“El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en el campo…” DOMINGO XVII T. Ordinario -A “El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en el campo…” BARTHIMEUS, Instituto para el Progreso Humano.

que podamos adherirnos a los eternos”. ORACIÓN COLECTA DE LA MISA DEL DOMINGO XVII T.O. – A “Oh Dios, protector de los que en ti esperan; sin ti nada es fuerte ni santo; multiplica sobre nosotros los signos de tu misericordia, para que, bajo tu guía providente, de tal modo nos sirvamos de los bienes pasajeros que podamos adherirnos a los eternos”.

“¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!” Salmo (118)

El Señor Jesús nos sigue hablando en parábolas * Las parábolas son una obra de arte poético Bajo la figura de lo cotidiano, nos llevan a percibir algo extraordinario Tienen la capacidad de hacer visible algo nuevo El oyente debe hacer desfilar ante sí lo narrado para descubrir el significado global del relato. * Conceptos de Wolfgang Harnisch

Mateo 13, 44-52 “En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente : el Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en el campo : el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.

¡Cuánta tibieza y pereza en nuestra alma! El Reino de los Cielos, la Fe y todo el bien resultantes de ellos, son un TESORO. ¿sabemos mirar así lo que se refiere a Dios? ¡Cuánto menosprecio hay por lo que se refiere al Señor! ¡Hasta en los que creemos amar a Dios! ¡Cuántas veces lo posponemos, en nuestro tiempo, en nuestras actividades, en nuestros gustos, prefiriendo nuestra voluntad a la suya! ¡Cuánta tibieza y pereza en nuestra alma! ¿DÓNDE ESTÁ MI TESORO?

Y Jesús nos dice que podríamos deshacernos ¡de TODO por el Reino de los Cielos! ¿Qué dejo yo por tener el Reino de los Cielos?

El Reino de los Cielos se parece también a un comerciante que busca perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.

“Con Dios nada se pierde. Pero sin Dios, todo está perdido”. Pasamos la vida buscando lo que creemos valioso. Sin embargo, valoramos lo que no vale o buscamos donde no encontramos. Y olvidamos que : “Con Dios nada se pierde. Pero sin Dios, todo está perdido”. Papa Francisco

El Reino de los Cielos se parece también a la red que se echa en el mar y recoge toda clase de peces : cuando está llena la sacan a la orilla y, sentándose, recogen en canastos los buenos y tiran los malos. Lo mismo sucederá al fin del mundo : saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

Las dos primeras parábolas nos dicen que Dios quiere mostrarse a nosotros y se deja encontrar . Esta parábola nos dice que Dios acoge a todos, pero no todos llegamos a ser suficientemente buenos como para ser conservados para el Reino. Y eso es definitivo. Puedo ser miembro de la Iglesia y no apreciarla, puedo escuchar la Palabra y seguirla a medias, puedo ser un mal trabajador en la viña.

¿Entienden bien todo esto? Ellos le contestaron : Sí. Él les dijo : Ya ven, un maestro de la ley que entiende del Reino de los Cielos, se parece a un dueño de casa que va sacando de sus tesoros lo nuevo y lo antiguo.” Palabra de Dios.

Aplicándome el Evangelio a mí : ¿Soy buen buscador del tesoro? ¿Constante, esforzado? ¿Qué he dado por tener el Reino de Dios? ¿Soy buen mercader de perlas? ¿Conocedor, sagaz? ¿Qué perlas he vendido por conservar la mejor? ¿Soy buen pez? ¿Útil, no contaminado? ¿He corregido mis errores?

La paz sea contigo Señor Jesús, concédeme saber apreciar el Reino de Dios, para buscarlo ya, sin esperar al fin de mis días, y la fuerza para trabajar por conservar y acrecentar tu gracia dentro de mí, para poder quedarme siempre a tu lado. Amén. La paz sea contigo Barthimeus, Instituto para el Progreso Humano