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EXPEDICIÓN AL NEVADO PISSIS (6. 882m) Y AL OJOS DEL SALADO (6

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Presentación del tema: "EXPEDICIÓN AL NEVADO PISSIS (6. 882m) Y AL OJOS DEL SALADO (6"— Transcripción de la presentación:

1 EXPEDICIÓN AL NEVADO PISSIS (6. 882m) Y AL OJOS DEL SALADO (6
EXPEDICIÓN AL NEVADO PISSIS (6.882m) Y AL OJOS DEL SALADO (6.864m) EN LOS ANDES ARGENTINOS Allí donde todavía reina el silencio Del 5 al 30 de enero 2.008 Jefe de expedición: Alex Garate Expedicionarios: Suso Aiestaran Jordi Lalueza-Fox Xabier Garçon Suso Aiestaran

2 ...Y SUS INOLVIDABLES TERMAS...
La región de Catamarca, en Argentina, es para nosotros una desconocida. Desterrada de los circuitos de las agencias de viajes, ignorada e incluso subestimada por montañeros que buscan alturas de más renombre, su única pega, quizás, podría ser el calor, pues allí en verano el mercurio trepa hasta los grados. Y sin embargo, en su extremo nordoccidental, lindando con Chile, se levantan montañas de nieves eternas. Son los volcanes más altos del mundo. El Nevado Pissis, con sus metros, y el Ojos del Salado con 6.864, encabezan la lista y constituyen, después del Aconcagua, la segunda y tercera cumbre del continente americano. Otras montañas del entorno conocidas como los “Seismiles” son el Tres Cruces, Nacimiento, Walter Penck, Bonete e Incahuasí. Todas ellas permanecen de momento tranquilas, ajenas a las avalanchas que año tras año experimenta el Aconcagua, cuyo único mérito radica en medir unos pocos metros más. Si en el Campo Base del Aconcagua llegan a registrarse en un solo día más de 300 tiendas, en el Pissis y Ojos del Salado rara vez se superan las ascensiones en toda la temporada. Un paraíso para los amantes del silencio. Catamarca y el Altiplano te esperan. Acepta su invitación. No te defraudarán. Y si tienes la suerte de escalar alguno de sus “Seismiles”, volverás enamorado para siempre. FIAMBALÁ .... Fiambalá, que en quechua significa “puerta a la cordillera”, es nuestro punto de destino antes de internarnos definitivamente en la montaña. Trescientos veinte kilómetros (4 horas en coche) lo separan de San Fernando del Valle de Catamarca, capital de la provincia. Situado a 1500 metros de altitud, Fiambalá dispone de una cómoda Hospedería Municipal en la que poder alojarse. ...Y SUS INOLVIDABLES TERMAS... Las termas de Fiambalá, situadas en plena montaña, a 2000 m de altura y 14 km de la localidad, son otro de los muchos regalos que te brinda el viaje. Sus aguas, que surgen de las entrañas de la tierra a 45 grados, van cayendo en cascadas por escalonadas piletas, perdiendo gradualmente temperatura a medida que pasan de unas a otras. Suso Aiestaran

3 EL REFUGIO DE LAS GRUTAS Y EL PASO DE SAN FRANCISCO
Bañarse de noche allá arriba es todo un lujo. Ve y disfrútalas, relájate de las penalidades pasadas en la montaña y degusta luego, en uno de sus chiringuitos, un delicioso “asadito” rociado con el recio vino catamarqueño. Es el remate perfecto a una campaña exitosa por las cumbres del Altiplano. Fiambalá te ofrece también un pequeño e interesante museo, de reciente creación, en el que se exponen momias incas, ajuar funerario y cerámica de la época precolombina, así como otros materiales informativos que arrojan luz –también misterio- sobre estas tierras. EL REFUGIO DE LAS GRUTAS Y EL PASO DE SAN FRANCISCO Tres días pasamos en el refugio de Las Grutas, a 4000 metros, junto a carretera, a unos 20 km del Paso de San Francisco, aclimatándonos. Coronamos al Falso Morocho, de metros, caminamos por cerros lindantes al Beltrán, de m, en los que crecía una hirsuta y amarillenta vegetación, subimos por las laderas del Cerro de San Francisco hasta los metros, cuya cima, espolvoreada por un ligera capa de nieve, marca la frontera entre Chile y Argentina. Suso Aiestaran

4 EL OJOS DEL SALADO La noche del 11 de enero dormimos en la cabaña del Quemadito (3.700 m), que marca el inicio de la ascensión al Ojos del Salado. A la mañana siguiente iniciamos la subida siguiendo el curso del río Aguas Calientes. Vivaqueamos donde éste nace (4.200 m), para continuar al otro día hasta Aguas de Vicuña (4.950 m) y al siguiente, pasando por el Portezuelo Negro, hasta el Campo Base, en el llamado Arenal (5.350 m). Aquí nos abandonó nuestro arriero. El 15 de enero fue día de descanso. Y el 16, fuertemente cargados, partimos en dirección al Campo I. Todos los días, a partir de las 15 horas, se desencadenaba una fuerte tormenta dejándonos una capa de nieve de 20 cm, aunque por las mañanas el cielo se mostraba siempre azul y conciliador. El 17 montamos el Campo II bajo un campo de penitentes a m. Junto a nosotros, cuatro canadienses. Y el 18 de enero, a las 4 ½ de la mañana, todavía noche oscura, salimos para la cumbre. La abundante nieve nos obligó desde un principio a abrir huella. Fue una subida penosa en las palas finales. La altura se dejaba notar. Pero a las 4 ¼ , dos canadienses y nosotros cuatro estábamos junto a la pequeña pirámide de hierro que marca el punto final. El primer objetivo se había cumplido. EL NEVADO PISSIS El 22 de enero de 2008, a las 10 de la mañana, un vehículo todo terreno nos recogía en la cabaña del Quemadito para trasladarnos al Campo Base del Pissis (Pillán Huasi en la lengua nativa). Fueron, a partir del momento en que abandonamos la carretera en el valle de Chaschuil, 90 km transitando por una pista que a ratos desaparecía, pasando por lagunas y salares, vadeando riachuelos... La Laguna Verde, próxima al Campo Base, fulgía como un ascua. A sus orillas, los rosados flamencos, con sus largas patas y sus afilados picos, deambulaban con parsimonia removiendo el fango en busca de sustancias nutritivas. Suso Aiestaran

5 La primera ascensión al Pissis la realizaron polacos Osiecki y Szczepanski, que en 1937 exploraron con éxito éstas y otras montañas. Han sido el Ojos del Salado y el Pissis, y todavía lo siguen siendo, montañas controvertidas, motivo de pugna entre chilenos y argentinos que no se ponen de acuerdo sobre las alturas de las mismas. Está en disputa dilucidar cuál de las dos es más alta, y por tanto la segunda cumbre americana. Cuestión de orgullo, ya se sabe, rivalidades pueriles entre países vecinos, pues una de las cumbres del Ojos (tiene dos), está en Chile, mientras que el Pissis se encuentra todo él dentro de territorio argentino. Y como la diferencia de altura es mínima.... EL ALTIPLANO Elevado y desnudo, el Altiplano sobrecoge. Dice el escritor boliviano Adolfo Costa que el paisaje del altiplano es a primera vista “la tristeza hecha tierra, pero que una vez visto con ojos lentos es cuando se percibe su completa majestuosidad y la belleza que encierra”. ¿Y qué sería de él –digo yo- sin sus montañas poderosas como telón de fondo, sin sus dilatados paisajes, sin su firmamento de porcelana azul y sus nubes navegando mansamente el cielo? A metros, en un desolado lugar, nos dejó la camioneta. El valle estaba seco, paupérrimo, sin ningún hilo de agua del que poder beber. Desde aquí hasta la cumbre tuvimos que valernos del glaciar y de sus penitentes para hacer agua. Una pequeña cruz de madera levantada junto a una roca recordaba a un inglés desaparecido por estos pagos en su intento de hacer cumbre en solitario. Suso Aiestaran

6 Al fondo, pero todavía a dos días de marcha, sobresalía la testa del Pissis Occidental, el más alto de los tres Pissis, nuestro inmediato objetivo. Coincidimos con cuatro italianos que tan pronto nos vieron llegar se acercaron para saber de nuestros planes. Les agradó nuestra idea y convinimos en que a la mañana siguiente saldríamos juntos para arriba. EL INEVITABLE PESO Dieciocho fueron los kilos que nos echamos a la espalda cuando, a las once de la mañana, iniciamos la marcha hacia el Campo l. Fueron siete horas de lenta pero constante subida. Sobre unas plataformas habilitadas por anteriores ascensionistas, a m, montamos las tiendas. Caía la tarde, el frío comenzaba a apretar. Al día siguiente continuamos ganando altura. Cruzamos en su parte baja y por el punto más estrecho el amplio glaciar que baja de las cinco cumbres que conforman el macizo del Pissis, y al otro lado acampamos. Estábamos a metros. El Pissis se levantaba sobre nuestras cabezas, parecía cercano, pero la diafanidad del aire engaña. Hasta la cumbre, todavía 1000 metros a salvar, muchos a estas alturas. Suso Aiestaran

7 Y POR FIN LA CUMBRE Pasadas las cinco de la mañana, bajo intenso frío y flagelados por el viento, nos pusimos en marcha. Los italianos habían salido media hora antes. Veíamos las luces de sus linternas deslizarse por el glaciar. Nosotros, en un principio, optamos por la pedrera aunque más arriba también entramos en el glaciar. Nos calzamos los crampones. Mordían bien en la uniforme y suave pendiente. Con la mirada puesta en el horizonte aguardaba ansioso el momento del amanecer. Albergaba la esperanza de que con la salida del sol el viento amainara. Y así fue. Exactamente a las 8,05 la línea del horizonte se iluminó con fuerza y el viento nos dio un respiro. Alcanzamos un pequeño cerro que se yergue delante del Pissis. Lo bordeamos por su derecha. Por detrás se abría un ancho collado repleto de nieve. Seguimos ganando altura sorteando rocas entre la nieve y el hielo. Dos de los italianos venían por detrás, los otros dos se habían retirado. Los catalanes Jordi y Xavier iban por delante. Veinte pasos y un descanso. Iban a dar las catorce treinta horas cuando, junto con Alex, alcancé la cumbre. Poco después llegaron los dos italianos. Dos pequeñas cruces de aluminio y una placa-homenaje a Pierre-Aimé Pissis, geólogo francés al servicio del gobierno chileno que si bien nunca alcanzó la cumbre le cabe cuando menos el mérito de ser el precursor de la cartografía moderna en América del Sur, se levantan en su cima. El círculo de “Los Tres Grandes” se cerraba aquí definitivamente para mí: Aconcagua, Ojos, Pissi, una inolvidable “trilogía”. La botella de cava, convenientemente arropada para que no estallase por el frío, aguardaba a su descorche en el Campo Base. Podía pues volver tranquilo a casa. Fue un viaje iniciado con temor pero culminado con gozo, una expedición bajo los auspicios de “Mendiak eta Herriak” y con la colaboración de ese gran guía y conocedor de los Andes argentinos que es Alex Garate. Un viaje, en definitiva, en el que, después de más de medio siglo haciendo montaña por mi cuenta, me había aventurado, por vez primera, a salir con gente desconocida y que sin embargo resultó un éxito: tres nuevos amigos y la culminación de “Los Tres Grandes”. Toda una riqueza sentimental para ir pensando ya en poner punto final a esta larga carrera. Suso Aiestaran

8 La riqueza material es la menor de las riquezas”.
Y del libro de Narosky, comprado pocos días antes en Catamarca y ojeado frente a su Catedral Rosada, recordé uno de sus aforismos : La riqueza material es la menor de las riquezas”. ¡Sí, hay otras riquezas más importantes en las que apoyarse y que bien vale la pena cultivar! SUSO AIESTARAN Febrero 2008 Ascensiones realizadas en enero de 2008 con Alex Garate y los catalanes Jordi Lalueza y Xavier Garçon Suso Aiestaran


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