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John McDowell. El tema: el modo en que los conceptos median la relación entre las mentes y el mundo. El oponente: Discutirá tal punto con la perspectiva.

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1 John McDowell

2 El tema: el modo en que los conceptos median la relación entre las mentes y el mundo. El oponente: Discutirá tal punto con la perspectiva de Donald Davidson: El esquema para Davidson es esquema conceptual, por tanto debe oponerse al contenido conceptual (a las intuiciones)

3 El hecho de que los conceptos no estén vacíos, el hecho de que los conceptos posean contenido representacional, es un resultado de la interacción entre los conceptos y las intuiciones. El contenido, según el dualismo al que alude Davidson, corresponde con las intuiciones, con las unidades de información adquiridas en la experiencia, entendido todo ello en términos de una concepción dualista de tal interacción.

4 El trasfondo kantiano es lo que explica por qué en el dualismo á la Davidson lo que se contrapone a lo conceptual es descrito como lo Dado. Dualismo de esquema y lo Dado es una etiqueta mejor que dualismo de esquema y contenido, ya que no tiene resonancias que apunten, de modo mistificador, hacia la idea de contenido representacional.

5 El dualismo de esquema conceptual y contenido empírico, de esquema y lo Dado, constituye una respuesta a la forma en que podemos ajustar nuestras creencias empíricas a las razones o justificaciones y éstas a su vez a lo externo. El núcleo de este dualismo es que nos permite reconocer que existe una constricción externa sobre nuestra libertad de elaboración de conceptos empíricos.

6 La idea es que las justificaciones empíricas tienen su último fundamento en las entradas que, procedentes del exterior, penetran en el reino de la conceptual. De manera que el espacio de la razones resulta ser más extenso que el espacio de los conceptos. La idea misma de contenido representacional, y no sólo la idea de juicios que estén justificados apropiadamente, requiere de la interacción entre conceptos e intuiciones (entradas de experiencia).

7 La idea de lo Dado: el espacio de las razones, el espacio de las justificaciones o las pruebas, se extiende más allá de la esfera conceptual. El anhelo: la seguridad de que cuando utilizamos nuestros conceptos en un juicio, nuestra libertada (nuestra espontaneidad en el ejercicio del entendimiento) está constreñida por algo más allá del pensamiento, y constreñida de modo al que podamos recurrir para mostrar que los juicios están justificados.

8 El impacto causal del mundo opera fuera del control de nuestra espontaneidad. (Esto nos exonera) Pero una cosa es quedar exonerados de culpa, debido a que la posición en que nos hallamos puede retrotraerse en último término a la fuerza bruta, y otra cosa es tener una justificación. la idea de lo Dado nos proporciona una exculpación donde lo que queríamos era una justificación.

9 Kant: el conocimiento empírico es el resultado de la colaboración entre la receptividad y la espontaneidad. La objeción a lo Dado: los contenidos conceptuales que se asientan lo más cerca posible del impacto de la realidad externa sobre la sensibilidad de uno no son algo que se halle ya, en tanto en cuanto que conceptual, a cierta distancia de tal impacto. Tales contenidos no son el resultado de un primer paso dentro del espacio de las razones, un paso al que habría de remontarse el último paso que se da cuando se ofrecen justificaciones (tal y como se concibe esta actividad de justificar dentro del dualismo del esquema y lo Dado).

10 Tal supuesto primer paso sería un movimiento desde una impresión, concebida como una mera recepción de una unidad de lo Dado, hasta un juicio justificado por tal impresión. Pero las cosas no son de este modo: los contenidos conceptuales más básicos (en este sentido) ya los poseen las impresiones mismas, lo que entra del mundo en nuestra sensibilidad.

11 Propuesta: Cuando nos remontamos al fundamento de un juicio empírico, el último paso nos conduce hasta las experiencias. Y las experiencias ya tienen contenido conceptual.

12 Debido a que la experiencia es pasiva, la participación de capacidades conceptuales en la experiencia no basta para dar pie a la idea de que nos las tengamos que ver con la facultad de la espontaneidad.

13 Lo que genera la tentación de recurrir a lo dado es el pensamiento de que la espontaneidad caracteriza el ejercicio del entendimiento conceptual en general, de tal forma que la espontaneidad se extiende incluso hasta los contenidos conceptuales que se asientan lo más cerca posible de los impactos del mundo sobre nuestra sensibilidad.

14 Las capacidades que se aprovechan en la experiencia se reconocen como conceptuales únicamente cuando se las considera sobre el trasfondo de que alguien que las posea ha de ser capaz de reaccionar ante las relaciones racionales que ligan los contenidos de los juicios de experiencia con otros contenidos susceptibles de entrar en los juicios. Esas ligazones otorgan a los conceptos su lugar como elementos insertos dentro de las posibles visiones del mundo.

15 El operar pasivo de las capacidades conceptuales en la sensibilidad no es inteligible de forma independiente a su ejercicio activo en los juicios (y en los pensamientos que surgen de tales juicios). Que aunque la idea de espontaneidad no sea algo que case del todo con la experiencia misma, incluso los conceptos observacionales más inmediatos están constituidos en parte por su papel en algo que, ciertamente, se concibe de modo apropiado cuando se concibe en términos de espontaneidad.

16 El problema con el Mito de lo Dado era que nos proporcionaba, como mucho, exculpaciones donde lo que queríamos era justificaciones.

17 Tal problema vuelve a aparecer aquí, en relación con aquello que entra en la espontaneidad procedente de aquello que, por así decir, le entrega la sensibilidad en forma conceptual. Si tales entradas se conciben como algo que queda fuera del campo de la espontaneidad, fuera del dominio de la libertad responsable, entonces lo máximo que pueden suministrarnos es una exculpación por creer cualquier cosas que tales entradas nos hagan creer, y no un motivo para que justifique nuestras creencias.

18 La experiencia, aun siendo algo pasivo, hace que se manejen capacidades que genuinamente pertenecen a la espontaneidad

19 Davidson: Si concebimos la experiencia en términos de impactos sobre la sensibilidad ocurridos fuera del espacio de los conceptos, entonces nos hemos de creer que podamos recurrir a la experiencia a la hora de justificar juicios o creencias.

20 Donald Davidson: cree que la experiencia consiste en un impacto no conceptual sobre la sensibilidad, de modo que la experiencia ha de quedar fuera del espacio de las razones. Señala que la experiencia resulta causalmente relevante para las creencias y juicios de un sujeto, mas no tiene interés a la hora de otorgarle a estas creencias y juicios el estatus de justificados o probados. Nada puede contar como una razón para sostener una creencia excepto otra creencia.

21 La creencia se verídica por su propia naturaleza. Davidson argumenta favor de esta tesis conectando la creencia con la interpretación, y reclamando que pertenece a la naturaleza de la interpretación el que el intérprete deba hallar que los sujetos que interpreta están básicamente en lo cierto acerca del mundo con el cual puede observar que interactúan causalmente.

22 El Mito de lo Dado tiene una motivación más profunda, que reside en el pensamiento de que, en el caso de que la espontaneidad carezca de toda constricción racional desde el exterior (tal y como el coherentismo de Davidson insiste que carece), entonces no podremos hacernos inteligible cómo es que el ejercicio de la espontaneidad puede representar en absoluto el mundo.

23 El problema que se le plantea a Davidson, según McDowell, no se resuelve otorgando a la intuiciones un impacto causal sobre los pensamientos; podremos poseer contenido empírico según nuestra concepción sólo si reconocemos que los pensamientos y las intuiciones se hallan conectados racionalmente.

24 Wittgenstein: la mera presencia de algo no puede ser el fundamento de nada La mera presencia de algo no puede ser el fundamento de nada, no puede suministrar la entrada dentro de un repertorio conceptual – y desde fuera de él- de una justificación

25 El argumento del Lenguaje Privado es simplemente el rechazo de lo Dado, por lo que atañe a sus posibilidades en el lenguaje; no consiste, pues, en la aplicación a un área en particular de un rechazo general de lo Dado. Cuando sí realizamos una aplicación del argumento general es cuando rechazamos las meras presencias de algo como aquello que las sensaciones y demás son.

26 ¿Cómo podemos repudiar lo Dado sin rechazar así el mismo tiempo la consciencia interna? Para conceder su justo papel a las impresiones del sentido interno a la hora de justificar juicios, debemos concebir tales impresiones, al igual que las del sentido externo, como algo que ya posee de por sí contenido conceptual; y, con el fin de proporcionar a la libertad de la espontaneidad su límite necesario, hemos de insistir al mismo tiempo en que son verdaderamente impresiones, productos de la receptividad. Por consiguiente, las impresiones del sentido interno han de ser, al igual que las impresiones del sentido externo, sucesos pasivos en los cuales se opere con capacidades conceptuales.

27 Más allá de la oscilación entre mito de lo Dado y Coherentismo Las experiencias son pasivas pero se aprovechan de capacidades conceptuales


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