La búsqueda de la bendición La BÚSQUEDA DE Jacob

Nuestra búsqueda incesante Buscamos éxito, realización, placer. Buscamos felicidad, satisfacción, sanidad. Buscamos amor, aceptación, esperanza. Buscamos ver la bendición de Dios.

I. La HISTORÍA de Jacob (Génesis 25:19-28) La profecía sobre la vida Jacob. El estilo de vida tranquilo de Jacob. Su lugar en el álbum familiar.

Lección 1: Antes de nacer Dios previó un destino maravilloso para cada uno de sus hijos. Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo. Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él. Efesios 1:3-4

II. La BÚSQUEDA de Jacob (Génesis 25:29-34; 27:1-40) El deseo de ocupar el lugar de su hermano. El deseo de tomar la bendición de su Padre.

Lección 2: No necesitamos tomar el lugar de otro para recibir la bendición de Dios. Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor —, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé. Jeremías 29:11-12

III. La búsqueda de DIOS (Génesis 28:10-15) Revelarse a Jacob como el Dios de sus padres. Bendecir a Jacob con las promesas de sus padres. Proteger a Jacob por ser su elegido para bendecir.

Lección 3: Dios se presenta a nuestras vidas para que lo conozcamos y disfrutemos de su bendición. Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él, y doy mi vida por las ovejas. Juan 10:14-15

IV. La RESPUESTA DE JACOB (Génesis 28:16-22) Reconoció la presencia de Dios. Realizó un ritual de adoración a Dios. Condicionó las promesas de Dios.

Lección 4: Debemos ser agradecidos con Dios porque su mayor bendición es su presencia en nuestras vidas. Todas las promesas que ha hecho Dios son «sí» en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos «amén» para la gloria de Dios. Dios es el que nos mantiene firmes en Cristo, tanto a nosotros como a ustedes. Él nos ungió, nos selló como propiedad suya y puso su Espíritu en nuestro corazón, como garantía de sus promesas. 2 Corintios 1:20-22

NUESTRA BÚSQUEDA DE BENDICIÓN Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y potencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda. Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina. 2 Pedro 1:3-4