Enciclíca Laborem Excerses Sobre el trabajo humano S.S. Juan Pablo II 14 de mayo 1981 En ocasión del 90 aniversario de la Rerum Novarum

Contenido La presente encíclica trata la concepción del hombre y del trabajo. El enfoque general responde a un análisis de la época moderna, en que se han desarrollado con enorme profusión experiencias de carácter económico, social, histórico, teológico, antropológico, etc. Generalmente acerca del trabajo humano, se ha ignorado su concepto exacto.  La Encíclica va más al fondo, llega al corazón del concepto mismo del trabajo humano. En lugar de trazar un modelo ideal, Juan Pablo II ayuda a comprender lo que ha acontecido y sigue aconteciendo en la historia, de qué modo puede el hombre transformarse con su trabajo, hacerse más hombre. Además Laborem Exercens muestra cómo los socialismos tratan a los seres humanos como instrumentos de producción y no como personas-sujetos de trabajo. Por otra parte, en los liberalismos se les trata como mercancía sujeta al mercado de la oferta y la demanda. Con la proletarización de los intelectuales y su desempleo, se incrementa el problema social.

Espiritualidad del trabajo Que ayude a todos los hombres a acercarse a través de él a Dios, Creador y Redentor, a participar en sus planes salvíficos respecto al hombre y al mundo, y a profundizar en sus vidas la amistad con Cristo, asumiendo mediante la fe una viva participación en su triple misión de Sacerdote, Profeta y Rey, tal como lo enseña con expresiones admirables el Concilio Vaticano II.

Espiritualidad del Trabajo a. El trabajo ocupa el centro de la cuestión social y es la clave para la vida humana. b. El libro del Génesis 1, 2, 3 recuerda el mandamiento divino de dominar la tierra y el trabajo es el mejor medio de lograrlo. “Primer evangelio de trabajo”. c. El trabajo ante la vida familiar: logra metas que se fijan las familias, aumentan el bien común de la familia humana. d. El trabajo es una obligación y un deber para el individuo y los grupos humanos.

Espiritualidad del trabajo e. Las personas con capacidades diferentes también deben de participar en el trabajo. f. El trabajo agrícola es la base de las economías saludables. g. Elementos de una espiritualidad del trabajo: los seres humanos comparten sus actividades con la acción de Dios; el trabajo imita la acción de Dios y otorga dignidad al trabajador. Nuestro Señor Jesucristo fue un hombre de trabajo. Hay en la Sagrada Escritura muchas referencias al trabajo; el Concilio Vaticano II dice que: el trabajo es necesario para el progreso terreno y para el desarrollo del Reino.

El Descanso “Por lo tanto, el trabajo humano no sólo exige el descanso cada «siete días», …debe dejar un espacio interior, donde el hombre, convirtiéndose cada vez más en lo que por voluntad divina tiene que ser, se va preparando a aquel «descanso» que el Señor reserva a sus siervos y amigos.”

Empresario, definición a. Empresario directo es quien contrata inmediatamente al trabajador. b. Empresario indirecto son las personas, instituciones, conjuntos de principios, estados, sistemas económicos, que influyen de una u otra manera en las relaciones laborales.

Principios fundamentales a.- Prioridad del trabajo sobre el capital; primacía de la persona sobre las cosas. b. Necesidad de un sistema que armonice capital y trabajo. No hay que olvidar que la humanidad cuenta con dos herencias: la naturaleza y los recursos desarrollados por las personas. c. El criterio para una economía mundial ha de ser respetar los derechos objetivos de los trabajadores, a través de la justa remuneración a su trabajo. d. Los salarios son un medio práctico por el que las personas pueden tener acceso a los bienes destinados al uso universal. e. El derecho a formar unidades sindicales es indispensable para la vida social. f. Los sindicatos se originaron por la lucha de trabajadores y son pieza fundamental en la lucha por la justicia, al mismo tiempo que un factor constructivo del orden social. g. El Estado (de manera subsidiaria) puede intervenir para asegurar los derechos y el bien común. h. Las huelgas son legítimas, pero han de ser extraordinarias. i. En los conflictos tener dos preocupaciones: pueden convertirse las demandas en egoísmo de clase y pueden apartar los reclamos de los propios papeles de los sindicatos.

Cristo, hombre de trabajo 2 Tesalonicenses 3, 8-10 «Con afán y con fatiga trabajamos día y noche para no ser gravosos a ninguno de vosotros», «algunos viven entre vosotros desordenadamente, sin hacer nada», «El que no quiere trabajar no coma», «Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón como obedeciendo al Señor y no a los hombres, teniendo en cuenta que del Señor recibiréis por recompensa la herencia».

Recomendaciones finales “En estas reflexiones dedicadas al trabajo humano, queremos resaltar todo lo que parecía indispensable, dado que a través de él deben multiplicarse sobre la tierra no sólo «los frutos de nuestro esfuerzo», sino además «la dignidad humana, la unión fraterna, y la libertad». El cristiano que está en actitud de escucha de la palabra del Dios vivo, uniendo el trabajo a la oración, sepa qué puesto ocupa su trabajo no sólo en el progreso terreno, sino también en el desarrollo del Reino de Dios, al que todos somos llamados con la fuerza del Espíritu Santo y con la palabra del Evangelio.