Lección 4 para el 22 de octubre de 2016

El libro de Job y el de Génesis fueron escritos por Moisés durante su estancia en Madián. Esto hace de Job uno de primeros libros de la Biblia. A diferencia del resto de los libros del Antiguo Testamento, el tema principal de Job no tiene nada que ver con el pacto de Dios con su pueblo. Su tema principal es un tema universal: Dios y el sufrimiento humano. 1.Descubriendo a Dios.  La naturaleza nos habla de Dios.  Dios, el Creador. 2.El sufrimiento humano.  ¿Por qué hay sufrimiento?  ¿Por qué sufrimos? 3.Dios y el sufrimiento humano. 1.Descubriendo a Dios.  La naturaleza nos habla de Dios.  Dios, el Creador. 2.El sufrimiento humano.  ¿Por qué hay sufrimiento?  ¿Por qué sufrimos? 3.Dios y el sufrimiento humano.

En la naturaleza tenemos la suficiente revelación de Dios como para conocerle y alabarle. Al interrogar a la naturaleza nadie tiene excusas para dejar de creer en un Dios Creador. Nos reiríamos de alguien que nos dijese que un intrincado smartphone hubiese surgido del azar, sin un diseñador. ¿Por qué aceptar que algo mucho más complejo (el mundo natural) haya surgido por puro azar?

Además del testimonio de la naturaleza, la propia lógica nos habla de la existencia de un Dios Creador. Un argumento en favor de la existencia de Dios es la idea de que nada vino por sí mismo, y que nada se creó a sí mismo. Por ejemplo, nosotros venimos de nuestros padres y ellos de nuestros abuelos y así sucesivamente. Podemos seguir así hasta que llegamos a algo no creado, algo que siempre existió, algo que nunca estuvo sin existir. Y solo conocemos a Uno que no fue creado, sino que existe desde la eternidad: Dios. Por mucho que grandes sabios intenten demostrar nuestra existencia sin Dios, esto no hace verdad el error.

«Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo» (Juan 16:33) El tema de Job ahonda en uno de los mayores escollos que la gente tiene para aceptar que Dios es amor. ¿Por qué un Dios amoroso permite que sus criaturas padezcan, sin aliviar su sufrimiento? En el libro de Job podemos ver con claridad la existencia del mal como causa del sufrimiento. Por otra parte, vemos a Dios omnipotente, todopoderoso y amante, preocupado por Job y poniendo un remedio final a su situación. Dios no provoca el sufrimiento. Al contrario, tiene un plan para acabar definitivamente con esta plaga de la humanidad. Debemos confiar en su bondad y esperar el cumplimiento de sus planes.

«Tus manos me hicieron y me formaron; ¿y luego te vuelves y me deshaces?» (Job 10:8) Aunque Job nunca duda de la existencia de Dios o de su poder creador, constantemente surge en él esta pregunta: ¿Por qué estoy sufriendo? ¿Qué daño he hecho para sufrir así? Para el ateo, el problema del sufrimiento es una parte más del azar que rodea nuestra vida (por cierto, una respuesta bastante insatisfactoria y exenta de esperanza). Para el creyente, sin embargo, el problema reside en aceptar la existencia misma del sufrimiento en aquellos que son fieles a la voluntad divina. Aunque en ocasiones el sufrimiento es causa de nuestro propio pecado, es evidente que no siempre es así. Por ello, terminamos dudando sobre el carácter de Dios.

«Dios es siempre veraz, aunque el hombre sea mentiroso. Así está escrito: ‘Por eso, eres justo en tu sentencia, y triunfarás cuando te juzguen’» (Romanos 3:4 NVI) Es difícil para nosotros conjugar la bondad de Dios con la realidad que nos rodea (un mundo donde el mal nos llena de dolor y sufrimiento). ¿Pero, lo comprenden los ángeles o los mundos que no han caído en el pecado? Si Dios hubiese destruido a Lucifer cuando se revelo, ¿no hubiesen visto a Dios como un tirano despiadado? Como nos indica Pablo, el Juicio vindicará el carácter de Dios. La forma en que Él ha tratado con el pecado mostrará ante los ángeles, los mundos no caídos y todos los habitantes de esta Tierra que Dios es amor y justos sus caminos.

«Toda cuestión de verdad y error en la controversia que tanto ha durado, ha quedado aclarada. Los resultados de la rebelión y del apartamiento de los estatutos divinos han sido puestos a la vista de todos los seres inteligentes creados. El desarrollo del gobierno de Satanás en contraste con el de Dios, ha sido presentado a todo el universo. Satanás ha sido condenado por sus propias obras. La sabiduría de Dios, su justicia y su bondad quedan por completo reivindicadas. Queda también comprobado que todos sus actos en el gran conflicto fueron ejecutados de acuerdo con el bien eterno de su pueblo y el bien de todos los mundos que creó. “Te alaben, oh Jehová, todas tus obras, y tus santos te bendigan”. Salmos 145:10… En vista de todos los hechos del gran conflicto, todo el universo, tanto los justos como los rebeldes, declaran al unísono: “¡Justos y verdaderos son tus caminos, oh Rey de los siglos!”» E.G.W. (El conflicto de los siglos, pg. 650)