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Publicada porAdrián Salas Gutiérrez Modificado hace 8 años
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« Alabado seas » CAPITULO II – Segunda Parte El Evangelio de la Creación
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V. Una comunión universal A veces se lleva adelante luchas por otras especies… Que no desarrollamos para defender La igual dignidad entre los seres humanos
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Pero debería exasperarnos especialmente, las enormes iniquidades que existen entre nosotros. Es verdad que debe preocuparnos que otros seres vivos no sean tratados irresponsablemente.
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Dejamos de advertir que… algunos se arrastran en una degradante miseria, sin posibilidades reales de superación.
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Mientras otros… Ni siquiera saben qué hacer con lo que poseen, dejando tras de sí un nivel de desperdicio, que sería imposible generalizar sin destrozar el planeta.
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Es evidente la incoherencia de quien lucha contra el tráfico de animales en riesgo de extinción…
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Pero permanece completamente indiferente ante la trata de personas
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El corazón es uno solo, y la misma miseria que lleva a maltratar a un animal no tarda en manifestarse en la relación con las demás personas.
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Todo ensañamiento con cualquier criatura « es contrario a la dignidad humana ».
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VI. Destino común de los bienes Hoy, creyentes y no creyentes, estamos de acuerdo en que la tierra es esencialmente una herencia común, cuyos frutos deben beneficiar a todos.
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VI. Destino común de los bienes Para los creyentes, esto se convierte en una cuestión de fidelidad al Creador, porque Dios creó el mundo para todos. Hoy, creyentes y no creyentes, estamos de acuerdo en que la tierra es esencialmente una herencia común, cuyos frutos deben beneficiar a todos.
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Dios ha dado la tierra a todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes
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Sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno
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« la Iglesia defiende, sí, el legítimo derecho a la propiedad privada, pero enseña con no menor claridad que sobre toda propiedad privada grava siempre una hipoteca social, para que los bienes sirvan a la destinación general que Dios les ha dado »
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El medio ambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos.
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VII. La mirada de Jesús En los diálogos con sus discípulos Jesús los invitaba a reconocer la relación paterna que Dios tiene con todas las criaturas
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VII. La mirada de Jesús « Mirad las aves del cielo, que no siembran ni cosechan, y no tienen graneros. Pero el Padre celestial las alimenta » (Mt 6,26).
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http://www.granosdemaiz.com CARTA ENCÍCLICA LAUDATO SI’ DEL SANTO PADRE FRANCISCO SOBRE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN Texto:
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