HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CIUDAD PRÓSPERA Apuntes previos a la revisión y ajuste del POT de la ciudad DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE PLANEACIÓN MUNICIPAL

Qué significa prosperidad para diferentes personas alrededor del mundo?

Sin importar la percepción individual ni la cultura, la prosperidad se refiere a una sensación de seguridad socioeconómica general e individual en el futuro previsible, la cual se origina en la satisfacción de otras necesidades y aspiraciones no materiales. La concepción de prosperidad implica éxito, riqueza, bienestar, confianza y oportunidades.

Sin embargo, la visión urbana actual de prosperidad continúa definiéndola alrededor de los aspectos económicos, una visión limitada y que no contempla otras dimensiones que son intrínsecas al ser humana y que son necesarias para la satisfacción individual y colectiva.

Es necesario que las ciudades del siglo XXI aborden una nueva noción de prosperidad – una que trascienda los confines de la simple acumulación de capital que beneficia a unos pocos en detrimento de la mayoría. Una visión que mire más allá del simple crecimiento económico. En esta perspectiva más amplia, la prosperidad abarca un desarrollo urbano social, balanceado y resiliente, que combina aspectos tanto tangibles como intangibles. REPENSANDO LA PROSPERIDAD URBANA

LA CIUDAD PRÓSPERA EN EL SIGLO XXI

Las ciudades del siglo XXI deben trascender el concepto de forma y funcionalidad de los modelos urbanos previos, balanceando los costos energéticos con una huella de carbono cada vez menor, una forma más compacta y una mayor heterogeneidad y funcionalidad. LAS CIUDADES DEL SIGLO XXI

Una ciudad próspera del siglo XXI debe ofrecer un gran número de facilidades públicas y desarrollar políticas y acciones para el uso sostenible del entorno, así como permitir el acceso equitativo a los bienes y servicios públicos. UNA CIUDAD PRÓSPERA DEL SIGLO XXI…

Una ciudad próspera contribuye al crecimiento económico a través de la productividad, generando el ingreso y el empleo que permite costear un nivel adecuado de vida para todos. Despliega la infraestructura necesaria para sostener tanto a su población como a su economía – agua, servicios sanitarios, energía, movilidad, tecnologías para la información y comunicación. Provee los servicios sociales – educación, salud, recreación, seguridad, etc. – requeridos para el mejoramiento de la calidad de vida, permitiendo a sus habitantes maximizar su potencial individual y llenar sus aspiraciones personales.

Una ciudad solo es próspera en la medida en que la pobreza y las inequidades sean mínimas. Ninguna ciudad puede reclamar ser próspera cuando gran parte de su población viven en condición de pobreza y privación. La creación y distribución de los beneficios de la prosperidad no destruyen ni degradan su ambiente. Por el contrario, los valores naturales de la ciudad son preservados para el bien del desarrollo sostenible.

LAS CINCO DIMENSIONES DE LA PROSPERIDAD DE LA CIUDAD

1. PRODUCTIVIDAD.

Las áreas urbanas soportan la productividad nacional, pero dependen de una oferta eficiente de suelo con acceso a servicios públicos e infraestructura. La densidad poblacional, de infraestructura, de actividades económicas, sociales y culturales pueden traer consigo beneficios y eficiencias debido a las economías de aglomeración y de escala. La operación confiable de la ciudad (servicios públicos, movilidad, servicios de emergencia) es crucial para el soporte de las actividades sociales y económicas. Las ciudades donde el intercambio de ideas e innovación sea incentivado serán tierra fértil para la creación del capital social e intelectual que contribuye a la prosperidad.

2. INFRAESTRUCTURA.

La inversión en infraestructura a largo plazo representa desarrollo económico y social, así como la posibilidad de una estrategia de protección ambiental. A la par del cumplimiento de los requerimientos de infraestructura, se debe tener en cuenta que la misma requiere adecuado mantenimiento si se desea que la inversión en ella provea los beneficios en el tiempo. Además de la necesaria inversión en sistemas de servicios públicos básicos, la inversión en transporte y TIC son claves en la prosperidad urbana. El desarrollo de sistemas de transporte público sostenibles tiene repercusión directa a todas las dimensiones de la prosperidad.

3. CALIDAD DE VIDA.

Las ciudades enfocadas en mejorar su calidad de vida casi siempre se enfocan igualmente en la mejora de su productividad y equidad, enfatizando su fuerte interrelación. La ciudades que priorizan la noción del espacio público, creando zonas verdes, parques y espacios de recreación, demuestran su compromiso con la calidad de vida. Estas ciudades fortalecen su cohesión social y su identidad cívica. El acceso al espacio público no solo mejora la calidad de vida, contribuye al empoderamiento cívico, generando a la vez un espacio institucional y político cada vez más fuerte y amplio. La seguridad en el espacio público es un bien que mejora la calidad de vida para todos y es base para la prosperidad urbana.

4. EQUIDAD.

La equidad tiene un gran impacto en el desempeño económico. A mayor equidad, mayor oportunidad de un uso más eficiente de los recursos existentes, incluyendo las habilidades y talento creativo de los habitantes. La prosperidad florece en la equidad, que incluye la disminución de barreras para potenciales individuales y colectivos, la expansión de las oportunidades y el fortalecimiento del compromiso de los habitantes. Una ciudad equitativa tiene más chance de ser próspera, pero esa prosperidad no sucede per se, o como resultado lógico del crecimiento económico. Resulta de: (i) proveer las condiciones para que cada individuo y grupo alcance su mayor potencial a través de las oportunidades que la ciudad ofrece; (ii) remover todas las barreras que discriminan individuos y grupos.

Cuando la prosperidad permanece como una propuesta elusiva a la mayoría de la población, la posibilidad del inconformismo o el conflicto social se incrementa, dado que los reclamos de la mayoría no son más que demandas por una dignidad humana efectiva. No hay sustituto para el liderazgo del gobierno público para enfrentar los temas de la equidad. La sociedad civil puede jugar un papel de consejo, soporte y apoyo complementario.

5. SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL.

Las ciudades sostenibles ambientalmente tienden a ser más productivas, competitivas, innovadoras y prósperas. Tienen la capacidad de trazar un balance saludable entre crecimiento económico y ambiente, facilitando un desarrollo integrado y resiliencia. La urbanización y el crecimiento económico son inevitables. Si se acompañan con políticas adecuadas y efectivas y governanza, las consecuencias ambientales son manejables. Las ciudades sostenibles son más compactas, eficientes en su consumo energético, limpias, más accesibles y ofrecen diferentes alternativas de transporte. La inversión en energías renovables y alternativas pueden generar empleo e ingresos. El reciclaje puede ser una fuente de empleo.

POLÍTICAS PARA CIUDADES PRÓSPERAS

FACTORES QUE PROMUEVEN LA PROSPERIDAD. Planificación urbana y gerenciamiento efectivos. Cuando es planificada y bien gerenciada, con mecanismos de redistribución, la urbanización puede reducir la pobreza. La planificación urbana y unas instituciones públicas y una normativa apropiadamente desarrolladas juegan un papel importante, mejorando la equidad a través de la captura y redistribución de las plusvalías generadas. Descentralización e instituciones apropiadas. Para que la descentralización sea efectiva y fortalezca el compromiso de las autoridades locales con la prosperidad, debe ir acompañada de la inversión pública. También es claro que la descentralización funciona bien si es respaldada por un serio compromiso y apoyo del nivel central.

Un sistema que cree oportunidades iguales para todos. El sistema debe asegurar iguales oportunidades para todos, en especial para los más vulnerables – los más pobres, las mujeres, los niños, los adultos mayores, los jóvenes y aquellos en condición de discapacidad. Participación de la sociedad civil. Esta tiene el potencial de empoderar a las comunidades, construye capital social, lleva a un mejor diseño de proyectos urbanos y permite que las preocupaciones de la comunidad se incorporen en las estrategias de desarrollo.

Un ambiente de negocios favorable. Un ambiente favorable es necesario para el desarrollo de un sector privado vibrante, que atraiga y retenga la inversión, cree puestos de trabajo y mejore la productividad – todo lo cual es importante para incentivar el crecimiento económico y para expandir las oportunidades de empleo a los más pobres.

FACTORES QUE IMPIDEN LA PROSPERIDAD. Pobre governanza e instituciones débiles. Una estructura institucional inadecuada toma la forma de débiles estructuras administrativas y legales, desinterés por el cumplimiento de la ley, débil vigilancia del cumplimiento de las normas y de la protección a la propiedad, burocracia excesiva y proliferación de conductas asociadas a la corrupción. Corrupción. Mientras la corrupción a gran escala tiene un impacto devastador, la corrupción a cualquier escala mina la confianza inversionista, en la administración, en las normas y en la estabilidad económica. Ahuyenta la inversión extranjera directa, debilita la capacidad administrativa para proveer los servicios sociales, distorsiona el gasto en infraestructura y causa una deficiente provisión de servicios urbanos.

Infraestructura inadecuada. Las deficiencias en la infraestructura pueden afectar adversamente en varias formas. Una provisión inadecuada de servicios públicos lleva al deterioro del ambiente urbano, incrementando el costo de enfermedades en los más pobres. Malas infaestructuras pueden elevar el costo de hacer negocios en las áreas urbanas y reducir la productividad de una ciudad hasta en un 40%. La congestión vial y un pobre sistema de transporte dificulta la prosperidad de una ciudad. Alta incidencia de desarrollos informales y pobreza. Los habitantes de los AHDI son a menudo estigmatizados debido a su localización y discriminados en lo relacionado con el acceso a los servicios sociales públicos y a los puestos de empleo. Una gran concentración de AHDI implica una enorme carga financiera para las autoridades urbanas.

Capital humano pobremente desarrollado. Los bajos niveles de capital humano y de mano de obra calificada debilita la prosperidad de la ciudad. La educación es esencial no solo para generar nuevos talentos, si no también para atraerlos, impulsando la innovación. La disponibilidad de capital humano altamente desarrollado a su vez atrae y genera a la industria innovadora y basada en el conocimiento. Altos niveles de criminalidad. Ninguna ciudad puede denominarse como verdaderamente próspera si las tasas de criminalidad hacen que su población viva en un estado de constante inseguridad. La criminalidad es un gran disuasorio de la inversión doméstica y extranjera y puede causar la migración de capitales económicos – y humanos.

POLÍTICAS QUE PROMUEVEN LA PROSPERIDAD. Innovación para soportar la transición hacia la ciudad del siglo XXI. La creatividad y la innovación envuelven una gran variedad de áreas que van desde las tecnologías hasta las instituciones, organizaciones y modos de operación de la información y el conocimiento, las finanzas y el desarrollo humano. La creatividad y la innovación están influenciadas por 6 tipos de factores: (i) las ventajas de localización (economías de escala, externalidades positivas, escala regional), (ii) canales de conocimiento, (iii) factores culturales, (iv) ambiente económico, (v) factores organizacionales, y (vi) intervención gubernamental.

Planificación urbana y diseños para la prosperidad. Las ciudades deben retomar el control sobre su destino a través del fortalecimiento de una planificación urbana, por el bien de una prosperidad compartida y un desarrollo armónico. Ésta debe velar por el interés público para prevenir un desbalance frente al interés privado, propender por un incremento planificado en la densidad poblacional, el fortalecimiento de la diversidad social y del uso mixto del suelo, estrategias de movilidad multimodal, articulación de procesos de renovación y expansión planeados y la promoción de espacios públicos y calles vibrantes. Para tal fin, 4 condiciones son requeridas: (i) restauración de la confianza en lo público, (ii) reposicionamiento de la planificación urbana en la toma de decisiones, (iii) despliegue de su accionar sobre las cinco dimensiones de la prosperidad, y (iv) soporte de estas funciones con una financiación adecuada.

Fortalecimiento de normativas e instituciones. El sector público, los sectores privados, la Academia y la sociedad civil, todos deben contribuir al diseño e implementación de las normas y regulaciones, incluyendo la conformación de instituciones sólidas, con el fin de asegurarse que la ciudad se mueva en el camino de la prosperidad. A medida que la ciudad trabaja en las cinco dimensiones de la prosperidad, también sucede una expansión progresiva del carácter de comunidad. Más servicios sociales son posibles para el uso colectivo y mejor acceso es provisto, permitiendo a un número cada vez mayor de ciudadanos usar y disfrutar los espacios públicos, los servicios sociales y la infraestructura dotacional.

Fuente: DAPM 2013