La descarga está en progreso. Por favor, espere

La descarga está en progreso. Por favor, espere

POR: Adrián Agüera Láres y Gorka Nork Sevilla Donaire

Presentaciones similares


Presentación del tema: "POR: Adrián Agüera Láres y Gorka Nork Sevilla Donaire"— Transcripción de la presentación:

1 POR: Adrián Agüera Láres y Gorka Nork Sevilla Donaire
LAS PERSECUCIONES POR: Adrián Agüera Láres y Gorka Nork Sevilla Donaire

2 INDICE Introducción Introducción 2 ¿Por qué lo hacían?
Las persecuciones del siglo I Las persecuciones del siglo II Las persecuciones del siglo III

3 INTRODUCCIÓN Los cristianos del mal llamado "primer mundo" no debemos olvidar, especialmente en los tiempos de doctrinas acomodaticias como el falso "evangelio de la prosperidad" y de heréticas enseñanzas como la de la "súper-fe", que seguimos a Jesús: el Mesías judío, el Nazareno, quien fue condenado por el mundo -y más en concreto por los de Su mismo pueblo-  y crucificado en una cruz: el más ignominioso de los castigos que la crueldad romana había ideado, destinado para los criminales más despreciables y vulgares. Nuestros antepasados en la fe sufrieron, además, las más crueles persecuciones que la historia ha conocido (con la excepción del amado pueblo judío) contra una religión, durante un periodo aproximado de tres siglos. No olvidemos tampoco, que solo en el año 2000 más de personas murieron en el mundo (especialmente ese olvidado y también mal definido como "tercer mundo") por llamarse cristianos, lo fuesen o no.

4 Introducción 2 Jesús mismo nos dejó bien claro el tipo de persecuciones por las que los verdaderos cristianos pasarían en todos los tiempos, muchas veces de parte de falsos cristianos que decían representar a la "verdadera y única iglesia", así esta escrito No podemos negar que la historia de la primera iglesia judía de Jerusalén se abre con la persecución de sus propios hermanos de raza y de religión (puesto que los primeros creyentes judíos no creían pertenecer a una nueva religión afuera del judaísmo). De hecho el mismo Saulo de Tarso (después conocido como el apóstol Pablo) comenzó como un símbolo del odio visceral del judaísmo tradicional contra el judaísmo mesiánico de la nueva secta de los seguidores de Yeshua ben Elohim. Historiadores católico-romanos quieren aún hoy en día ver, desde postulados que consideramos judeófobos, la fuente de las persecuciones en la sinagoga y el judaísmo contra la "nueva religión". Como decimos, a nuestro parecer, se trató más de una persecución del judaísmo tradicional contra una nueva corriente dentro del mismo judaísmo, que terminaría por desgajarse definitivamente de él con la gentilización y romanización de la fe en el Mesías Yeshua ben Elohim. Lo que no podemos ignorar es que la verdadera perseguidora de la Iglesia de Jesús en su nacimiento (y también después en otras circunstancias que no viene aquí al caso) es, en palabras del apóstol del amor, la "Gran Ramera" llamada Roma de la cual el vidente de Patmos nos refiere en el Apocalipsis: "Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro (...) Las siete cabezas son siete colinas, sobre los cuales se sienta la mujer (...) Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra" (Apocalipsis 18:6, 9, 18). El imperio romano y sus leyes protegían la libertad de culto y hasta veían bien las diferentes religiones que, de todas las naciones, se iban implantando en Roma. Es por esto que no deja de ser paradójico que el hecho del cristianismo fuese la excepción. Para los primeros cristianos, esto era una prueba más de la verdad del cristianismo, y personas como Justino u Orígenes, atribuyeron al poder de los demonios sobre esta sociedad pagana romana, el hecho de las persecuciones anticristianas. Así, si bien es cierto que algunos emperadores perseguidores como Nerón o Domiciano fueron verdaderos demonios y monstruos de maldad en vida; no deja de ser significativo que otros que ordenaron matanzas y persecuciones de cristianos han pasado a la historia como emperadores filósofos o mecenas del arte y la cultura que aún hoy son leídos y publicados como Trajano, Marco Aurelio y Diocleciano

5 ¿Por qué lo hacían? Para los antiguos griegos y romanos, la religión lo era todo. No era algo separado de la política, sino que política y religión eran una misma cosa. La Polis y la Civitas se fundamentaban en estos principios y los sacerdotes paganos eran una especie de funcionarios públicos que desempeñaban una función específica. La religión entonces no tenía nada que ver con el concepto cristiano de una relación personal del hombre con la divinidad. Así el estado, o mejor dicho, la ciudad estado, era la asamblea o reunión de aquellos que poseían unos mismos dioses y que sacrificaban en un mismo altar. Renegar de los dioses de los antepasados no era solo apostasía, era traición a la patria. Este concepción religiosa no impedía que en Roma fuesen invitadas y bien acogidas las divinidades de los pueblos conquistados; es como el ejemplo del libro de los hechos y del templo al "dios desconocido" que Pablo vio en Atenas. El escritor latino Ovidio dijo: "Roma es digna de que a ella vayan todos los dioses". Tertuliano afirma que en un principio el cristianismo dio sus primeros pasos a la sombra del judaísmo, del que los romanos no lo diferenciaban, sin tener más problemas. Sin embargo, la primera luz histórica acerca de como esta situación cambió, nos la da Suetonio en un texto relativo a la expulsión de los judíos de Roma por los frecuentes tumultos que tenían acerca de un tal "Cresto" (Corrupción latina de Christus). Esta expulsión se dio en el año d-C. y a raíz de este acontecimiento es que pablo se encuentra con dos judíos creyentes en Jesús que acaban de llegar de Roma: Aquila y Priscila

6 Las persecuciones del siglo I
Además del texto que se reproduce en el tema de las persecuciones del siglo I, y que hace mención a la persecución Neroniana, hemos de decir, que Tertuliano de Cartago, conocedor de las leyes Romanas afirma sin duda alguna que existió un "Institutum Neronianum" o ley del emperador Nerón contra los cristianos, cuyo fundamento básicamente era este: "Ut christiani non sint" o lo que es lo mismo "No es lícito ser cristiano". De este modo, aunque los mismos paganos que los condenaban, como es el caso de Plinio, de manera patente se daban cuenta de la inocencia de los cristianos, como fue en el caso de los cristianos de Bitinia, los paganos parecían decir: "La ley está por encima de toda verdad, y por esto es preciso obedecerla" (del mismo modo a lo largo de la historia, y aún hoy en día, muchos dentro del cristianismo, olvidan la ley evangélica del amor, y se convierten en legalistas inflexibles). No importa si el acusado es inocente, o si es un ciudadano ejemplar: el delito es el simple hecho de ser cristiano, y poner su conciencia por encima de las leyes humanas que le condenan.

7 Las persecuciones del siglo II
En este siglo toda la legislación sobre los cristianos, se resume en el famoso rescripto de Trajano, respondiendo a su embajador en Bitinia, Plinio el Joven, hacia el año 112 d.C. Por esta carta, podemos entender (es la única manera de darle sentido a la misma), que en efecto, existía una legislación anterior (¿la Neroniana?) contra el cristianismo y los cristianos. La cosa es que el meticuloso Plinio, que por lo que comenta ya ha dado alguna sentencia de pena de muerte contra alguna persona que al ser detenida ha persistido en su confesión de cristiano, se pregunta (pregunta al emperador) el llamado "quid et quatenus" esto es: qué se debe castigar en un cristiano, y en qué medida se debe castigar a un cristiano. ¿Se debe de castigar el mero hecho de tener el nombre de cristiano, o los posibles delitos entorno al hecho de llevar nombre de cristiano?. ¿Se debe castigar a todos los cristianos por igual, o se debe tener alguna consideración por cuestiones de edad, arrepentimiento, etc.?. La respuesta de Trajano en su rescripto no deroga la ley anterior, pero si la mitiga: El cristianismo no debe de ser perseguido de oficio por el las autoridades imperiales (lo que es un reconocimiento de su inocencia), pero si los cristianos son delatados conforme a la ley (no valen, pues, acusaciones anónimas) hay que castigarlos con dureza.

8 Las persecuciones del siglo III
Es a partir del siglo III que se inicia el régimen de persecución sistemática y de aniquilación y exterminio del cristianismo con métodos y edictos cuidadosamente elaborados. Los rumores del populacho ya no convencen a nadie, pero el cristianismo era algo que en vez de desaparecer tras dos siglos de persecuciones, se había extendido y crecido en todas las capas sociales poniendo en peligro la religión tradicional de Roma (la religión que profesaron los padres, la familia, los antepasados). Para un magistrado era difícil resistirse a la muchedumbre llena de odio anticristiano. Era una manera fácil y barata de contentar al populacho, satisfaciendo sus instintos más bajos. Septimio Severo ( d.C.) prohibió hacia el 202 d.C. toda propaganda religiosa de los Judíos y de los Cristianos, pero como podemos hoy en día testificar, su edicto quedó en la nada. Los verdaderos demonios de la persecución del siglo III fueron Decio en 249 d.C. y Valeriano en 258 d.C. cuya política fue la de la búsqueda y exterminio de los cristianos allí donde se encontrasen estos.

9 LA ULTIMA PERSECUCION La última persecución de la Roma imperial al cristianismo primitivo (que fue, ni es, ni será la última de Roma contra el cristianismo) fue la de Diocleciano entre el 259 al 303 d.C. Tras esta persecución, Constantino el emperador, con su conversión, haría del cristianismo la religión de moda entre los paganos. Lo que el enemigo de la fe no logró con sangre y fuego, lo lograría a partir de ahora con métodos mucho más sutiles y difíciles de discernir para aquellos héroes de la fe que nos precedieron.


Descargar ppt "POR: Adrián Agüera Láres y Gorka Nork Sevilla Donaire"

Presentaciones similares


Anuncios Google