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PENA DE MUERTE EN LA ÉPOCA PREHISPÁNICA Y COLONIAL 2

Algunas visiones históricas sobre las prácticas penales de las culturas prehispánicas hacen referencia a la dureza y crueldad de las mismas; lo cierto es que poco se ha dicho sobre el significado religioso, moral y hasta cósmico que en sí poseían. Para quien se adentra por primera vez en la historia mesoamericana sería útil remarcar que en verdad, con dicho énfasis se abordaba la pena por aquellos tiempos. El ahorcamiento, la decapitación, el desmembramiento y la estrangulación eran algunas de las principales formas de materializar la pena de muerte durante la época prehispánica. 3

( De izquierda a derecha: Códice Florentino ) 4

Esas formas de "pena" eran parte del rigorismo jurídico extremo imperante dentro de las culturas prehispánicas y al efecto dicho rigor era por su parte, una derivación de la filosofía del orden cósmico de aquel entonces, para cuya restauración se hacia necesario la imposición y aplicación de la pena de manera sumaria e ineludible. Dicho con otras palabras, las penas aplicadas por las culturas prehispánicas tenían como objeto el mantenimiento de un determinado orden moral y/o religioso. En este sentido, las conductas susceptibles de ser castigadas (por ej. la embriaguez pública, la corrupción de un funcionario noble, el robo, etc.) eran aquellas que tendían a romper o relajar las costumbres o prácticas compartidas por una comunidad. 5

(De izquierda a derecha: Códice Tovar, Códice Borgia) 6

Foucault señala que la prisión surge en el Siglo XIX. Cabe precisar que, en la cultura azteca, existían los llamados "tetl"; eran jaulas en las que se retenía de manera provisional al transgresor, mientras esperaba su juicio o condena. Por su parte, en la cultura Tlaxcalteca se concebía a la cárcel -y su consecuente privación de la libertad- como una pena en sí misma, y no un medio para permitir la posterior ejecución de cierta sanción. 7

Respecto a la época colonial, el Dr. Estrada Michel nos explica que la situación de la pena de muerte no cambió mucho con respecto a su imposición y aplicación. El citado jurista aclara que con el advenimiento del cristianismo a la Nueva España no se logró la abolición de la pena de muerte. La presencia de la Inquisición en al Nueva España implicaba que dicha pena se aplicara con fundamento en simples supersticiones; los enjuiciados a menudo eran tildados de herejes o apostatas y los procesos que les eran incoados poseían un carácter sumario. Luego entonces, los culpables eran condenados a morir quemados en leña verde o en la horca en determinados lugares públicos (ver las ilustraciones y fotos ubicadas ut infra) 8

Como podremos observar en los módulos subsecuentes, las ejecuciones de la pena de muerte se realizaron en diversos lugares de carácter público, V.gr. en México, los condenados a la pena de muerte eran conducidos al llamado Quemadero, el cual se encontraba cerca del Convento de San Diego, al sur de la Alameda central de la Ciudad de México. Estos eran llevados en paseo por las arterias de Plateros y la calle de San Francisco, hasta el lugar de la ejecución. Al día siguiente de haberse consumado la pena, el corregidor iba a supervisar que fueran recogidas las cenizas de los ejecutados y trasladadas a la ciénaga que se encontraba detrás de las instalaciones del citado convento. 9

Por otro lado en 1521, por órdenes de Hernán Cortés, se comenzó a edificar la horca y la picota en la Plaza de México, en donde se realizaron diversas ejecuciones. Con el tiempo, otros lugares fueron utilizados para cumplir penas de muerte; por ejemplo, la denominada "Plaza del volador" —ubicada en las inmediaciones del zócalo de la Ciudad de México—, el jardín de la Cárcel de Belén -donde se practicaban frecuentemente los fusilamientos-, la plaza del Centro de Tlalpan -lugar que fue testigo de no pocos ahorcamientos-, entre otros. 10

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(De izquierda a derecha: Auto de fe en la Ciudad de San Bartolomé Otzolotepec, Placa del quemadero de la Inquisicion Convento de San Diego, Plano del zócalo con la horca y picota) 12

(De izquierda a derecha: Fachada del Palacio de la Inquisición, mapa de la imperial ciudad de México en 1760) 13

14 Grabado de la ciudad de México de Juan Gómez