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Adviento es… tiempo de espera y de preparación

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Presentación del tema: "Adviento es… tiempo de espera y de preparación"— Transcripción de la presentación:

1 Adviento es… tiempo de espera y de preparación

2 Santa María Magdalena Yacuanquer
Lectio Divina II Domingo Adviento Parroquia Santa María Magdalena Yacuanquer

3 Evangelio según San Marcos 1,1-8
Lectio Divina

4 Contemplación Oración Meditación Lectura Preparación
Pasos Lectio Divina

5 La Palabra debe ser esperada y escuchada
Con buena disposición interior Oración al Espíritu Santo Con Corazón limpio y humildad Primer Paso: Preparación

6 ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO (San Agustín)   Espíritu Santo, inspíranos, para
que pensemos santamente. Espíritu Santo, incítanos, para que obremos santamente. Espíritu Santo, atráenos, para que amemos las cosas santas. Espíritu Santo, fortalécenos, para que defendamos las cosas santas. Espíritu Santo, ayúdanos, para que no perdamos nunca las cosas santas. Espíritu Santo Oración al

7 Hay que leer dos o tres veces
Leer bien y sin prisa Hay que leer dos o tres veces Aprende a conocer el Corazón de Dios en sus Palabras Leer bien, es escuchar bien Segundo Paso: Lectura

8 Evangelio en imágenes Palabras de Koinonía

9 Santo Evangelio según San Juan 1, 6-8.19-28
«Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. Y este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron donde él desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle: “¿Quién eres tú?” El confesó, y no negó; confesó: “Yo no soy el Cristo”». Y le preguntaron: “¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías?” El dijo: “No lo soy.” – “¿Eres tú el profeta?” Respondió: “No.” Entonces le dijeron: “¿Quién eres, pues, para que demos respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?” Dijo él: “Yo soy - voz del que clama en el desierto: Rectificad el camino del Señor, - como dijo el profeta Isaías.” Los enviados eran fariseos. Y le preguntaron: “¿Por qué, pues, bautizas, si no eres tú el Cristo ni Elías ni el profeta?” Juan les respondió: “Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está uno a quien no conocéis, que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle la correa de su sandalia.” Esto ocurrió en Betania, al otro lado del Jordán, donde estaba Juan bautizando». Palabra del Señor

10 El tercer domingo de Adviento es llamado en la tradición litúrgica como el domingo “Gaudete”, es decir, el domingo que es una invitación a la alegría expectante por la proximidad de la llegada del Señor, por eso, todas las lecturas giran en torno al deseo por anunciar que debemos esperar con alegría y oración la llegada del Mesías.

11 El Evangelio de Juan nos revela la imagen sobresaliente de Juan el Bautista, que inquietaba a las autoridades religiosas y civiles de la época, los calificativos y especialmente los nombres de los personajes con los que se lo compara demuestra que la inquietante preocupación de los poderosos de la época tenía mucho de asombro, pero al mismo tiempo de envidia y rechazo por el bautista.

12 El Evangelio de Juan solo reserva el nombre de “Juan” para el bautista, jamás el Evangelio define a su autor con ese nombre, siempre para referirse al autor del texto lo llama: “el discípulo que tanto amaba el Señor”, esto nos demuestra que Juan el bautista era un personaje que debía ser llamado por su nombre y respetado por su misión en el plan que Dios tenía para la humanidad. Aunque los jefes del mundo religioso de la época no lo reconocen para la gente que abre su corazón a la proximidad de Dios, él es quien debe preparar el camino del salvador. La primitiva comunidad cristiana respetó y admiró la misión del Bautista.

13 En el relato, Juan solo expresa palabras para exaltar al Mesías, el desea que su misión no sea confundida con la verdadera salvación que está próxima, en el relato el bautista llega al máximo de las alabanzas al Mesías, que es capaz de afirmar que no es digno de desatarle la correa de su sandalia.

14 Este trabajo de desatar las sandalias es propio del sirviente, pero al mismo tiempo, denota la cercanía de Juan con quien está en medio de nosotros. Entre los grandes y especialmente los reyes, el trabajo de desatar las sandalias se le daba al sirviente de mayor confianza, aunque Juan dice que no es merecedor de dicho cargo, la primitiva comunidad siempre lo miró como el más cercano al Maestro.

15 Otro elemento para rescatar del Evangelio de Juan es la trama como se desenvuelve todo, los judíos, titulo para definir a quienes ostenta el poder en la época de Jesús, envían sacerdotes y levitas, es decir, a los representantes máximos de toda autoridad en la tierra para que ellos saquen de la labios del bautista quién es él? y por qué hace el gesto como el de bautizar?. Mientras ellos buscan esas respuestas, el Bautista presenta su misión por la cual él esta: anunciar la proximidad del que verdaderamente es el Mesías.

16 El bautista no sería significativo para la comunidad creyente si él no es capaz de cumplir su misión de preparar y organizar la llegada del verdadero y único salvador. Lo mismo deberíamos sentir cada uno de nosotros en este tiempo, nuestra misión es una sola: anunciar a Cristo y hacerlo presente con nuestras acciones. No estamos para defender estructuras, ni religiones, nuestro único y verdadero propósito está en anunciar con fidelidad la alegría que sentimos cuando experimentamos la presencia de Cristo que nos sana y salva.

17 DESCUBRIR LOS “AFECTOS” QUE LA PALABRA VA GENERANDO EN MI CORAZÓN:
Alegría, compromiso, interrogantes, nuevas posibilidades Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene, ahora, que ser leído con el corazón Tercer Paso: Meditación

18 Meditemos con el Santo Padre
«Desde hace veinte siglos esta fuente de alegría no ha cesado de manar en la Iglesia y especialmente en el corazón de los santos. Vamos a sugerir ahora algunos ecos de esta experiencia espiritual, que ilustra, según los carismas peculiares y las vocaciones diversas, el misterio de la alegría cristiana. El primer puesto corresponde a la Virgen María, llena de gracia, la Madre del Salvador. Acogiendo el anuncio de lo alto, sierva del Señor, esposa del Espíritu Santo, madre del Hijo eterno, ella deja desbordar su alegría ante su prima Isabel que alaba su fe: «Mi alma engrandece al Señor y exulta de júbilo mi espíritu en Dios, mi Salvador... Por eso, todas las generaciones me llamarán bienaventurada» (Lc 1,46-48). Ella mejor que ninguna otra criatura, ha comprendido que Dios hace maravillas: su Nombre es santo, muestra su misericordia, ensalza a los humildes, es fiel a sus promesas.

19 Sin que el discurrir aparente de su vida salga del curso ordinario, medita hasta los más pequeños signos de Dios, guardándolos dentro de su corazón, y no es que haya sido eximida de los sufrimientos: ella está presente al pie de la cruz, asociada de manera eminente al sacrificio del Siervo inocente, como madre de dolores. Pero ella está a la vez abierta sin reservas a la alegría de la Resurrección; también ha sido elevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo. Primera redimida, inmaculada desde el momento de su concepción, morada incomparable del Espíritu, habitáculo purísimo del Redentor de los hombres, ella es al mismo tiempo la Hija amadísima de Dios y, en Cristo, la Madre universal. Ella es el tipo perfecto de la Iglesia terrestre y glorificada. Qué maravillosas resonancias adquieren en su singular existencia de virgen de Israel las palabras proféticas relativas a la nueva Jerusalén: «Altamente me gozaré en el Señor y mi alma saltará de júbilo en mi Dios, porque me vistió de vestiduras de salvación y me envolvió en un manto de Justicia, como esposo que se ciñe la frente con diadema, y como esposa que se adorna con sus joyas» (Is 61,10). Junto con Cristo, ella recapitula todas las alegrías, vive la perfecta alegría prometida a la Iglesia: «Mater plena sanctaelaetitiae», y, con toda razón, sus hijos de la tierra, volviendo los ojos hacia la madre de la esperanza y madre de la gracia, la invocan como causa de su alegría: «Cause nostraelaetitiae».  Pablo VI, Gaudete in Domino, exhortación apostólica sobre la alegría cristiana.

20 Da gracias, intercede por los hermanos, por las situaciones que el texto te haya traído a la memoria. Da curso libre a tus capacidades creativas de sensibilidad en la oración. Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene, ahora, que ser hablado con el corazón Cuarto Paso: Oración

21 Oremos Dios nuestro, tú que quieres que trabajemos de tal modo que, cooperando unos con otros, realicemos en esta tierra tu Reino, ayúdanos a asumir, en medio de nuestros trabajos diarios, nuestra condición de hijos tuyos y hermanos de todas las personas. Por Jesucristo, nuestro Hermano y Señor. Amén

22 Oremos para encender la Tercera vela de la corona de adviento
Dios Padre del amor, danos la fuerza para anunciar con alegría a tu querido Hijo Jesús. Que las palabras y acciones de nuestra familia sean signo de oración y alegría en este tiempo de preparación hacia la llegada de tu amado Hijo la verdadera luz del mundo. Amén.

23 Quinto Paso: Contemplación
Ponte en medio de la comunidad y deja que rebose de tu interior la paz y la bendición que has recibido. Actúa con ellos para volver a reencarnar en la historia a Jesucristo, la Palabra hecha carne. Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene, ahora, que ser practicado en la vida Quinto Paso: Contemplación

24 Mi compromiso para esta semana será:
La misión de Juan Bautista puede tomarse como símbolo de la misión de toda persona cristiana: no suplantar a Jesús, sino gastar la vida en abrirle camino, abriendo camino a su causa, ¡el Reino! ¿Estoy siendo un buen precursor del Reino que Jesús anunció? ¿Allano montes, relleno hondonadas, abro caminos? ¿De qué manera concreta puedo vivir la auténtica alegría cristiana en mi familia?

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