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“¿Qué quieres que haga por ti?”

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Presentación del tema: "“¿Qué quieres que haga por ti?”"— Transcripción de la presentación:

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2 “¿Qué quieres que haga por ti?”
XXX Domingo del tiempo Ordinario. “¿Qué quieres que haga por ti?” Señor, que vea

3 Ritos Iniciales.

4 En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo . Amen.

5 La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes. Y con tu espíritu.

6 Dame, Señor, la luz de tu perdón.

7 Yo confieso, ante Dios todopoderoso, y ante vosotros, hermanos,
Acto penitencial: Yo confieso, ante Dios todopoderoso, y ante vosotros, hermanos,

8 que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.

9 Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

10 Por eso ruego a Santa María siempre virgen, a los ángeles, a los santos

11 y a vosotros hermanos, que intercedan por mí, ante Dios, nuestro Señor

12 Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

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14 Gloria. Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

15 Por tú inmensa gloria, te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos

16 te damos gracias, Señor, Dios, Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso
te damos gracias, Señor, Dios, Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.

17 Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;

18 Tú que quitas el pecado del mundo, atiende a nuestra súplica,

19 Tu que estas sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros,

20 porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú, Altísimo, Jesucristo,

21 con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.

22 Oración Colecta Dios todo poderoso y eterno, aumenta nuestra fe, esperanza y caridad,

23 y, para conseguir tus promesas, concédenos amar tus preceptos.

24 Por nuestro Señor Jesucristo Amén.

25 Lectura del libro de Jeremías (31, 7-9)

26 Así dice el Señor: «Gritad de alegría por Jacob, regocijaos por el mejor de los pueblos; proclamad, alabad y decid:

27 El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel.

28 Mirad que yo os traeré del país del norte, os congregaré de los confines de la tierra.

29 Entre ellos hay ciegos y cojos, preñadas y paridas: una gran multitud retorna.

30 Se marcharon llorando, los guiaré entre consuelos;

31 los llevaré a torrentes de agua, por un camino llano en que no tropezarán.

32 Seré un padre para Israel, Efraín será mi primogénito.»

33 Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

34 Salmo responsorial (Salmo 125)

35 El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

36 Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares.

37 El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

38 Hasta los gentiles decían: «El Señor ha estado grande con ellos
Hasta los gentiles decían: «El Señor ha estado grande con ellos.» El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

39 El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

40 Que el Señor cambie nuestra suerte, como los torrentes del Negueb
Que el Señor cambie nuestra suerte, como los torrentes del Negueb. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.

41 El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

42 Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas.

43 El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

44 Lectura de la carta a los Hebreos (5, 1-6)

45 Hermanos: Todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres,

46 está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios:

47 para ofrecer dones y sacrificios por los pecados.

48 Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades.

49 A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo.

50 Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón.

51 Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote,

52 sino aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy»,

53 o, como dice otro pasaje de la Escritura: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.»

54 Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

55 Lectura del Evangelio según san Marcos (10, 46-52)

56 En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente,

57 el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna.

58 Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:

59 - «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»

60 Muchos lo regañaban para que se callara.

61 Pero él gritaba más: - «Hijo de David, ten compasión de mí.»

62 Jesús se detuvo y dijo: - «Llamadlo.»

63 Llamaron al ciego, diciéndole: - «Ánimo, levántate, que te llama.»

64 Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.

65 Jesús le dijo: - «¿Qué quieres que haga por ti?»

66 El ciego le contestó: - «Maestro, que pueda ver.»

67 Jesús le dijo: - «Anda, tu fe te ha curado.»

68 Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

69 Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús

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76 Profesión de Fe.

77 Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra.

78 Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo

79 nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,

80 descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos

81 y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso
y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

82 Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos,

83 el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos y la vida eterna. Amén.

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85 El Señor reciba de tus manos este sacrificio para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

86 Oración de ofrendas Vuelve tu mirada, Señor, sobre las ofrendas que te presentamos,

87 para que nuestra celebración sea para tu gloria y tu alabanza.

88 Por Jesucristo nuestro Señor.

89 El Señor, esté con vosotros. Y con tu Espíritu Levantemos el corazón
El Señor, esté con vosotros. Y con tu Espíritu Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor Demos gracias al Señor Nuestro Dios. Es justo y necesario.

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91 Ven y encuéntrate con tu Dios.
(Este es el momento más importante de la celebración) Ven y encuéntrate con tu Dios.

92 Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven señor Jesús.

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94 Por Cristo, con Él y en Él. A ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amen.

95 Padre nuestro:

96 Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;

97 venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.

98 Danos hoy nuestro pan de cada día;

99 perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;

100 no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

101 Tuyo es el reino, tuyo es el poder y la gloria, por siempre, Señor

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105 Ritos conclusivos

106 Oración después de la comunión
Lleva a su término en nosotros, Señor, lo que significan estos sacramentos,

107 para que un día poseamos plenamente cuanto celebramos ahora en estos ritos sagrados.

108 Por Jesucristo nuestro señor.

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110 Plegaria a Nuestra Señora del Rosario
de Chiquinquirá Mis oraciones hacia Tí levanto Amparo de los pobres pecadores Dulcísima Señora en mi quebranto Reina del cielo, escucha mis clamores. Escucha mi plegaria fervorosa

111 Plegaria a Nuestra Señora del Rosario
de Chiquinquirá Da consuelo y alivio a mis dolores, Endulza mi amargura y presurosa La paz a mi alma atribulada envía. Oh Madre de mi Dios tan poderosa. Sálvame del pecado, Madre mía,

112 Plegaria a Nuestra Señora del Rosario
de Chiquinquirá De la virtud enséñame el camino, Enséñame el bien de la santa vía, Solitario y errante peregrino, A tu amparo me acojo gran Señora Mándame la gracia del don divino Piedad, piedad a quien su culpa llora A quien a tí de hinojos, compungido Reclama tu perdón, tu gracia implora. A Tí se acoge mi espíritu afligido De sus males en busca de consuelo. Oye Madre, mi acento dolorido Sálvame por piedad y dame el cielo.

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