerse, valorarse, amarse a sí misma y buscar el sentido de su vida teniendo presente la propuesta cristiana. Punto de llegada Una persona madura, con conciencia de la propia dignidad otorgada por Dios. Posee capacidad para vincularse con los demás e insertarse de manera plena en la sociedad. Abierto a las diversas realidades que vive el mundo, pero teniendo una capacidad crítica frente a lo que le es propio como educador de la fe salesiano. Responde a ser una persona acogedora, respetuosa, tolerante y compasiva, propio de la concretización del sistema preventivo.

DISCÍPULO LOME 97: Encuentro con Cristo LOME 107: Diálogo Punto de partida: Posee conciencia de ser creatura, hijo de Dios, hermano de Jesucristo a quien sigue Punto de llegada: Mantiene un diálogo vivo con el Señor por medio de la oración, la escucha de su Palabra (Lome 120) y a través de la vivencia de los sacramentos. Posee una vida coherente con los principios evangélicos sintiéndose llamado a la santidad en medio de su familia, trabajo, en lo social y en lo político. Posee un espíritu de servicio mediante la aplicación de los valores universales (Lome 121) con los cuales da razones de su fe y de su esperanza, que lo lleva a tener una actitud de discernimiento constante en clave cristiana.

APÓSTOL LOME 97: Apertura del compromiso social y la apertura eclesial LOME:107: Discernimiento Punto de partida: Persona abierta a la voz del Espíritu, que le impulsa a ser Iglesia. Punto de llegada: Sabe vivir su fe y su vida en comunidad, en especial teniendo como misión ayudar al discernimiento cristiano a otros, proponiendo experiencias de encuentro con el Dios vivo. Vive su ser Apóstol como vocación que se plasma en la misión y el apostolado, siendo capaz de asumir la dimensión profética de su bautismo. Por su vocación (Lome 122) se siente corresponsable de la vida y misión de la Iglesia, de sus pastores y todos aquellos que se esfuerzan por anunciar el evangelio en la sociedad invitando a formar el compromiso y ejercicio con la ciudadanía activa. Vive el compromiso de la autoformación.