El Derecho romano, vislumbraba a la familia con una orientación jurídica patriarcal, descriminatoria, de corte privatista y patrimonial, en donde los más desprotegidos eran los niños y las mujeres.

En nuestro país, la normativa familiar formaba parte del Derecho Privado y estaba contenida en el Código Civil de En 1950, los Legisladores perfilaron la protección de la familia a nuevos horizontes, y es así que el constitucionalismo social derribó las bases del liberalismo. Surgió la verdadera protección del Estado, reconociendo que la base de la sociedad, es y será siempre LA FAMILIA.

Se comienza a plantear en El Salvador el darle a la familia salvadoreña la protección como grupo humano, y a cada uno de sus miembros. La corriente renovadora del constitucionalismo social recogida en el Régimen de Derechos Sociales de la Constitución de 1950 y 1962 demandaba un cambio sustancial en la legislación secundaria. EL ESTADO SE COMPROMETIO A PROTEGER A LA FAMILIA RECONOCIENDO EN ELLA LA BASE FUNDAMENTAL DE LA SOCIEDA.

El Código de Familia fue aprobado el 20 de octubre de 1993, y entró en vigencia el 1º. de octubre de 1994 y con él la discriminación - antivalor de la igualdad- queda atrás y con ello borrada la ignominia que se cernió en contra de los hijos nacidos fuera del matrimonio. Nace la protección integral de los menores, entendida ésta como todo aquello que favorezca su desarrollo biosocial y el interés superior del niño, junto con la protección de las personas adultas mayores

La familia es un grupo sencillo, y espontáneo; es la esencia misma del ser humano. Es el factor social primordial de la vida social y de la vida política. Es en la familia en donde se manifiestan los primeros síntomas del mal, antes de estallar en el organismo más vasto que es el Estado. Pero la importancia social y jurídica de la familia va mucho mas allá de ser factor social; no es posible concebir la vida en sociedad sin la familia, pues ésta constituye la clave para comprender y facilitar el funcionamiento de la sociedad.

La familia es el canal primario para la transmisión de valores y tradiciones de la sociedad de una generación a otra. Cuando un ser humano nace comienza en el seno de la familia a aprender las normas de comportamiento que se consideran adecuadas, buenas o morales. Desde pequeño se le enseña las creencias religiosas y se le infunde una escala de valores determinados y una serie de normas de conducta. Se socializa de este modo al nuevo miembro de la familia, haciéndole apto para la vida en sociedad a la que pertenece, hasta que alcanza la madurez biológica y social, y el individuo se encuentra preparado para formar él mismo su propia familia y comenzar el ciclo que nutre la vida social.