Era una vez una pandilla muy revoltosa, cuyos niños eran Daniel, Agoney, Andrea, Nayara, Nairoa, Lioba y Yanira. Les gustaba jugar siempre juntos. En el colegio se ponían a saltar a la comba, jugar al come coco o Iban a la biblioteca a leerse un cuento que les entretuviera. Desde que salían del colegio se Iban cada uno a sus casas, comían y quedaban en un parque cercano junto a la iglesia de la Concepción, ahí jugaban, reían y hablaban sobre cosas que querían hacer cuando fuesen grandes. Hasta que un día, se quedaron hasta muy tarde en el parque. Se comentaba que en ese parque había fallecido un niño, llamado Eduardo, que tenía 13 años, le gustaba burlarse de las demás personas. Eduardo era muy travieso, nadie se acercaba a él, porque tenía una mirada que daba miedo, porque él había matado a dos personas y un día decidieron llevárselo a un centro de menores, en el que estuvo tres meses. Un día cuando salió del centro decidió escaparce. Cuando iba a la plaza lo atropello una guagua. Esa noche hacía tres años que había fallecido y Yanira vio su rostro andando por el parque, ella muy asustada se lo contó a sus amigos y nadie la creyó, entonce decidieron irse a sus casas. Al día siguiente no hacían nada más que hablar sobre eso, esa misma noche acudieron a la plaza esperando encontrar algo y entonces Yanira encontró a Eduardo y el niño le dijo:

Ayúdame! Y ella le contestó: Cómo quieres que te ayude si eres un espíritu ? pues muy fácil, busca mi cadáver entre todos estos árboles. Ella se lo contó a sus amigos y ellos decidieron ayudarla. Se fueron a sus casas. Ellos se pusieron de acuerdo para coger un sacho y una pala para poder cavar entre todos y encontrar el cadáver del niño. Llegaron a las 7.00 h al parque. Mientras los demás buscaban, Yanira intentaba ver si lo veía para que los ayudase a encontrarlo, pero no lo veía y se pusieron a cavar en cada esquina, al lado de los árboles, pero no lo encontraban. Al caer la noche apareció el niño y le señalaba a la iglesia debajo de las escaleras. Todos vieron que Yanira se echó a correr hacia la iglesia y fueron detrás de ella. Yannira entró y levantó un cacho de suelo, y debajo había una cueva que alumbraba plantas y huellas de animales. Y decidieron volver a sus casas. En esa noche Nayara soñó con el rostro de Eduardo. Ella se despertó con el susto del sueño cuando se fue a mirar al espejo vio el rostro de Eduardo con una nota de sangre que decía:

Cuidado, cúbrete las espaldas. Ella se asusto mucho y fue a contárselo a su madre, su madre fue a mirar si era verdad y cuando llegó al baño vio que no había nada. La madre le dijo: -¿Hija seguro que tú has visto algo? y Nayara contestó: -si, yo lo he visto. La madre se fue a acostar, una vez comprobó que no sucedía algo. Nayara no podía dormir y de repente escuchó un ruido, asomo la cabeza bajo la cama y vio que ahí estaba Eduardo y él le dijo: Yo te advertí que te cubrieras las espaldas, cuando de repente desaparecieron. Al día siguiente llegaron todos a clase, vieron que Nayara no aparecía, se empezaron a asustar. A la hora del recreo aparecieron dos policías a comunicarles que Nayara había desaparecido. Entonces ellos se asustaron mucho, a la salida fueron a la cueva y allí descubrieron una puerta porque Daniel se había apoyado en un palo al apoyarse cayó a un pozo.

Todos se asustaron mucho y entonces siguieron caminando querían llegar al fin de todo eso de repente vieron una sombra y escucharon risas. Andrea que iba la última en ese camino estrecho Eduardo la estaba asechando la agarró por su cabello y le cortó la cabeza. Cuando sus amigos se dieron cuenta Andrea ya no estaba cada vez se asustaban más y decidieron ponerle fin a todo eso. Mientras seguían caminando se encontraron el ataúd con el cadáver de Eduardo él estaba tan enfadado que hizo que temblara todo, a descubrir ellos el cadáver todo se acabó pero estaban muy triste porque habían perdido a tres de sus amigos. Al día siguiente fueron a los entierros de sus amigos y estaban muy tristes pero todo había acabado. FIN… ENTIERROS. + Dayana castillo. Fin…