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. La suprema autoridad que rige los destinos de una nación.. Tener poder es la posibilidad de producir consecuencias intencionalmente en otro u otros,

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Presentación del tema: ". La suprema autoridad que rige los destinos de una nación.. Tener poder es la posibilidad de producir consecuencias intencionalmente en otro u otros,"— Transcripción de la presentación:

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2 . La suprema autoridad que rige los destinos de una nación.. Tener poder es la posibilidad de producir consecuencias intencionalmente en otro u otros, a través de ciertos medios físicos o ideales.. El poder puede ser político, económico, social, ideológico y suele presentarse como una mezcla de todos.. Fundamentalmente trataremos el poder político, sin dejar de tener en cuenta las distintas caras que presenta.

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4 2.- DERECHO DIVINO. En la Edad Media el rey era un “primus inter pares” (Arturo y la mesa redonda) sin poder suficiente para imponerse a los señores. Cuando la Iglesia se une a la monarquía y unge de divinidad al rey, el rey se convierte en Monarca Autoritario ganando, con el total sometimiento de la nobleza, el poder absoluto. La monarquía Absoluta cree que el rey es un representante de Dios y por ello hay que entregarle todos los poderes y no juzgarle nunca. 3.-CUESTIÓN PRÁCTICA. Necesidad de un poder fuerte centralista sin el cual no hay justicia ni gobierno. Ese poder puede ser otorgado por el pueblo mediante una especie de contrato (teoría contractual)o no. 1.-TRADICIÓN ROMANA DEL IMPERIO: DAD AL CESAR LO QUE ES DEL CESAR Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS: Jesús admite que los cristianos se sometan a la autoridad del Imperio Romano. Derecho divino más obediencia pasiva del pueblo.

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6 MAQUIAVELO, N., El Príncipe, 1513. Nace de aquí una cuestión ampliamente debatida: si es mejor ser amado que temido o viceversa. Se responde que sería menester ser lo uno y lo otro; pero, puesto que resulta difícil combinar ambas cosas, es mucho más seguro ser temido que amado cuando se haya de renunciar a una de las dos. Porque en general se puede decir de los hombres lo siguiente: son ingratos, volubles, simulan lo que no son y disimulan lo que son, huyen del peligro, están ávidos de ganancia; y mientras les haces favores son todo tuyos, te ofrecen la sangre, los bienes, la vida, los hijos -como anteriormente dije- cuando la necesidad está lejos; pero cuando se te viene encima vuelve la cara. (…)Además los hombres vacilan menos en hacer daño a quien se hace amar que a quien se hace temer, pues el amor emana de una vinculación basada en la obligación, la cual (por la maldad humana) queda rota siempre que la propia utilidad da motivo para ello, mientras que el temor emana del miedo al castigo, el cual jamás te abandona. Debe, no obstante, el príncipe hacerse temer de manera que si le es imposible ganarse el amor consiga evitar el odio, porque puede combinarse perfectamente el ser temido y el no ser odiado. Pero cuando el príncipe se encuentra con los ejércitos y tiene a sus órdenes multitud de soldados, entonces es absolutamente necesario que no se preocupe de la fama de cruel, porque de lo contrario nunca mantendrá al ejército unido ni dispuesto a acometer empresa alguna (...).

7 No puede, por tanto, un señor prudente -ni debe- guardar fidelidad a su palabra cuando tal fidelidad se vuelve en contra suya y han desaparecido los motivos que determinaron su promesa. Si los hombres fueran todos buenos, este precepto no sería correcto, pero -puesto que son malos y no te guardarían a ti su palabra- tú tampoco tienes por qué guardarles la tuya. Además, jamás faltaron a un príncipe razones legítimas con las que disfrazar la violación de sus promesas. Se podría dar de esto infinitos ejemplos modernos y mostrar cuántas paces, cuantas promesas han permanecido sin ratificar y estériles por la infidelidad de los príncipes. Pero es necesario saber colorear bien esta naturaleza y ser un gran simulador y disimulador: y los hombres son tan simples y se someten hasta tal punto a las necesidades presentes, que el que engaña encontrará siempre quien se deje engañar (...). “ Maquiavelo, El Príncipe, 1513.

8 “Con todo ello es manifiesto que durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común que los mantenga a todos en el temor, se hallan en la condición que se denomina guerra; una guerra tal que es la de todos contra todos. Porque la guerra no consiste solamente en batallar, en el acto de luchar, sino que se da durante el lapso de tiempo en que la voluntad de luchar se manifiesta de modo suficiente. [...] La naturaleza de la guerra consiste, no ya en la lucha actual, sino en la disposición manifiesta a ella durante todo el tiempo en que no existe seguridad de lo contrario” T. HOBBES (Leviathan, XIII, cit., p. 112-113).

9 MONARQUÍA AUTORITARIA MONARQUÍA ABSOLUTA MONARQUÍA PARLAMENTARIA

10 La Monarquía Autoritaria y Absoluta se basan en : - Control sobre los poderes que se escapaban en la Edad Media: - Nobleza e Iglesia. - Municipios. - Cortes. - Afianzamiento del Estado y su administración: - Unidad territorial. - Se fija la capital. - Burocracia y administración profesional. - Impuestos - Ejército permanente. Incluyendo las flotas. - Diplomacia. El monarca es la fuente de todo poder, y este poder es considerado divino y hereditario. Es la máxima autoridad militar, política, judicial, pone impuestos, declara la guerra y la paz, etc. La aparición de la monarquía autoritaria y absoluta y su concentración de poderes permitió:

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12 " Es sólo en mi persona donde reside el poder soberano, cuyo carácter propio es el espíritu de consejo, de justicia y de razón; es a mí a quien deben mis cortesanos su existencia y su autoridad; la plenitud de su autoridad que ellos no ejercen más que en mi nombre reside siempre en mí y no puede volverse nunca contra mí; sólo a mí pertenece el poder legislativo sin dependencia y sin división; es por mi autoridad que los oficiales de mi Corte proceden no a la formación, sino al registro, a la publicación y a la ejecución de la ley; el orden público emana de mí, y los derechos y los intereses de la Nación, de los que se suele hacer un cuerpo separado del Monarca, están unidos necesariamente al mío y no descansan más que en mis manos." Discurso de Luis XV,París, 3 de marzo de 1766. “Dios estableció a los reyes como sus ministros y reina a través de ellos sobre los pueblos. (…) Los príncipes actúan como los ministros de Dios y sus lugartenientes en la tierra. Por medio de ellos Dios ejercita su imperio. Por ello el trono real no es el trono de un hombre sino el de Dios mismo. Se desprende de todo ello que la persona del rey es sagrada y que atentar contra ella es un sacrilegio.” Bossuet. La política según las Sagradas Escrituras. Libro III.

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14 EXPLICA ESTA IMAGEN

15 Esta imagen describe la Revolución Inglesa, con la decapitación del Rey Carlos Estuardo I (1649) y el establecimiento de la República Inglesa por Oliver Cromwell, quien asume el poder y control del parlamento por lo que no fructiferó su gobierno. Este hecho tuvo lugar casi 100 años antes que la Revolución Francesa y sin embargo no se le da tanta importancia, supongo que es debido a que la monarquía regresó a instalarse en Inglaterra. Relaciono esta imagen con el contenido del curso y el sentido del ensayo debido a que la decapitación de un jefe de Estado por parte del pueblo representa quien realmente tiene el poder en un Estado y de lo que es capaz una población que se encuentra oprimida, la cabeza y el cuerpo del rey Carlos I son teñidos con su propia sangre lo cual muestra que es del mismo color que la de todos los hombres haciendo alusión a que dios no designa a los reyes. Ante la negativa de las demandas de justicia por parte del pueblo el rey fue públicamente enjuiciado por un tribunal popular en el parlamento de la nación.

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18 “La soberanía es el poder absoluto y perpetuo de la República (...). La soberanía no es limitada, ni en poder, ni en responsabilidad, ni en tiempo (...). es necesario que quienes son soberanos no estén de ningún modo sometidos al imperio de otro y puedan dar ley a los súbditos y anular o enmendar las leyes inútiles (...). Dado que, después de Dios, nada hay mayor sobre la tierra que los príncipes soberanos, instituidos per Él como sus lugartenientes para mandar a los demás hombres, es preciso prestar atención a su condición para, así, respetar y reverenciar su majestad con la sumisión debida, y pensar y hablar de ellos dignamente, ya que quien menosprecia a su príncipe soberano menosprecia a Dios, del cual es su imagen sobre la tierra.” Jean Bodin. Los seis libros de la República. 1576. COMENTARIO DE TEXTO


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