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Ciclo B promete un alimento más beneficioso que el maná recibido en el desierto. El domingo pasado veíamos la primera parte del “sermón del pan de vida”,

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Presentación del tema: "Ciclo B promete un alimento más beneficioso que el maná recibido en el desierto. El domingo pasado veíamos la primera parte del “sermón del pan de vida”,"— Transcripción de la presentación:

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2 Ciclo B

3 promete un alimento más beneficioso que el maná recibido en el desierto. El domingo pasado veíamos la primera parte del “sermón del pan de vida”, en que Jesús, hablando en la sinagoga de Cafarnaún,

4 Hoy insiste en que debemos recibir ese pan maravilloso para poder poseer la vida eterna. Por ello es necesario tener fe en Jesús. Nos dice así el evangelio de este domingo: Jn 6, 41-51

5 En aquel tiempo, los judíos criticaban a Jesús porque había dicho: "Yo soy el pan bajado del cielo", y decían: "No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?" Jesús tomó la palabra y les dijo: "No critiquéis. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios." Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí. No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre. Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo."

6 Con Cristo en la eucaristía podemos resucitar a la verdadera vida, con unos ideales muy diferentes de lo que tiene el mundo. Porque Jesús ya nos va dando la vida eterna. El pan es el signo del Señor que parte y se reparte. Es también el signo de su resurrección.

7 Por eso los santos eran tan felices, porque con Jesús tenían la paz y la esperanza de poseer un día la vida eterna.

8 Dice el evangelio que los judíos criticaban porque Jesús había dicho: “Yo soy el pan bajado del cielo”. Y no le creen porque muchos conocen a la familia de Jesús, a sus padres y sus familiares. Por eso se dicen: “¿Cómo puede haber bajado del cielo?”

9 Jesús, al predicar, solía residir en Cafarnaún en casa de Pedro y Andrés.Esta ciudad estaba cerca de Nazaret y todos se conocían. San José habría trabajado bastante por Cafarnaún y los alrededores. Quizá Jesús le habría acompañado alguna vez.

10 Hoy nos dice Jesús que nadie va a El, por la fe, si el Padre no le atrae. La fe es un don de Dios; pero que no lo quiere imponer, sino que lo quiere dar a quien se dispone dignamente. Quien quiera aceptar ese pan bajado del cielo, que es Jesús, necesita tener fe.

11 Por eso nos disponemos a la fe y la gracia de Dios, si con alegría y con mucho amor acudimos al “pan de vida” que es Jesús y que está sobre todo en la Eucaristía.

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13 Pan de vida eterna y cáliz de salvación.

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15 celebremos juntos su resurrección

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18 Jesús Pan compartido, eso eres Tu, Señor.

19 Eres sol renacido que transforma el corazón.

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25 Hacer CLICK

26 Jesús es “Pan de vida”, porque es Dios y hombre verdadero. Ha habido muchas herejías a través del tiempo de la Iglesia. En los primeros siglos estaba la dificultad en compaginar y reconocer que Jesús es verdadero hombre y es verdadero Dios.

27 Sobre que Jesús es verdadero hombre nos dan muchos datos en los evangelios: Vivía y crecía como uno cualquiera en Nazaret, predicaba, caminaba, comía. Y murió sufriendo en Jerusalén.

28 Sobre que Jesús era verdaderamente Dios lo atestiguan sobre todo sus numerosos milagros, terminando en su propia resurrección.

29 Para aquellos paisanos de Jesús les era muy difícil, imposible sin la luz del Espíritu Santo, declarar que Jesús era Dios. Por eso se preguntaban: ¿Cómo es que ha bajado del cielo? También hoy muchos se preguntan: ¿Quién es ese que ha venido a este mundo?

30 Automático ¿Quién es ese que ha venido a este mundo para ser hermano nuestro siendo Dios?

31 ¿Quién es ese que comparte nuestra marcha, solidario en la alegría y el dolor?

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34 ¿Quién es ese que perdona al enemigo y devuelve al pecador su dignidad?

35 ¿Quién es ese que nos da la Eucaristía y nos llama para hacer comunidad?

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37 Dios y hombre, que nos guía con su luz, Hacer CLICK

38 Pero Jesús ha bajado del cielo para darnos su luz, para proclamar la bondad y la misericordia, para ayudarnos en el caminar de la vida. Quienes prescinden de la personalidad de Jesús, es como dejarle sólo como un profeta humano.

39 Y Jesús es “pan de vida”, ayuda en el caminar, precisamente cuando estamos desalentados. Hoy la 1ª lectura nos trae el suceso del profeta Elías. Este era un gran predicador para la causa de Dios. Pero había una reina muy mala, Jezabel, que le quería matar. Elías tuvo que huir.

40 Cuando Elías estaba por el desierto, sin agua ni comida, estaba completamente desalentado. Hasta que se durmió y vino un ángel. Veamos lo que dice esta primera lectura.

41 En aquellos días, Elías continuó por el desierto una jornada de camino, y, al final, se sentó bajo una retama y se deseó la muerte: "¡Basta, Señor! ¡Quítame la vida, que yo no valgo más que mis padres!" Se echó bajo la retama y se durmió. De pronto un ángel lo tocó y le dijo: "¡Levántate, come!" Miró Elías, y vio a su cabecera un pan cocido sobre piedras y un jarro de agua. Comió, bebió y se volvió a echar. Pero el ángel del Señor le volvió a tocar y le dijo: "¡Levántate, come!, que el camino es superior a tus fuerzas." Elías se levantó, comió y bebió, y, con la fuerza de aquel alimento, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios. 1Reyes 19,4-8

42 El hecho es que la Iglesia ha tomado esta escena como símbolo de lo que en la realidad es mucho más: la Eucaristía. Es difícil saber hasta dónde es la historia y hasta dónde lo que puede ser como parábola.

43 De hecho en nuestra vida podemos tener momentos de gran desaliento, en que quizá no veamos el sentido de la vida. Acudamos a la Eucaristía con amor y seguro que sentiremos como Elías a Dios. Y por medio de algún ángel viviente en la tierra recibiremos aliento para seguir en el camino de Dios.

44 Es importante que sepamos ver en el alimento de la Eucaristía la mano bondadosa de Dios. No en vano como salmo responsorial de esa primera lectura tenemos el 34 (o 33), en que se nos dice “Gustad y ved qué bueno es el Señor”.

45 Gustad y ved qué bueno es el Señor. Automático

46 Gustad y ved qué bueno es.

47 Dichoso el que se acoge a Él.

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50 Mi alma se gloría en el Señor.

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52 Gustad y ved qué bueno es el Señor.

53 Gustad y ved qué bueno es.

54 Hacer CLICK

55 Desde siempre la Iglesia ha aplicado este salmo a la Eucaristía, porque en ningún otro sitio podemos comprender mejor lo bueno que ha sido y es el Señor.

56 La Eucaristía recuerda y hace actual el triunfo pascual del Señor. Si el Señor le libró de todas sus ansias por la resurrección, quien comulga en su triunfo por la Eucaristía, también vivirá eternamente y resucitará en el último día.

57 Pero para buscar y ver lo bueno que es el Señor, además de su ayuda, que es lo más importante, debemos hacer algo de nuestra parte, porque somos libres. Debemos vivir en la vida nueva, en el amor de Cristo, como nos dice hoy san Pablo en la 2ª lectura:

58 Hermanos: No pongáis triste al Espíritu Santo de Dios con que él os ha marcado para el día de la liberación final. Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda la maldad. Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo. Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor. Ef 4,30-5,2

59 San Pablo nos recuerda las dificultades de la vida y los malos momentos por los que todos pasamos: ira, cólera, problemas; pero todos deben ser afrontados y superados con esa esperanza de la resurrección.

60 Parece ser que la comunidad a la que se dirige san Pablo pasaba por momentos difíciles, enfrentamientos entre los mismos cristianos. Estas palabras son como una invitación al perdón para seguir a Jesús.

61 El modelo para nosotros es Jesús, que se entregó como víctima por nuestros pecados. La celebración en la Eucaristía es el memorial del sacrificio. Por eso nunca ha sido fácil ser buen cristiano.

62 Siempre es necesario que algo nos estimule, nos ayude a seguir adelante en este camino, como le sucedió a Elías, para conducirnos a Dios. El Espíritu Santo es el motor. “No pongamos triste al Espíritu Santo”, sino dejémosle entrar en nuestro corazón.

63 Pero de una manera especial es Jesús en la Eucaristía, el “pan de vida” que nos da fuerzas para continuar el camino que quiere Dios, siendo una misma cosa con nosotros. Pero ¿cómo va a ser vida, si dentro de nosotros está el pecado y la maldad?

64 Terminamos recordando los apuros que pasó el profeta Elías y cómo Dios le socorrió con aquel pan especial.

65 A veces se acumulan tantas circunstancias que nos hacen insoportable la existencia. Podemos encontrarnos quizá en situaciones parecidas: muchos problemas y sufrimientos.

66 Acudamos a Jesús en la Eucaristía. Él nos habla quizá por medio de un ángel, que puede ser un sacerdote de la parroquia o cualquier circunstancia o persona.

67 Automático

68 corría sin saber adonde ir.

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70 pensaba tantas veces en partir.

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72 y decía: Señor, dime qué quieres de mi.

73 He pecado y no sé si me perdonas,

74 ya no soporto seguir viviendo así.

75 Y entonces, como Elías en el desierto,

76 yo me quedé dormido (a) bajo tu altar.

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78 me dio de beber, me dio nuevas fuerzas.

79 Y entonces, como Elías en el desierto,

80 cansado (a) y dormido (a) bajo tu altar,

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82 come y bebe, que falta mucho por caminar.

83 Que la Virgen María, al final del viaje de esta vida, nos presente a Jesús. AMÉN


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