Dos Señores Vivimos en una sociedad globalizada, en que el dinero parece mandar en todo y es buscado cueste lo que cueste. Para mucha gente, tener dinero significa poder y prestigio... ¿Cuál debe ser la actitud del cristiano ante las riquezas? No podéis servir a Dios y al Dinero.

En la 1ª Lectura, Amós denuncia a los ricos comerciantes de su tiempo, que explotaban con los productos y los precios a los campesinos pobres. Ni siquiera respetaban los "días santos" para celebrar y descansar. El Profeta les advierte que Dios no quedará impasible ante eso: “No olvidará jamás vuestras acciones..." (Am 8, 4-7) * Esa explotación descrita por Amós no es un hecho solamente del pasado. Es una realidad que los pobres conocen muy bien también hoy.

La explotación y las ganancias desmedidas no tienen parte en el proyecto de Dios. En la 2ª Lectura, Pablo invita a elevar al cielo "manos puras", en una oración universal, en favor de todos los hombres. La oración solo tiene sentido si es expresión de una vida de comunión, con Dios y con los hermanos. (1Tm 2,1-8)

En el Evangelio, Cristo invita a conseguir la verdadera libertad, sirviendo a Dios y no al dinero. (Lc 16,1-13) Lo ilustra con la Parábola del ADMINISTRADOR infiel, que al ser despedido, reduce el valor de la deuda de los deudores para asegurarse futuros amigos. À primera vista, podría dar la impresión de que Jesús elogia la deshonestidad y la corrupción del administrador. Para comprender la enseñanza del Maestro, debemos situarnos en el tiempo.

En la época, los administradores debían entregar al empresario una determinada cantidad; lo que consiguieran de más era para ellos. ¿Qué hace el administrador? Renunció a lo que le tocaba en los negocios. Entendió que, en el futuro, más que de dinero, necesitaba de amigos. Por eso, renunció al dinero, para conquistar amigos. La “astucia" del administrador revela la creatividad, que falta a los “hijos de la luz".

Debemos también usar esa “astucia" para hacer siempre actual el mensaje de Cristo. La búsqueda desenfreada de dinero continúa... El dinero es el dios de mucha gente, que está dispuesta a todo con tal que haga crecer la cuenta bancaria. -Para ganar más dinero, hay quien trabaja doce o quince horas diarias, con un ritmo de esclavo, y se olvida de Dios, de la familia, de los amigos y hasta de la salud propia;

- por dinero, hay quien vende su dignidad, su conciencia y renuncia a los principios en que creía; - por dinero, hay quien no tiene escrúpulos en sacrificar su vida o el nombre de sus hermanos; - por dinero, hay quien es injusto, explota a los obreros, se resiste a pagar un salario justo... Tal vez nunca lleguemos a estos casos extremos; pero, hasta dónde seríamos capaces de llegar, por causa del dinero..

La adoración del “dios dinero" no es el camino más seguro para construir valores duraderos, generadores de vida y de felicidad. * Jesús no quiere decir que el dinero sea una cosa despreciable e inmoral, del cual debamos huir a toda costa. El dinero es necesario para una vida con calidad y dignidad… Mas no puede convertirse en una obsesión, una esclavitud, ya que no nos asegura (y muchas veces hasta perturba) la conquista de los valores duraderos y de una vida plena.

El Dinero es un "ídolo tirano", que nos esclaviza y nos hace insensibles a Dios y a las necesidades de los demás. + Jesús concluye con sentencias sobre el buen uso de las riquezas: - "Nadie puede servir a DOS SEÑORES... a Dios y a Dinero..." * Dios y el dinero representan mundos contradictorios... A sus discípulos se les requiere que sepan elegir entre el Mundo del DINERO (de egoísmo, intereses, explotación, injusticia) y el Mundo del AMOR (de entrega, de compartir, d fraternidad). Dos Señores

-Las riquezas no deben ser obstáculo para la Salvación, sino un medio para hacer amigos “en las moradas eternas." Un instrumento de Comunión entre las personas, de amistad, de igualdad... No servir al dinero, mas servirnos del dinero para servir a Dios y a los hermanos... -Honradez tanto en los grandes negocios, como en los pequeños, porque quien es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, quien es infiel en lo poco, también es infiel en lo mucho.

Quien no es fiel en las riquezas terrenas (en lo poco), tampoco es fiel en las riquezas eternas (en lo mucho). ¿Cuál es nuestra actitud ante los bienes terrenos? Solo Dios es el dueño de todo lo que existe... Nosotros somos solo administradores... En cualquier momento, Cristo podrá también decirnos: “¡Entrégame el balance de tu gestión!" - ¿Cómo estamos administrando? P. Antonio Geraldo Dalla Costa CS

MI DOMINGO Con la Palabra de Dios Meditada por: P. Antonio Geraldo Dalla Costa CS Ilustración: Nelso Geraldo Ferronatto Busca la dirección: Traducción: P. José Luis Uranga, CMF Música: Não Podeis servir a dois senhores L.: DR M: Jocy Rodrigues e Ney Brasil CD: Liiturgia XII - CNBB