En los tiempos de CRISIS, los religiosos han sabido mirar siempre hacia el futuro. Los Fundadores no fueron nostálgicos del pasado, tampoco simples “aventureros”… Tampoco tomaron el camino fácil Atentos a los signos de los tiempos elaboraron poco a poco proyectos de los que nosotros somos herederos
CRISIS: Pérdida de referencia, incertidumbre ante el futuro Oportunidad para aprovechar el “momento favorable” que vivimos (Rm 8,28)
Se abren nuevos campos de misión, como el de Internet y las redes sociales ¿Cómo formar a jóvenes que están habituados a una forma de comunicarse de la cual ya no pueden prescindir?
El momento actual nos desafía a asumir otro modo de presencia
Retomar nuestra Identidad La identidad es diferente de las funciones que ejercemos y de los trabajos que realizamos, aunque a través de ellos nos expresamos Exige una reflexión profunda sobre el sentido de nuestra consagración a partir de la dimensión evangélica de nuestra vocación. De aquí la centralidad de Dios en la existencia y en el proyecto personal de cada Consagrada y Consagrado
CONCLUSIÓN Habría que recordar que los cristianos, y más concretamente las y los consagrados, tenemos en nuestras manos una seria responsabilidad: acercar a nuestros hermanos la oferta salvadora de Jesús.
Antiguos Padres de la Iglesia: comparan la comunidad con la LUNA = planeta árido, estéril, sin vida propia Al mirarla desde la Tierra nos impresiona su luminosidad y hermosura
Nos refleja en la noche la luz que procede del sol. La comunidad, aunque en sí misma pobre y sin vida, existe para reflejar el AMOR DE DIOS que la habita De manera que caliente e ilumine a toda la humanidad
Pero… siguiendo la analogía, la comunidad puede tener también como las fases de la luna:
E incluso tener como un eclipse lunar…
Nuestra verdadera vocación: Ser su modesta y agradecida LUNA LLENA