En este Año de la Misericordia, el Papa Francisco nos dice “la Misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la cual Él revela su amor, es como una “madre bella que nos acoge entre sus brazos” y que “clama por el daño que le provocamos a la tierra, a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella”. HOY, EL ESPIRITU SANTO QUIERE INFUNDIR EN CADA UNO Y UNA DE NOSOTRAS, SU ALIENTO VITAL QUE NOS HACE RECONOCER A TODOS LOS SERES VIVOS COMO HERMANOS Y HERMANAS. ¡VEN ESPIRITU SANTO Y RENUEVA LA FAZ DE LA TIERRA!