LOS NIÑOS Y LOS VALORES
¿ QUE SON Los VALORES? Los valores son las reglas de conducta y actitudes según las cuales nos comportarnos y que están de acuerdo con aquello que consideramos correcto
INCULCAR VALORES Es un proceso constante y no un programa de una sola vez. Los padres y otras personas pueden comenzar a inculcar valores cuando sus hijos son pequeños, continuar con el proceso a través de la primaria, secundaria, e ir más allá.
Los niños y niñas necesitan escuchar una y otra vez, lo que se espera de ellos en la casa, en la escuela, en la comunidad y en los medios. EJEMPLO: ***Ceder el asiento a una persona anciana*** (valorara el hecho de que alguien les dé las gracias)
LOS VALORES SEGÚN LAS EDADES El proceso de maduración de la persona se produce de manera escalonada, los valores no se adquieren todos a la vez o en cualquier momento. Su adquisición se produce poco a poco, en función de factores tales como la edad, la motivación, la familia, etc.
DE 0 A 7 AÑOS Hasta los 7 años la educación en valores debe centrarse en el orden, la obediencia y la sinceridad. Son estos tres valores la base de la educación. A partir de ellos crecerán los demás y serán la base de una vida feliz y equilibrada.
La manera básica de vivir valores en esta edad es por medio de hábitos, es decir, de la repetición de actos operativos concretos de orden, obediencia y sinceridad.
EDUCAR EL ORDEN un niño tiene el valor del orden cuando se comporta de acuerdo con unas normas lógicas, necesarias para el logro de algún objetivo deseado y previsto, en la organización de las cosas, en la distribución del tiempo y en la realización de las actividades, por iniciativa propia, sin que sea necesario recordárselo.
La alegría, la convivencia, los planes personales y una gran capacidad de trabajo caracterizan positivamente a la persona, sin embargo, todo aquello que se omite o se hace fuera de tiempo y oportunidad, provoca desorden e ineficiencia.
EDUCAR LA OBEDIENCIA la lucha se centrará en que los niños obedezcan a la primera, sin necesidad de gritos o repeticiones de la orden dada. Para ello, entre otras cosas habrá que asegurarse de que el niño ha entendido bien lo que se le ha dicho, sabe hacerlo y es adecuado a su edad.
IMPORTANCIA DE LA DISCIPLINA Un buen medio para fortalecer la voluntad consiste en seguir una disciplina y una exigencia.
Por ejemplo, ateniéndose a unas normas de convivencia en casa, en el colegio... Por eso son convenientes los juegos y deportes: en ellos deberán observar unas reglas elementales que les creen hábitos de disciplina: horarios de entrenamiento, obedecer al entrenador, cuidar de su material, etc
De 7 a 12 años Entre los 7 y los 12 años (periodo conocido como pre adolescencia) los niños se encuentran en un momento decisivo de su vida. Es la etapa en la que hay que comenzar a desarrollar las principales virtudes. El abanico de posibilidades se abre: fortaleza, perseverancia, laboriosidad, responsabilidad, paciencia, sociabilidad
Respeto: Empieza cuando los adultos se dirigen a los niños de la misma manera que se espera que ellos se dirijan hacia los demás Que el niño sepa las reglas y límites que hay que respetar es el comienzo del necesario proceso moral, esto es, distinguir el bien y el mal, el sí del no, lo que debe y lo que no debe hacer, y obrar en consecuencia
Sinceridad: en ella se fundamenta la confianza entre padres e hijos Sinceridad: en ella se fundamenta la confianza entre padres e hijos. Se construye con el estímulo permanente al fomento de que el niño cuente lo bueno y lo malo y que por más grave que sea la falta encontrará en sus padres una adecuada orientación
Generosidad: los niños se están preparando para ser parte de un mundo más amplio que la casa en la que habitan. Aprender a sentirse bien con ellos mismos, a comunicarse fácilmente y a sentirse satisfechos consigo mismos es el resultado de ser generosos y contribuir a la familia, a la comunidad y a toda la sociedad
Voluntad: el acompañamiento en la construcción de la voluntad pretende lograr que los niños y adolescentes sean constantes y tenaces, que terminen lo que empiecen, animándolos a hacer todas las cosas que puedan hacer solos, así como a dejar de hacer lo que no les conviene sin pataletas ni llanto