I. Pasado y presente de las mujeres en la Iglesia Evangélica

1. La importancia de la memoria histórica 1. La importancia de la memoria histórica. ¿Necesitamos un Día de la Mujer Evangélica?

Razones para celebrar El día de… Conmemora acontecimientos o personas importantes para la propia historia y para nuestro presente. Saca a la opinión pública cuestiones sin resolver que de otro modo permanecerían en el anonimato.

2. Una mirada al pasado. Alice Gordon Gulick, ejemplo de mujer evangélica pionera

Pioneras evangélicas del siglo XIX La mayoría de las mujeres en esta época eran analfabetas, como gran parte de la población; en concreto, tres cuartas partes de la población. Muchos científicos defendían la inferioridad natural de la mujer: “La incapacidad fundamental de la mujer para la ciencia se debe a la estructura misma del cerebro femenino” (Ärztliches Vereinsblatt, 1895).

“No sólo la probabilidad y deseabilidad del matrimonio y el adiestramiento de los hijos es un rasgo esencial de la actividad de las mujeres, sino que también la limitación de éstas a los grados mediocres de habilidad y realización deberían ser tenidos en cuenta por nuestros sistemas educativos. La educación de las mujeres para profesiones como la administración, las tareas de gobierno, la filosofía o la investigación científica, de las que la sociedad requiere un número reducido de individuos muy dotados, es mucho menos necesaria que la educación para profesiones como la enfermería, la enseñanza, la medicina o la arquitectura, en las que es esencial el nivel medio” (Dr. E.L. Thorndike, El sexo en la educación, 1906). “Si deseamos que una mujer realice plenamente su tarea maternal, no puede poseer un cerebro masculino. Si sus habilidades femeninas se desarrollaran en el mismo grado que las masculinas, los órganos maternales de la mujer padecerían y tendríamos un híbrido repulsivo e inútil” (P.J. Moebius, Acerca de la debilidad intelectual fisiológica de las mujeres, 1907).

El Instituto Internacional Alicia Gordon Gulick renovó los métodos pedagógicos, alejándose del paradigma memorístico. La educación fue un instrumento de reforma y regeneración social, como en el caso de la Institución Libre de Enseñanza, para luchar con el atraso secular y el fanatismo. No se conformaron con la desigualdad reinante, demostrando que la falta de capacidad que se les atribuía estaba en relación directa con la falta de oportunidades de formación, y no con la ausencia de facultades naturales. Esther Alonso, Juliana Campo y Marina Rodríguez

3. Una mirada al presente. La situación de las mujeres en nuestras comunidades locales: el Síndrome de la becaria

La becaria… evangélica Mismo trabajo, menos sueldo. Hace lo que debería hacer su jefe. Sin reconocimiento ni consideración social. Mismo trabajo, menos sueldo. Además, funciona el 2x1. Hace lo que a menudo nadie quiere hacer. Sin reconocimiento ni consideración social.

4. ¿Espera Dios algo de las mujeres de Su pueblo? En mi formación como sacerdote me explicaron cómo hablar a las mujeres, pero nadie se preocupó de enseñarme a hablar con las mujeres.

La esperanza tiene dos hijas amorosas: la cólera y el coraje La esperanza tiene dos hijas amorosas: la cólera y el coraje. Cólera, para que lo que no deba ser, no sea; coraje, para que lo que deba ser, sea. (Agustín de Hipona)