TEMA 12.5 pjurado@educa.madrid.org ESPAÑA EN LA UNIÓN EUROPEA
ESPAÑA EN LA UNIÓN EUROPEA España ingresó en la Comunidad Europea en 1986. Las razones del retraso fueron políticas. Además, la estructura económica y social presentaba retraso respecto a la de los países comunitarios. La celebración de elecciones democráticas (1977) y la promulgación de la Constitución (1978), permitieron la aproximación. España era un país históricamente europeo. La Comunidad veía en la integración una forma de afianzar en España la democracia y el estado de derecho. La crisis de 1975 sacó a la luz las limitaciones de la economía española. La incorporación a la CEE ofrecía la posibilidad de acercar el nivel económico al europeo. En 1977 España inició un programa de reformas (Pactos de la Moncloa) para poder presentar su integración con posibilidades de éxito. Por su parte, la Comunidad, obligada a competir con EEUU y Japón, veía interesante la incorporación de nuevos miembros que aportasen diversificación productiva y mercado de consumo. Las negociaciones para la adhesión fueron difíciles, pues España ofertaba productos agrícolas y pesqueros, que podían competir con los de otros países comunitarios. Finalmente, culminaron con la firma del Tratado de Adhesión (1985), que entró en vigor el 1 de enero de 1986.
ESPAÑA EN LA UNIÓN EUROPEA La adecuación a la Europa desarrollada ha requerido un serio esfuerzo, que ha acarreado situaciones conflictivas pero necesarias, ya que, en caso de no llevarse a cabo, la distancia habría sido cada vez mayor. Consecuencias políticas España reforzó el compromiso con la democracia y el Estado de Derecho. Consecuencias económicas Antes de la adhesión la economía española presentaba un claro retraso respecto a la europea. En estas circunstancias, la adhesión a la CEE ha tenido repercusiones positivas y negativas: Apertura de la economía española a un mercado de más de 500 millones de consumidores. Reformas para adaptar su economía a la comunitaria y adoptar las políticas de la Unión sobre agricultura, pesca, industria, transportes, comercio, etc. Recepción de ayudas económicas (siendo el país más beneficiado por los fondos estructurales y el fondo de cohesión) y ha participado en proyectos europeos Los indicadores económicos han mejorado: El PIB per cápita ha crecido por encima de la media europea , aunque todavía las disparidades regionales son grandes. La moneda ganó estabilidad al ingresar en el Sistema Monetario Europeo y posteriormente en la Unión Económica y Monetaria. Consecuencias sociales Las Administraciones públicas han dedicado una parte del gasto a la creación y consolidación del Estado del Bienestar. A costa de un fuerte endeudamiento, se produjo un notable aumento de las prestaciones sociales y la universalización de los servicios públicos básicos, como la sanidad y la educación, poniéndose fin a una carencia que diferenciaba a España de los países europeos.
ESPAÑA EN LA UNIÓN EUROPEA La situación actual de España en la UE viene dada por estos rasgos: - España por superficie es el segundo estado comunitario más extenso, después de Francia, y el quinto más poblado, tras Alemania, Reino Unido, Francia e Italia, pero su densidad es baja. - Sus características económico-sociales la colocan entre los países "periféricos" de la UE., hay diferencias entre España y los países que van en cabeza de la UE, en gran número de indicadores básicos, tanto económicos (PIB. población activa, tasa de paro) como sociales (salarios medios, cuantía de las pensiones). La plena integración es un proceso a largo plazo. La consideración de la mayor parte de las regiones españolas dentro del objetivo 1 de los fondos estructurales para el período 2000-2006 ha facilitado el proceso de convergencia. Con la ampliación a 27, España ya se sitúa por encima de la media y en situación de pasar de ser país receptor de fondos a contribuidor. - Su situación geoestratégica favorece su mediación entre la UE y los ámbitos atlántico y mediterráneo.
ESPAÑA EN LA UNIÓN EUROPEA La ampliación de la Unión hacia los países de Europa Central y Oriental, con indicadores socioeconómicos más bajos que los españoles: Supone un nuevo reparto de los fondos estructurales cuya cuantía disminuye para España, pues con las nuevas adhesiones ha subido su nivel respecto a la media comunitaria. Así, desde 2007, las regiones de objetivo 1 serán sólo Extremadura, Galicia y Andalucía. La ampliación del mercado único acrecentará las posibilidades de mercado para los productos y los capitales españoles. Pero también incrementará la competencia en el mercado (las importaciones de los países candidatos resultarán más baratas) y en la atracción de inversiones extranjeras, cuyo descenso podría ocasionar una disminución de la productividad y del empleo españoles. Para evitar los efectos negativos es necesario aumentar la competitividad de los productos españoles y, también es imprescindible mantener la estabilidad económica, que actúa como factor atractivo de las inversiones.