LAS ÓRDENES RELIGIOSAS MEDIOEVALES

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1 LAS ÓRDENES RELIGIOSAS MEDIOEVALES
Fray David A. Díaz Corrales, OP IFTIM Curso de Historia de la Iglesia Medieval

2 LAS ÓRDENES RELIGIOSAS MEDIEVALES

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4 1. EDAD MEDIA Y VIDA RELIGIOSA

5 LA EDAD MEDIA Y SU COMPLEJIDAD
Tarea difícil es hablar en tan sólo unos minutos y a través de unas cuantas páginas de los grandes hitos de la Vida Religiosa en el Medioevo. Estamos hablando de casi mil años de historia, que son decisivos en la conformación y en el devenir de ella. La Vida Religiosa medieval ha forjado una historia vivaz, interesante, problemática, contradictoria, con sus luces y sus sombras, su fidelidad y sus pecados; pero, sin duda, decisiva para entender el hoy de la relación entre “Evangelio y Vida Religiosa” y la identidad a la que está llamado el religioso/sa contemporáneo/a. “La Vida Religiosa, tal como hoy existe, es fruto de un largo proceso histórico. Es una experiencia de vida marcada por unas encrucijadas históricas que responden a otras tantas situaciones existenciales que exigen respuestas nuevas … Lo que es la Vida Religiosa nos lo dirá su historia” (J. Álvarez Gómez).

6 TRES ÓRDENES MEDIEVALES, TRES FORMAS DE VIDA RELIGIOSA
ORATORES Órdenes monásticas BELLATORES Órdenes militares LABORATORES Órdenes mendicantes “La casa de Dios, que se cree una, está dividida en tres: unos oran, otros combaten y otros, finalmente, trabajan” Adalberón de Laón (1020)

7 2. LOS PRIMEROS MONJES OCCIDENTALES

8 LAS PRIMERAS MANIFESTACIONES DE VIDA MONACAL EN OCCIDENTE
Fue San Atanasio quien introdujo la vida monástica oriental en Europa. En el año 340, acompañado por dos monjes, Isidoro y Ammón, procedentes de Oriente, fundó el primer monasterio en Roma.

9 San Ambrosio (+ 397), obispo monje y promotor del monacato.
ITALIA San Ambrosio (+ 397), obispo monje y promotor del monacato. San Eusebio de Vercelli (+ 371), primer obispo del norte de Italia. San Jerónimo ( ), durante su estancia en Roma vive como tal. San Agustín (+ 430) San Martín de Tours (+ 397), fundador de Tours y Poitiers. San Honorato, fundador del monasterio de Lerins (405). Juan Casiano, fundador de San Víctor en Marsella (410). Colaciones. San Cesáreo de Arlés, compuso dos Reglas: varones y mujeres. San Patricio, fundador de varios monasterios evangelizadores (432). Santa Brígida, fundadora de un monasterio mixto en Kildare (513). ÁFRICA Regula ad servos Dei Carta 211 a una monja GALIAS IRLANDA

10 SAN AGUSTÍN SAN AMBOSIO DE MILÁN S. EUSEBIO DE VERCELLI SAN JERÓNIMO SAN MARTÍN SAN PATRICIO S A N H O R T SANTA BRÍGIDA JUAN CASIANO

11 3. LAS ÓRDENES MONÁSTICAS

12 LA “ERA MONÁSTICA” Comprende desde San Benito de Nursia hasta San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán, exclusive. Es decir, del siglo VI al XIII. Es una época decisiva para la conformación de la christianitas medieval. Constituye uno de sus principios unificadores y revitalizadores. Ejerce su influencia en todos los niveles: espiritual, intelectual, litúrgico, artístico, social, administrativo y económico.

13 SIGLO VI SIGLO XIII

14 ERA MONÁSTICA Siglos VI al VIII: Difusión de la Regla benedictina.
Siglo IX: Unificación del monacato bajo la Regla de San Benito. Siglo X: Centralización cluniacense. Siglo XI: Reforma camaldulense. Reacción eremítica de los cartujos. Siglo XII: La reforma cisterciense y la figura de San Bernardo de Claraval. ERA MONÁSTICA (José Sánchez Herrero) f. Los canónigos regulares

15 REGLA DE SAN BENITO REGLA DE SAN AGUSTÍN
LAS DOS REGLAS MONÁSTICAS FUNDAMENTALES REGLA DE SAN BENITO REGLA DE SAN AGUSTÍN Se trata de una Regla muy breve. Ha servido de fuente de inspiración en la composición de otras reglas de vida monástica. Hoy en día más de 500 Órdenes y Congregaciones están afiliadas a la Regla agustiniana, aunque tengan sus propias Constituciones. Tiene tres ejes fundamentales: La interioridad o conocimiento de sí mismo que abre necesariamente al conocimiento de Dios. Esta vía de plenitud se nutre de la oración y de la contemplación. La unanimidad comunitaria en la caridad fraterna: “Un solo corazón y una sola alma hacia Dios”. El servicio a la Iglesia mediante una simbiosis estudio-contemplación-apostolado. Una de las más extensas. Metódica y muy completa. Fundada sobre tres virtudes: la obediencia, la taciturnidad y la humildad. Presenta a la vida monástica como escuela del servicio divino. La obediencia es protagónica y pertenece al ámbito de la fe. El abad hace en el monasterio las veces de Cristo; de allí que sea pastor y director de almas. Otros tres ejes de la Regla son: Un minucioso oficio divino en 7 tiempos. El equilibrio entre el trabajo manual y la lectio divina (“Ora et labora” / “Ora, labora et legere”). La hospitalidad caritativa a los huéspedes y peregrinos (a pesar de la clausura estricta).

16 LA ORDEN BENEDICTINA

17 Unificación de la Regla
SIGLOS VI – VIII Unificación de la Regla benedictina Expansión del monacato. Los monjes, apartados del mundo, son varones activos de su tiempo. Un “pulular de reglas”. Monacato celta-irlandés (Fundación del famoso monasterio de Hi o Iona en Escocia: Columba). Introducción de la Regla benedictina en las Islas británicas por conducto de Wilfrido de Rippon. Difusión de la Regla de San Benito por parte de San Gregorio Magno, primer papa benedictino, y de monjes como Benito Biscop y Willibaldo. Impulso misionero desde Roma hacia Inglaterra con San Agustín de Canterbury y sus compañeros. La adaptación del Evangelio a las culturas como principio de actuación misionera (Cristianización de prácticas y ritos paganos). La promoción del culto a los santos, en especial el de la Santísima Virgen María. La “predicación muda”, es decir, con la imagen (A finales del s. VII, en Jarrow, Benito Biscop adornó por primera vez un monasterio con pinturas). Combinación del silencio y la soledad con el estudio y el espíritu misionero (San Columbano, por ejemplo, en la evangelización desde las Islas británicas al continente, y Teodoro de Tarso). Importancia de la enseñanza y la exégesis escriturística: San Beda el Venerable. Historiadores destacados: San Gregorio de Tours, Historia francorum (590) y el mismo San Beda, Historia eclesiástica de la nación inglesa.

18 SAN BEDA EL VENERABLE SAN AGUSTÍN DE CANTERBURY SAN GREGORIO DE TOURS

19 Unificación del monacato
SIGLO IX Unificación del monacato La gran obra misionera benedictina de los monjes anglosajones desde el Mar del Norte hasta los Alpes pasando por los Países Bajos y Alemania (Willibrordo y Bonifacio y las monjas Lioba y Tecla). Es uno de los momentos más gloriosos de la labor evangelizadora de la Iglesia, y de la Vida Religiosa en particular. La vida monástica funda y organiza nuevas circunscripciones eclesiásticas en comunión con el Obispo de Roma. Se crearon muchas importantes diócesis europeas que hoy subsisten: Ratisbona, Salzburgo, Erfurt, Maguncia y Colonia, entre otras. Se institucionaliza, con el Monasterio de Fulda, la exención completa o independencia canónico-eclesiástica de los monasterios en relación a los obispos diocesanos. San Benito de Aniane, apoyado por Luis el Piadoso, generaliza en todos los monasterios del Imperio la Regla benedictina con lo que se promueve la unidad y el renacimiento carolingio. Los monasterios comienzan a ser centros de formación y de estudio (Escuelas monacales: Fulda, Reichenau, Saint-Denis) e influyen en las escuelas catedralicias y palatinas con figuras como Alcuino de York y Juan Escoto Eriúgena. Aparecen los copistas y sus talleres, donde se enseña el uso de la minúscula carolingia (Monasterios de San Gall, Corbey, Verden). Se preserva así la cultura latina clásica y la patrística. Cobra importancia el canto litúrgico y la schola cantorum. La especial atención a los pauperes Christi (viudas, huérfanos, mendigos, despojados de sus posesiones y tierras, etc.).

20 ALCUINO DE YORK CATEDRAL DE RATISBONA * * * * * MONASTERIO DE SAN GALO SAN BONIFACIO JUAN ESCOTO ERIÚGENA

21 LAS REFORMAS BENEDICTINAS CLUNIACENSES
[Guillermo de Aquitania (910), en Cluny] CAMALDULENSES [San Romualdo (1012), en Camaldoli] MONJES DE GRANDMONT [San Esteban de Murat (1076), Grandmont] CARTUJOS [San Bruno (1084), en Chartreuse] CISTERCIENSES [San Roberto de Molesmes (1098), Citeaux] [San Bernardo (1112), en Claraval] ORDEN DE FONTEVRAULT [Roberto d’Arbrissel ( ), Fontevrault] LAS REFORMAS BENEDICTINAS

22 C L U N Y

23 SIGLO X Centralización cluniacense
Primera gran reforma benedictina: un regreso al espíritu primigenio de la Regla desde el Monasterio de Cluny, fundado en el año 910 por el duque Guillermo de Aquitania. Una reforma libre de la influencia de los obispos y de la invasión de los laicos (muchos monasterios eran propiedad de nobles y señores feudales), pero ligada estrechamente al papa, su protector. Desde su misma estructura, la Orden Cluniacense es reflejo perfecto de la sociedad feudal: el sistema de dependencia entre la abadía madre y el priorato, entre el abad y el prior. Una casa en medio del campo, rodeada de huertas y viñas, próxima a una ciudad. Los monjes de Cluny participaron en la puesta en práctica de los movimientos de paz, como la “paz de Dios” y la “tregua de Dios”. Promotores de una espiritualidad de militancia contra el demonio (mediante la ascésis, el silencio, la vida común y la caridad), así como de los sufragios por los ya fallecidos. Fueron los creadores de la fiesta de Todos los Fieles Difuntos que se celebra, desde el 1010, el 2 de noviembre de cada año. Predicadores contra la presencia musulmana en la Península Ibérica y en Tierra Santa. Propulsores del arte románico, un arte pedagógico, simbólico y funcional para Dios (Borgoña). Una peculiaridad de los cluniacenses es que la inmensa mayoría de los monjes eran sacerdotes que tenían que celebrar de manera privada y diariamente la misa, y muchos de ellos ejercían algunas tareas pastorales fuera del claustro. Cada uno de los monjes tenía su propia celda.

24 LOS CAMALDULENSES SAN ROMUALDO

25 Abadía de Grottaferrata
SAN NILO Abadía de Grottaferrata SAN JUAN GUALBERTO SAN PEDRO DAMIÁN Vallombrosianos Monjes de Fuente Avellana SAN ESTEBAN DE MURET Monjes de Grandmont Abadía de Fontevrault

26 LOS CARTUJOS

27 SIGLO XI Reacción eremítica
El movimiento de reforma eremítica buscaba la recuperación del silencio, el alejamiento del mundo para entrar en comunión con Dios y la dignificación del trabajo manual y agrícola, enmarcados por una vida comunitaria. Los eremitas de los siglos XI y XII proponen al trabajo, manual o intelectual, como medio de sustento, pero también como equilibrio psíquico ante las horas de soledad, estudio y oración; sin faltar, por supuesto, su dimensión salvífica. Los eremitas van a desbrozar tierras improductivas ganándolas para la agricultura y van a tener un gran influjo en el campo de la herbolaria, de los vinos y los licores. Principales movimientos representativos de la renovación del eremitismo: San Nilo de Rossano y la Abadía de Grottaferrata (1024). Sus monjes dedicados especialmente a la reconstrucción y conservación de manuscritos antiguos. San Romualdo y los Camaldulenses, dedicados a la atención de peregrinos y de enfermos. San Pedro Damián y el Monasterio de Fuente Avellana (1035), muy semejante a los camaldulenses al punto que se fusionaron en 1569 por decreto de San Pío V. San Juan Gualberto y los Vallombrosianos (1039), sus votos no eran públicos, sino privados. Roberto D’Arbrissel y la Congregación de Fontevrault (1101), comunidad mixta, gobernada por una abadesa general. Esteban Thiers de Muret y la Congregación de Grandmont (1074), compuesta por laicos y clérigos. Sólo los primeros se encargaban del gobierno y de la administración de los bienes. San Bruno y la Gran Cartuja (1084), estilo de vida eremítico fundado en el voto de la estabilidad, en el silencio contemplativo, en el despojamiento radical de sí mismo, el trabajo manual y una especial devoción a María, mencionada por primera vez en una fórmula de profesión.

28 LOS CISTERCIENSES

29 SIGLO XII La reforma del Cister
Historia compleja y accidentada. Podemos decir escuetamente que hay dos momentos fundacionales: uno presidido por San Roberto de Molesmes (1098) y sus compañeros Alberico (1099) y Esteban Harding (1109) y el otro por el preclaro San Bernardo de Claraval (1115). La Orden Cisterciense es la creadora de los Capítulos Generales y de las visitas canónicas, que se realizaban ambos anualmente, y la forjadora de la figura de los llamados hermanos legos o conversos, religiosos dedicados específicamente al trabajo agrícola, ganadero o artesanal, pero integrados a la vida comunitaria y al rezo litúrgico; es decir, religiosos en todo el sentido de la palabra. Promotores en la persona de San Bernardo de las Cruzadas. Es la Orden que, en su tiempo, tuvo mayor penetración en la vida de la sociedad y de la Iglesia. Todo monasterio cisterciense es una escuela de espiritualidad practicada en común, lo cual implica que toda ansia individual es contraria al ideal buscado. Esta espiritualidad brota del reconocimiento de la propia miseria y se expresa mediante el silencio, la pobreza en grado extremo, la obediencia humilde y la penitencia entendida como desprecio de sí mismo. La influencia de Santa Hildegarda de Bringen motivó la fundación de las monjas cistercienses. Uno de sus grandes aportes culturales es la denominada arquitectura cisterciense, transición entre el románico y el gótico ojival. Es un estilo sobrio, austero, majestuoso, imponente y de gran belleza. Cuna de biblistas (Nicolás Maniacoria), autores de espiritualidad (Guillermo de San Tierry), canonistas (Jacobo Fournier - Benedicto XII -), historiadores (Vicente Kadlubek) y teólogos (Pedro Cantor y Alano de Lille); además de grandes predicadores (San Bernardo, Isaac de Estella).

30 CANÓNIGOS REGULARES

31 CANÓNIGOS REGULARES Una nueva forma de vida religiosa, exclusiva de la Iglesia occidental. Una especie de “estado intermedio” entre las Órdenes monásticas y las mendicantes. Es expresión de los movimientos de reforma de finales del siglo X y mediados del XI. Encuentra su mayor auge durante el pontificado de Gregorio VII ( ). Aunque sus orígenes se remontan a los tiempos del papa Gregorio I Magno. Nace como una propuesta para el clero secular frente al nicolaísmo y la simonía y quiere ser un modelo de identificación clerical con identidad propia y como instrumento de servicio a la Iglesia. Los Canónigos o Clérigos Regulares tienen dos principios, por así llamarlos: la vida común y la cura de almas. Son religiosos y al mismo tiempo clérigos. En la historia encontramos varias reglas para regir la vida de éstos (Regla de San Crodegango de Metz, 754, y la de Aquisgrán, 816), hasta que se fue generalizando la Regla de San Agustín, a partir de 1059. Tiene por ideal la vida de los Apóstoles, mediante una vida en comunidad y en pobreza y con un ministerio pastoral ordinario en una iglesia concreta que comporta tres rasgos: El servicio litúrgico a Dios mediante la celebración de la Eucaristía y el rezo del oficio divino. El ministerio pastoral de la predicación, de la enseñanza y de la cura de almas en una parroquia. La específica espiritualidad fundada en la pobreza, en el ayuno y abstinencia, en la tonsura, en el silencio y el estudio, sin distanciarse de los hombres y sus realidades.

32 PRINCIPALES CONGREGACIONES DE CLÉRIGOS REGULARES
Congregación de San Rufo (1039), en Aviñón. Congregación del Gran San Bernardo (1049), en Suiza, cuya finalidad bien concreta era la hospitalidad y el auxilio a los viajeros de un paso de alta montaña muy frecuentado. Fundada por San Bernardo de Aosta. Congregación de San Víctor (1108), en París. Fue famosa por su escuela y sus célebres maestros (los Victorinos, como Hugo de San Víctor, Andrés de San Víctor). Premonstratenses (1120), fundados por San Norberto, en Prémontré, y reorganizados por su discípulo Hugo de Fosses. Aquí aparecen por primera vez los conversos. Sus comunidades eran mixtas. Las canonesas se dedicaban a los servicios domésticos y a la atención de mujeres en los hospitales. Asocian a sí a los laicos en lo que sería una Tercera Orden laical. PRINCIPALES CONGREGACIONES DE CLÉRIGOS REGULARES

33 Premonstratenses EL GRAN SAN BERNARDO D E S A N V E Í S C C T U O R
SAN NORBERTO Premonstratenses

34 Los monjes medievales juegan un papel muy importante en la formación de Europa. Además de haber entrelazado el culto y la cultura, lo humano y lo divino, su gran aportación fue de tipo testimonial: “Un grupo de hombres (y mujeres) que viven en comunidad, hermanados por un mismo ideal, que oran, que trabajan, que llevan una existencia austera, que viven en paz, que ejercen la caridad de un modo sublime, no pueden menos de hacer impacto en cualquier medio social” (J. Álvarez Gómez).

35 4. LAS ÓRDENES MILITARES

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37 UNA FORMA DE VIDA RELIGIOSA MUY PECULIAR
“Orden religiosa de la Iglesia Católica dedicada principalmente a la guerra física y violenta contra los enemigos humanos de la cristiandad” (Derek W. Lomax). Sus miembros profesan los votos de pobreza, castidad y obediencia, y están sometidos a una Regla. Algunos emiten un cuarto voto: guerra contra los infieles. Su novedad, por tanto, es la entrega incondicional al oficio de la guerra en el seguimiento de Cristo. Es una institución típicamente medieval, que encarna el espíritu de una Iglesia militante. Una nueva manera de entender la militia Christi. Ligadas a las peregrinaciones a Tierra Santa, a las Cruzadas, a la guerra contra el Islam y a la redención de cautivos.

38 ÓRDENES MILITARES PRINCIPALES
TEMPLARIOS (1128), por Hugo de Payens y Godofredo. CABALLEROS TEUTÓNICOS (1190), por Caballeros de Bremen. CABALLEROS DEL SANTO SEPULCRO (1122), por el patriarca Arnulfo de Jerusalén. ORDEN DE CALATRAVA (1158), por el Abad Raimundo y Diego Velázquez. ORDEN DE SANTIAGO (1170), por Fernando II de León. ORDEN DE ALCÁNTARA (1176), por don Suero y don Gómez. ORDEN DE MONTESA (1319), por Jaime II de Aragón.. MILICIA DE SANTA MARÍA DE MONTE GAUDIO (1177), sí admitía caballeros casados, fundada por el conde Rodrigo Álvarez. ORDEN DE SANTA MARÍA DE CARTAGENA Y LA ESTRELLA (1273), por Alfonso X. ORDEN DE SAN JORGE DE ALFAMA (1201). CABALLEROS DE EVORA O DE AVÍS (1166). ORDEN DE CRISTO (1319), por el rey portugués Dionís. SANTO TOMÁS DE ACRE (1191), única Orden militar inglesa. MILICIA DE CRISTO DE LIVONIA (1202), en Estonia. MILICIA DE FE DE JESUCRISTO (1218), Contra los albigenses. MILICIA DE JESUCRISTO DE PARMA (1223). Contra los herejes. BETLEMITAS (1454). Fundada por Pío II contra los turcos. E S P A Ñ O L ÓRDENES MILITARES PRINCIPALES

39 5. LAS ÓRDENES MENDICANTES

40 UNA NUEVA REFORMA PARA LA VIDA RELIGIOSA
Los mendicantes representan una respuesta de la vida religiosa a las exigencias socio-económico-culturales del siglo XIII. Constituyen un movimiento de reforma que consiste en volver a los orígenes de la comunidad eclesial. Es un reclamo profético ante una Iglesia poderosa y rica, indiferente ante el pobre y el oprimido. Buscan encarnar en la historia la vida y la palabra de Jesucristo, al estilo de los Apóstoles y en servicio al Pueblo de Dios.

41 APORTE DE LAS ÓRDENES MENDICANTES
De la soledad del campo y la montaña se trasladan al corazón de la ciudad, donde se fragua la nueva sociedad de ese tiempo. Inserción y urbanización de la vida religiosa con una marcada preocupación por los más pobres y desamparados, por los menores. Los mendicantes serán agentes aglutinantes de la sociedad medieval. Organización centralizada, pero también democrática. Tres niveles de gobierno: conventual, provincial y general. Los oficios no son vitalicios, duran sólo un tiempo determinado. Esto permite la movilidad de los religiosos y su itinerancia. Cercanía con los laicos. Unen las asociaciones de seglares a la Orden, creando así propiamente la Tercera Orden Seglar, cuyos orígenes se remontan al monacato visigodo y a los premonstratenses. Llevar el carisma de la Orden al mundo es un acierto. Preocupación por la formación de sus integrantes y la preparación de profesores, de intelectuales. Predicación popular entre las masas para hacer frente a los movimientos heréticos, empleando las lenguas vernáculas. Reciben el privilegio papal de predicar, oficio que era exclusivo de los obispos. Con ellos la predicación salió de los templos y se fue a la calle. Cobran fuerza evangelizadora los sermones públicos y abiertos. Presencia de los frailes en las universidades desde el campo de las ciencias experimentales (San Alberto Magno), de la filosofía (Santo Tomás de Aquino, Guillermo de Ockam) y de la teología (San Buenaventura). Con esto se descentraliza la cultura y la enseñanza. Cada Orden mendicante crea su propia escuela. Pobreza comunitaria y limosna. Individuos y conventos pobres. Van al encuentro del Islam y de los paganos no cristianizados (cumanos). APORTE DE LAS ÓRDENES MENDICANTES

42 ORDEN DE FRAILES MENORES (Franciscanos).
ORDEN DE PREDICADORES (Dominicos). ORDEN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN DEL MONTE CARMELO (Carmelitas). ORDEN DE EREMITAS DE SAN AGUSTÍN (Agustinos). ORDEN DE LOS SIERVOS DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA (Servitas). ORDEN DE LA MERCED (Mercedarios). ORDEN DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD (Trinitarios), ÓRDENES MENDICANTES

43 LOS FRANCISCANOS

44 Fundados por San Francisco de Asís ( ), quien en 1206 abraza un estilo de vida penitente y austero, con el fin de dedicarse por entero a los pobres con una vivencia radical de la “hermana pobreza”. Se une a once compañeros para dar origen a los Hermanos penitentes de Asís o Hermanos menores, como se les denominará finalmente. Compone una breve Regla con frases entresacadas del Evangelio y solicita del papa Inocencio III, en 1210, su aprobación. Éste les permite predicar y seguir viviendo a su estilo, pero difiere la fecha de aprobación. Es el papa Honorio III quien concede la aprobación canónica en 1223. San Francisco, auxiliado por Santa Clara de Asís, funda en 1212 la rama femenil de la Orden franciscana. La familia crece rápidamente en número y se extiende por varios puntos geográficos. A finales del siglo XIII contaba con 1583 conventos en diferentes lugares de Europa e incluso en Tierra Santa. Antes de la muerte del Fundador, en 1226, surgen fuertes conflictos y divisiones, suscitadas por la tensión entre el ideal y la realidad. San Francisco renuncia a la dirección de los Menores, quedando en manos de Elías de Cortona, quien termina siendo expulsado de la Orden. San Buenaventura le dará estabilidad, pero, finalmente, los franciscanos se dividirán en Frailes Menores y Frailes Menores Conventuales. Luego vendrán otras ramas de la familia franciscana.

45 LOS DOMINICOS

46 Santo Domingo de Guzmán ( ) es el fundador de la Orden de Predicadores, la cual es aprobada canónicamente por el papa Honorio III el 22 de diciembre de 1216 mediante la bula Religiosam vitam. Antes de fundar la Orden, fue canónigo regular en Osma y predicador itinerante en el Sur de Francia entre los herejes albigenses. Allí funda la “santa predicación”, a la que se van a unir los primeros frailes de la naciente Orden, entre ellos su hermano de sangre Manés de Guzmán. La Orden dominicana nace en la ciudad francesa de Toulouse en una casa donada por uno de sus discípulos, Pedro Seila. Antes, en 1206, había reunido en Prulla a un grupo de mujeres cátaras conversas, acontecimiento que se puede entender como la primera fundación atribuida al santo castellano. Asume la Regla de San Agustín, a la que le añade unas Constituciones que le dan su peculiaridad a los frailes dominicos. Los dominicos asumen como parte de su carisma, además de la pobreza y la obediencia, de la oración y de las observancias religiosas, el estudio como medio de contemplación y de predicación. Muchos frailes brillarán en el campo de la filosofía, la teología y otras ciencias. Los dominicos estudiarán y enseñarán en las universidades; por este motivo instalan sus conventos en el corazón de las ciudades, donde se gesta la vida de la época. Los Predicadores se organizan en Provincias y asumen la estructura orgánica de los capítulos en sus tres dimensiones: local o conventual, provincial y general. Su superior general es llamado Maestro de la Orden. A partir de agosto de 1217 la familia dominicana, compuesta por frailes clérigos y legos, por monjas y por laicos, se extiende rápidamente por Italia, Francia y España, y de allí a otros puntos de la geografía europea. Los dominicos se caracterizan también por su devoción a María y por el Santo Rosario.

47 LOS CARMELITAS

48 Su historia es muy compleja
Su historia es muy compleja. Ellos conectan su origen con el mismísimo profeta Elías del antiguo Israel, lo que les trajo no pocas controversias, especialmente en la Edad Media. En 1163 hay testimonios de que existía en el Monte Carmelo una capilla junto a la gruta del profeta Elías, en la que vivía un grupo de diez personas, bajo la dirección del cruzado Bertoldo de Calabria, quien había fundado allí mismo un eremitorio en 1156. El patriarca Alberto de Jerusalén les dio a estos eremitas una Regla (1208), que fue aprobada por el papa Honorio III (1226). Ante la creciente expansión de los musulmanes, los eremitas del Carmelo se trasladaron a Chipre, en 1238, y de allí pasaron a la ciudad de Mesina, en 1247, y desde aquí se extendieron por toda Europa, manteniendo su estilo de vida eremítico. El papa Inocencio IV, en el mismo año de 1247, los constituyó Orden mendicante. Su primer Capítulo General eligió como prior general ese mismo año a San Simón Stock. En 1452, se creó la rama femenina de la Orden carmelitana. La Orden de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo se hizo pronto muy popular en toda Europa por el fervor con el que propagaron la devoción a la Madre del Salvador y por la leyenda de su escapulario, surgido probablemente en el siglo XV. La Orden del Carmen va a ser una Orden mendicante marcadamente contemplativa hasta nuestros días, sin descuidar su labor evangelizadora.

49 LOS AGUSTINOS

50 Los Eremitas de San Agustín pasaron a ser Orden mendicante en el año 1256, por disposición del papa Alejandro IV mediante la bula Licet ecclesiae, quien unió en una misma Orden a grupos de eremitas dispersos. Sus orígenes se remontan, por tanto, a las diversas congregaciones de eremitas italianas que se regían por la Regla de San Agustín. Su nombre oficial es Orden de eremitas de San Agustín. Se expanden también rápidamente por toda Europa. El reformador de la Iglesia, Martín Lutero, perteneció a esta Orden, que también tiene rama femenina y laical.

51 LOS SERVITAS FLORENCIA. Iglesia madre

52 Única Orden en la historia de la Iglesia fundada por un grupo de personas, los denominados Siete Padres Fundadores. La Orden de los Siervos de la Bienaventurada Virgen María fue fundada en Florencia por siete piadosos varones en 1233. Fue aprobada por el papa Alejandro IV en 1255. Martín V la declaró Orden mendicante en el año 1424. En 1285, San Felipe Benizio, quinto Superior General de la Orden, fundó la sección de las servitas.

53 LOS MERCEDARIOS

54 Antigua Orden hospitalaria convertida en mendicante en el año 1318, por el papa Juan XXII.
Los mercedarios fueron fundados, en 1222, por San Pedro Nolasco, bajo la supervisión del canonista dominico San Raimundo de Peñafort, como asociación piadosa de laicos para la liberación de los cautivos cristianos. El rey Jaime I de Aragón la transformó en Orden militar y, como tal, fue aprobada por Gregorio IX, en 1235. Pasa a ser mendicante cuando por decreto papal del mencionado Juan XXII se prohíbe a los laicos ser Maestres de las Órdenes militares. Esto lleva a que los caballeros se separen y la Orden de la Merced adquirió un carácter estrictamente religioso. Fue hasta el siglo XVI cuando aparece la rama femenina de las mercedarias, aprobada por el papa Pío V, en 1568.

55 LOS TRINITARIOS

56 La Orden de la Santísima Trinidad para la Redención de Cautivos fue fundada, en Cerfroid, cerca de París, por San Juan de Mata y San Félix de Valois, y fue confirmada por el papa Inocencio III en 1198. En 1225, los trinitarios se reestructuran con la ayuda de San Raimundo de Peñafort para convertirse finalmente en Orden mendicante. Se expandieron principalmente por España y Francia. Hicieron de Cataluña su principal bastión. El más célebre de los cautivos rescatado por estos religiosos fue el escritor Miguel de Cervantes Saavedra, el 19 de septiembre de 1580.

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