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Publicada porAdelmira Guillermo Modificado hace 10 años
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Las personas con discapacidad en América Latina y el Caribe
Diane Alméras
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Magnitud de la discapacidad en los países de América Latina y el Caribe
En base a los datos disponibles más recientes, la población que vivía con alguna discapacidad en América Latina y el Caribe entre los años 2000 y ascendía a más de 66 millones de personas, correspondiendo a un 12.3% del total de la población regional, 12.4% de la población de América Latina y un 5.4% de los países del Caribe. Si se considera que estas cifras corresponden a datos del período en más de la mitad de los países con información disponible, es posible afirmar que el número de personas con discapacidad podría fácilmente superar los 85 millones estimados por el Banco Mundial Importante heterogeneidad de situaciones entre países, y en un mismo país entre un censo y otro. Más allá de las particularidades nacionales, las estimaciones varían según el grado de severidad de las deficiencias que son consideradas en las preguntas de los distintos instrumentos de medición.
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América Latina y el Caribe (33 países): Prevalencia de la discapacidad en la población total (En porcentajes) Los censos más recientes y las encuestas especializadas recogen información más precisa sobre la población con discapacidades. Claramente en el caso de Brasil (Censo 2010) las preguntas permiten recoger, o identificar, un rango mucho más amplio de población para cada discapacidad considerada, sobre todo porque amplía el rango de discapacidad. Este caso nacional ilustra sobre la heterogeneidad de los datos y su difícil comparabilidad entre países. En general se observa que los datos provenientes de rondas censales más recientes (2010) van ampliando la captación e identificación de personas con discapacidad, y de discapacidades.
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América Latina y el Caribe (31 países): Brecha de género (Por 1
América Latina y el Caribe (31 países): Brecha de género (Por habitantes) En más de la mitad de los países, las mujeres registran una tasa de prevalencia de discapacidad más alta que la de los hombres, especialmente a partir de los 60 años. Ello podría obedecer al hecho de que la mayor esperanza de vida de las mujeres aumenta la posibilidad de tener una discapacidad generada por un accidente o una enfermedad crónica. De igual modo, las mujeres viven estas etapas de su vida en un contexto de mayor vulnerabilidad económica, lo que potencia aún más el riesgo de que cualquier deficiencia de salud se transforme en discapacidad, debido a la falta de recursos que les impide costear servicios de apoyo y las ayudas técnicas necesarias para aminorar el impacto de las limitaciones adquiridas con la edad.
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América Latina y el Caribe (7 países): Brecha urbano-rural: Tasa de prevalencia de la discapacidad por zona de residencia, sexo y grupos de edad (Por habitantes) La información censal de la última ronda en siete países de América Latina (Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México, Panamá y Uruguay), muestra que los hombres y las mujeres corren más riesgo de vivir con una discapacidad cuando habitan en una zona rural que cuando lo hacen en una zona urbana, especialmente después de los 60 años. La única excepción marcada se encuentra en la población del Uruguay, probablemente por la importancia demográfica de la población que vive en Montevideo. Aunque en el Caribe resulta más difícil obtener información desglosada sobre zonas de residencia, en Jamaica, por ejemplo, se calcula que dos tercios de las personas con discapacidades residen en zonas rurales.
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América Latina (7 países) Mayor prevalencia de la discapacidad en los pueblos indígenas y afrodescendientes Los datos disponibles de los censos de la ronda 2010 sobre discapacidad según pertenencia étnica muestran una mayor prevalencia de la discapacidad en las personas afrodescendientes en Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Panamá y Uruguay para todos los grupos de edad. Esto es particularmente notable en el tramo de edad de 0 a18 años, con un marcada preeminencia de los hombres en todos los países con excepción de Brasil.
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Menores brechas de prevalencia en el grupo de 60 años y más
En el grupo de 60 años y más se encuentran las menores brechas de prevalencia entre los grupos étnicos del mismo país. En este mismo grupo, son menos agudas las diferencias entre hombres y mujeres, aún cuando la brecha se invirtió y es ahora liderada por las mujeres, al igual que en el total de la población – con excepción de Ecuador y El Salvador y de los hombres indígenas en Panamá No hay información adicional en la región ni en el Informe Mundial sobre la Discapacidad (OMS, 2011) que permita explicar porqué las personas afrodescendientes tienen una tasa de prevalencia más alta en todos los países, incluyendo Brasil donde se podría suponer una mayor vulnerabilidad de la población indígena por conformar una pequeña minoría que vive más bien en situación de aislamiento.
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Discapacidad e ingresos de los hogares
Tanto el Informe Mundial sobre la Discapacidad (OMS, 2011), como la Red Latinoamericana de Organizaciones no Gubernamentales de Personas con Discapacidad y sus Familias (RIADIS) observan que las personas con discapacidad están sobrerrepresentadas en la población en situación de pobreza y extrema pobreza: La misma pobreza y vulnerabilidad exacerba situaciones de discapacidad por falta de atención y cuidado oportunos. La presencia de personas con discapacidad lleva en muchos casos que al menos un miembro de la familia deba dejar de trabajar, disminuyendo aun más los ingresos del núcleo familiar. Evaluaciones de la pobreza en el Caribe incluyen en los factores causales de pobreza: La falta de empleo y transporte adecuados. La falta de apoyo y protección en las familias y las comunidades.
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Mayor concentración de personas con discapacidad en poblaciones de más edad y menos ingresos
Pocas fuentes de información permiten obtener datos estadísticos sobre la situación de las personas con discapacidad en relación a sus niveles de ingreso. En América Latina, las encuestas de hogares de los últimos años de tres países –Chile, Costa Rica y México–muestran una prevalencia de la discapacidad más elevada en los primeros quintiles de ingreso a medida que aumenta la edad de las personas. Si bien a partir de los 40 años la desigualdad es evidente, esta se hace especialmente notable en las personas de 60 años y más. La falta de recursos de los hogares, el costo de los apoyos técnicos y los servicios de cuidados y los obstáculos a la generación de ingresos que enfrentan las personas con discapacidad y aquellos que los cuidan potencia el impacto negativo de las deficiencias sobre la calidad de vida de los afectados, lo que incluye su empobrecimiento.
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Vivir con distintos tipos y niveles de discapacidad
La calidad de vida de las personas con discapacidad tiene una fuerte relación con el tipo de limitación que debe enfrentar, tanto por las dificultades propias de cada tipo de deficiencia como por las grandes diferencias en la respuesta del entorno a cada una de ellas: Capacidad de auto-cuidado; Adaptación del medio físico; Aceptación social; Oferta de oportunidades educativas y laborales; Respeto del derecho a la autodeterminación. El tipo y grado de discapacidad constituyen un factor significativo a la hora determinar las necesidades de atención y los resultados económicos y sociales de las personas que viven con discapacidades: Las personas con discapacidad visual tienen menos problemas para incorporarse al sistema escolar y a la fuerza laboral. Las siguen las personas con discapacidad auditiva y motriz. Menos oportunidades de integración social tienen las personas con deficiencias en funciones cognitivas y mentales y dificultades para el auto-cuidado. Las dificultades para responder a las necesidades de cuidado de las personas con discapacidad dependen de su grado de autonomía funcional y de independencia, las que tienen relación con las características de los distintos tipos de deficiencia con los cuales deben vivir: visual, auditiva, cognitiva, comunicación, movilidad, cuidado personal, funciones mentales.
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América Latina (8 países): tasas de prevalencia de los tipos de discapacidad, según grupos de edad (Por habitantes) En América Latina tienen mayor prevalencia entre las discapacidades los problemas de visión y movilidad, que aumentan con la edad. La prevalencia de dificultades visuales, de movilidad, auditivas y relacionada con la destreza en las personas de 60 años y más puede ser cuatro o cinco veces superiores a las de la población en su conjunto. En el caso de las discapacidades relacionadas con el habla, el comportamiento y el aprendizaje la diferencia es menos marcada pero llega a duplicar las del conjunto de la población. Diferencias entre países obedecen en gran medida a diferencias en medición a través de los censos, como ya se señaló.
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Caribe (13 países y territorios): Tasas de prevalencia de los tipos de discapacidad, según grupos de edad (Por habitantes) En el Caribe prevalen también las deficiencias visuales y de movilidad, pero aquellas de las extremidades superiores son mucho más importantes– aún cuando se refieren más bien en América Latina a los problemas de destreza y de autocuidado que necesitan el uso de los brazos. Nuevamente, las deficiencias medidas muestran diferencias de taxonomía que son también conceptuales, como por ejemplo las dificultades de aprendizaje y de conducta, cuando en América Latina se habla en su lugar de deficiencia cognitiva y de las funciones mentales. Al igual que en América Latina aumentan considerablemente con la edad las dificultades visuales, de movilidad y auditivas, pero también de uso de las extremidades superiores, lo cual impacta negativamente las oportunidades de integración social. Es interesante observar que las dificultades conductuales, de aprendizaje y de lenguaje disminuyen en la transición hacia la vida adulta y vuelven a aumentar en la transición hacia la vejez.
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Acceso a la educación según el tipo de discapacidad
Según los datos de 17 países, las dificultades para levantar, llevar, mover y usar objetos – que también limita la capacidad de llevar a cabo tareas de autocuidado que requieren el uso de los brazos - es el obstáculo más importante a la asistencia escolar junto a las dificultades de origen psíquica y cognitiva. La discapacidad visual y auditiva y la dificultad para caminar y moverse son las limitaciones que menos impiden los logros educativos. Las dificultades para hablar, aprender, relacionarse con los demás (discapacidad psíquica) y el autocuidado son aquellas que presentan los mayores obstáculos para completar años de estudios.
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Acceso al trabajo según el tipo de discapacidad
Las personas con discapacidad visual son aquellas que más facilidad tienen para incorporarse a la fuerza laboral, superando la participación económica total de las personas con discapacidad en todos los países, con excepción de Barbados y Santa Lucia. Las siguen las personas con discapacidad auditiva y motriz, y luego aquellas con limitaciones para hablar. Aún cuando se trata de personas que necesitan apoyo en cuando a medidas de accesibilidad y ayudas técnicas, los datos muestran que tienen más oportunidades que las personas con deficiencias de las funciones cognitivas y mentales, destreza deficiente o poca capacidad de auto-cuidado. En todos los casos, el porcentaje de personas de 15 años y más con algún tipo de discapacidad – única o múltiple – que son económicamente activas es mucho más bajo que el porcentaje de las personas sin discapacidad. La información censal disponible para 17 países de América Latina y el Caribe muestra que la actividad económica de las personas con discapacidad varía de manera importante en función de su tipo de discapacidad.
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Para nuestra reflexión en esta jornada
La vida independiente se basa en el principio de inclusión, que está vinculado, además de la independencia, a la libertad y a la posibilidad de participar en todos los aspectos de la vida en comunidad. Sin embargo, las personas que tienen alguna discapacidad ven restringidas esa independencia y libertad por barreras sensoriales, físicas e intelectuales. El fundamento de la inclusión consiste en suprimir las barreras que limitan o anulan las posibilidades de elección y de expresión de habilidades (Ernest Massiah). ¡Buen trabajo!
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