Ciclo A Ciclo A Decimoséptimo domingo tiempo ordinario 24 de julio de 2005.

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1 Ciclo A Ciclo A Decimoséptimo domingo tiempo ordinario 24 de julio de 2005

2 Salmo 118 Mi porción es Yahvé. He decidido guardar tus palabras. Considero un bien la ley de tu boca, más que miles de monedas de oro y de plata. ¡Oh, cuánto amo tu ley!

3 Que tu amor sea mi consuelo, según prometiste a tu siervo. según prometiste a tu siervo. Que me alcance tu ternura y viviré, Que me alcance tu ternura y viviré, porque tu ley es mi delicia. porque tu ley es mi delicia. ¡Oh, cuánto amo tu ley! ¡Oh, cuánto amo tu ley!

4 También yo amo tus mandamientos, más que el oro, que el oro fino. más que el oro, que el oro fino. También yo me guío por tus preceptos También yo me guío por tus preceptos y aborrezco el camino de la mentira. y aborrezco el camino de la mentira. ¡Oh, cuánto amo tu ley!

5 Tus dictámenes son maravillas, por eso los guarda mi alma. por eso los guarda mi alma. Al manifestarse, tus palabras iluminan, Al manifestarse, tus palabras iluminan, dando inteligencia a los sencillos. dando inteligencia a los sencillos. ¡Oh, cuánto amo tu ley! ¡Oh, cuánto amo tu ley!

6 ALELUYA Mt 11: 25 «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. ALELUYA Mt 11: 25 «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños.

7 Fiesta de Bar Mitzva ( el niño lee por primera vez La Torá en público). Primera lectura ( Del libro de los Reyes ) R 3: 5,7-12 En Gabaón se apareció Yahvé a Salomón en aquella noche mediante un sueño. Dios dijo: «Pídeme lo que haya de darte.» Pues bien, Yahvé mi Dios, tú has hecho rey a tu siervo en lugar de David mi padre, pero soy un joven muchacho y no sé por dónde empezar y terminar.» Tu siervo está en medio de tu pueblo, el que tú te elegiste, un pueblo numeroso, que no es posible contar ni calcular. Concede, pues, a tu siervo, un corazón atento para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal. Cierto, ¿quién podrá hacer justicia a este pueblo tuyo tan grande?» Agradó al Señor esta súplica de Salomón. Entonces le dijo Dios: «Por haber pedido esto y no una vida larga o riquezas para ti ni tampoco la vida de tus enemigos, sino inteligencia para atender a la justicia, obraré según tu palabra: te concedo un corazón sabio e inteligente, como no ha habido antes de ti ni surgirá otro igual después de ti.

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10 ( Del santo evangelio según san Mateo ) Mt 13: 44-52 «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel. «También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra. ( «También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos. Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. «¿Habéis entendido todo esto?» Le dicen: «Sí.» Y él les dijo: «Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de su arca cosas nuevas y cosas viejas.» )

11 Salir Dios vive en su santa morada. Dios, que prepara casa a los desvalidos, da fuerza y poder a su pueblo. Salmo 67: 6-7,36