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Publicada porSalvador José Miguel Vega Valenzuela Modificado hace 8 años
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Domingo de la III Semana de Pascua
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Santos del Día San Acépsimas. Obispo San Miles. Mártir, Obispo San Agapito I. Turquía ( †536 ) Papa San Aitala. Mártir, Sacerdote San Bicor. Mártir, Obispo San Cayo papa. Italia ( †296 ) Confesor, Papa San Crisótelo. Mártir, Sacerdote San Elimenas. Sacerdote San Epipodio de Lyon y compañeros. Lyon, Francia ( †178 ) Mártir Beato Francisco Venimbeni. Italia ( †1322 ) Franciscano San León de Sens. Francia Obispo San Leónidas de Alejandría. Egipto ( †204 ) Mártir, Padre Santa María Virgen, Madre de la Compañía de Jesús. San Maryahb. Iraq ( †341 ) Mártir, Obispo Santa Oportuna. Francia ( †770 )Abadesa San Parmenio. Mártir, Sacerdote Santa Senorina. Portugal ( †980 )Abadesa San Sotero Papa. Italia ( †175 ) Mártir, Papa San Teodoro de Siceone. Turquía ( †613 ) Abad, Obispo
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San Leónidas Mártir 160 † 204 Nació en Alejandría, Egipto. Fue padre de Orígenes, uno de los más insignes sabios y escritores de los primeros tiempos del cristianismo. Cuando fue bautizado su hijo, Leónidas le descubrió las ropitas del pecho y le dio un respetuoso beso, diciendo: “Ahora aquí habita Dios”. Por ser cristiano, Leónidas fue encarcelado durante la persecución del emperador Septimio Severo. Después de ser torturado por no querer adorar a los dioses falsos, fue condenado a muerte. Orígenes tenía entonces diecisiete años y era el mayor de los hijos. Profundamente religioso también él, escribió una carta conmovedora a su padre en la que lo animaba a perseverar en la fe y aceptar gozoso el martirio. Leónidas murió decapitado. Ruega por nosotros
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Primera Lectura - Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (3, 13-15. 17-19) En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: “El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, a quien ustedes entregaron a Pilato, y a quien rechazaron en su presencia, cuando él ya había decidido ponerlo en libertad. Rechazaron al santo, al justo, y pidieron el indulto de un asesino; han dado muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos y de ello nosotros somos testigos. Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes han obrado por ignorancia, de la misma manera que sus jefes; pero Dios cumplió así lo que había predicho por boca de los profetas: que su Mesías tenía que padecer. Por lo tanto, arrepiéntanse y conviértanse para que se les perdonen sus pecados”. Palabra de Dios Te alabamos, Señor
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Salmo 4 En ti, Señor, confío. Aleluya. Tú que conoces lo justo de mi causa, Señor, responde a mi clamor. Tú que me has sacado con bien de mis angustias, apiádate y escucha mi oración. Admirable en bondad ha sido el Señor para conmigo, y siempre que lo invoco me ha escuchado; por eso en él confío. En paz, Señor, me acuesto y duermo en paz, pues sólo tú, Señor, eres mi tranquilidad. En ti, Señor, confío. Aleluya.
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Hijitos míos: Les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguien peca, tenemos como intercesor ante el Padre, a Jesucristo, el justo. Porque él se ofreció como víctima de expiación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero. En esto tenemos una prueba de que conocemos a Dios: en que cumplimos sus mandamientos. Quien dice: “Yo lo conozco”, pero no cumple sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado a su plenitud, y precisamente en esto conocemos que estamos unidos a él. Segunda Lectura - Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2, 1-5) Te alabamos, Señor Palabra de Dios
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Cuando los dos discípulos regresaron de Emaús y llegaron al sitio donde estaban reunidos los apóstoles, les contaron lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Mientras hablaban de esas cosas, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Ellos, desconcertados y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero él les dijo: Lectura del santo Evangelio - según san Lucas (24, 35-48)
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“No teman; soy yo. ¿Por qué se espantan? ¿Por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona. Tóquenme y convénzanse: un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como ven que tengo yo”. Y les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creer de pura alegría y seguían atónitos, les dijo: “¿Tienen aquí algo de comer?” Le ofrecieron un trozo de pescado asado; él lo tomó y se puso a comer delante de ellos. Después les dijo: “Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba yo, cuando aún estaba con ustedes: que tenía que cumplirse todo lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos”. Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras y les dijo: “Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios y el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto”.
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Palabra de Dios Gloria a Ti, Señor Jesús
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«¿Por qué tenéis estos pensamientos?» Este pasaje del Evangelio... nos muestra verdaderamente quién es Cristo y verdaderamente quién es la Iglesia..., Cristo es verdaderamente el Verbo, el Hijo único igual al Padre, unido a un alma verdaderamente humana y con un cuerpo verdadero limpio de todo pecado. Este es el cuerpo que murió, este cuerpo el que resucitó, este cuerpo el que fue clavado a la cruz, este cuerpo el que fue depositado en la tumba, este cuerpo el que está sentado en los cielos. Escuchemos lo que dijo: "Hacía falta que Cristo sufriera y que resucitara de entre los muertos al tercer día, y que se proclame en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén". He aquí la Esposa: la Iglesia extendida por toda la tierra, que acogió a todos los pueblos en su seno... Los apóstoles veían a Cristo y creían en la Iglesia, que no veían. Nosotros vemos la Iglesia; creamos pues en Jesucristo, que no vemos, y atándonos así a lo que vemos, alcanzaremos lo que todavía no vemos. San Agustín (354-430), obispo de Hipona( África del Norte) y doctor de la Iglesia Sermón 238
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“Bendito y alabado sea Jesús, en el Santísimo Sacramento del Altar” Señor, te pedimos por tu Iglesia, Santa, Católica, Apostólica y Romana.
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