FRANCIA BAJO EL ABSOLUTISMO

En el siglo XVI Francia era uno de los países más grandes de Europa En el siglo XVI Francia era uno de los países más grandes de Europa. Contaba con una población de 20 millones de habitantes, y mucho más segmentada de acuerdo con las viejas normas del feudalismo. En la década de 1560, también sufría las consecuencias de las guerras religiosas entre católicos y protestantes fueron la lucha entre el rey (católico) y la nobleza (protestante) en la que los soberanos absolutistas lograron reducir el poder de los nobles.

Francia fue el país que ejerció mayor fuerza en el régimen absolutista; provocado por los soberanos anteriores; Enrique VI, Luis XIII. En esta lucha por centralizar el poder en Francia destacan los cardenales Richelieu y Mazarino, ministros de Luis XIII y de su hijo Luis XIV, respectivamente. Estos hombres enérgicos y de aguda inteligencia, lograron abolir los privilegios de los señores feudales y concentrar el poder en manos del rey. Luis XIII

Durante la regencia del cardenal Richelieu, Francia apoyó a los protestantes alemanes que luchaban contra el emperador en la Guerra de Treinta Años, y así evitó la consolidación del imperio alemán, estableciendo el equilibrio entre las naciones europeas. Cardenal Richelieu Al morir el cardenal Mazarino, Luis XIV gobernó Francia. Su gobierno representa la culminación del absolutismo.

  En Francia, la monarquía absoluta llegó a su apogeo en el gobierno de Luis XIV (1638-1715), quien fue el rey absoluto más importante de Europa, se le llamó el rey sol, dijo la famosa frase “El Estado soy yo”. Luis XVI

Este rey impulsó la economía Este rey impulsó la economía. Para ello nombró ministro a Juan Bautista Colbert (1619-1683), quien aplicó los conocimientos de economía más avanzados de su época, llamados políticas mercantilistas. De acuerdo con éstas, la riqueza de una nación dependía de la cantidad de metales preciosos que poseía. Se afirmaba que una nación sólo podría acumular metales preciosos si exportaba mucho e importaba poco; es decir, que tenía que vender en el exterior más de lo que compraba.

Para fomentar la producción industrial se controlaron las corporaciones y se estimuló el trabajo; se facilitaron las inversiones de capitales y la creación de fábricas y factorías. Como el fomento industrial requería también la mano de obra. Colbert concedió subsidios a las familias numerosas, se atrajo a artífices extranjeros y obligaba a trabajar a mendigos y vagabundos, a mujeres y niños desamparados.

Con la ayuda de Juan Bautista Colbert, su ministro de finanzas, organizó la administración pública y numerosas obras públicas y culturales, con lo que la economía prosperó notablemente.

Sin embargo, el balance final del colbertismo no fue afortunado Sin embargo, el balance final del colbertismo no fue afortunado. Los gastos militares de la política expansiva de Luis XIV fueron en gran parte responsables del fracaso. Los ensayos coloniales tampoco fueron demasiado afortunados. El fracaso de Colbert, es una prueba de que el porvenir económico de Francia, más que en el comercio, estaba en el desarrollo de su agricultura y de sus industrias de equipo, descuidadas por éste. La intervención estatal fue excesivamente rígida, entorpeciendo el estímulo privado. Los excesivos gastos militares y el derroche de la corte debilitaron la economía de Francia al final de su reinado.

Le sucedieron en el trono Luis XV y Luis XVI, reyes débiles que no supieron responder ante los problemas de su país y de su pueblo, por lo que se inició la decadencia del absolutismo que culminó con el estallido de la Revolución Francesa.