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Octavo Noveno y Décimo Mandamientos

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Presentación del tema: "Octavo Noveno y Décimo Mandamientos"— Transcripción de la presentación:

1 Octavo Noveno y Décimo Mandamientos
Vigésimo noveno programa Octavo Noveno y Décimo Mandamientos

2 Este mandamiento manda - no mentir, - ni contar los defectos
El d e m o n i es el p a r de l a Este mandamiento manda - no mentir, - ni contar los defectos del prójimo sin necesidad, - ni calumniarlo, - ni pensar mal de él sin fundamento, - ni descubrir secretos sin razón suficiente. m e n t i r a

3 Este mandamiento prohíbe: - manifestar cosas ocultas
El d e m o n i es el p a r de l a Este mandamiento prohíbe: - manifestar cosas ocultas que sabemos bajo secreto. Hay cosas que caen bajo secreto natural y no se puede revelar, sin causa grave. Puede llegar a ser lícito revelar un secreto para evitar un daño muy grave o por necesidad del bien común. m e n t i r a

4 Salvo que se suponga permiso del remitente o del destinatario.
l a Lo que el sacerdote sabe bajo secreto de confesión no lo puede revelar por nada del mundo, ni para salvar su vida... Leer cartas ajenas puede ser pecado grave. Nos exponemos a enterarnos de cosas graves que no tenemos derecho a conocer. Salvo que se suponga permiso del remitente o del destinatario. m e n t i r a

5 No deberían hacerlo sin causa justificada.
El d e m o n i es el p a r de l a Podría ser lícito a los padres leer las cartas de los hijos que aún están bajo su potestad. No deberían hacerlo sin causa justificada. Murmurar es: difundir defectos del prójimo en su ausencia. m e n t i r a

6 Es posible llegar a pecado grave si se quita la fama,
(las cosas que se dicen son verdaderas pero son graves y no son públicas; salvo causa que lo justifique: evitar un daño grave). Quien induce eficazmente a otro para que difame injustamente peca contra la justicia, según la gravedad de lo que se diga. El d e m o n i es el p a r de l a m e n t i r a

7 Responsabilidad de los medios de comunicación:
obligación de servir a la verdad y no ofender a la caridad. No hablar mal de nadie. Salvo causa justificada, ej.: aconsejar a otro, prevenirle, etc. No es falta de caridad atacar al lobo, sino caridad con las ovejas. Dispuso N. S. Jesucristo: «No juzguéis y no seréis juzgados». Sólo Dios conoce el corazón de los hombres. El d e m o n i es el p a r de l a m e n t i r a

8 quitar la fama al prójimo atribuyéndole pecados o
El d e m o n i es el p a r de l a La calumnia es quitar la fama al prójimo atribuyéndole pecados o defectos que no tiene, o faltas que no ha cometido. Existe obligación de restituir la fama o la honra que se ha quitado, y reparar los daños que se hayan seguido. m e n t i r a

9 Será grave o leve según la materia.
El d e m o n i es el p a r de l a Será grave o leve según la materia. Advierten los moralistas que es fácil llegar a la gravedad, por lo mucho que el hombre estima su propia fama. Puede restituirse la fama - hablando bien de la persona de quien antes se habló mal, - alabándola en otras cosas -si se dijo la verdad-, o - diciendo que aquello que se contó no era verdad. m e n t i r a

10 Muchas veces puede ser más prudente dejar todo en el olvido.
l a Muchas veces puede ser más prudente dejar todo en el olvido. La mentira debe evitarse porque es pecado. Generalmente es venial. Será grave si el daño es grave. Nos hace a nosotros mismos. Al mentiroso nadie le cree... Sólo hay confianza cuando reina la verdad. La confianza es un gran valor. m e n t i r a

11 Una cosa es mentir... y otra es ocultar la verdad.
El d e m o n i es el p a r de l a Una cosa es mentir... y otra es ocultar la verdad. A veces hay que ocultar la verdad. Ejemplos: - alguien invade la propia intimidad. - un profesional debe cumplir con su secreto de oficio. «Mentir es negar la verdad a quien tiene derecho de saberla». Nadie está obligado a revelar una verdad a quien no tiene derecho de conocerla. m e n t i r a

12 Hacer la corrección fraterna. No es pecado ninguno la mentira jocosa:
El d e m o n i es el p a r de l a Ser sinceros y veraces. Hacer la corrección fraterna. No es pecado ninguno la mentira jocosa: se dice para divertir; todos se dan cuenta que la cosa no fue así, sino que se trata de una broma. m e n t i r a Fin octavo mandamiento

13 El noveno mandamiento Se refiere a los pecados internos contra la castidad: pensamientos y deseos. Completa al sexto. Jesucristo dice: «El que mira a una mujer deseándola, ya adulteró en su corazón». Nuestra moral no se fija sólo en lo externo. Exige congruencia entre el acto interno de la voluntad y la acción externa. ¡o el marido de otra!

14 Muchas veces la TV fomenta fantasías sexuales.
Es un modo de difundir la inmoralidad. La idea lleva al acto, dicen los psicólogos. La moral católica manda rechazar los pensamientos y deseos deshonestos. Quien desea evitar un acto prohibido, debe evitar el camino que lleva a él. ¡NO TV PORNO!

15 Para que haya pecado -como todos-, es necesario desear o recrearse voluntariamente en lo que está prohibido hacer. Quien tiene malos pensamientos, imaginaciones o deseos contra su voluntad, no peca. Sentir no es consentir No es lo mismo sentir una atracción que paladear un gusto; experimentar una sensación, que aprovecharla.

16 El sentir no depende muchas veces de nosotros; el consentir, siempre.
El pecado está en el consentir, no en el sentir. Siente el cuerpo, consiente el alma. Y quien peca es el alma, no el cuerpo. Si se piensa sin querer no hay pecado ninguno.

17 ¡Tener la valentía de HUIR!
Para vencer los malos pensamientos acudir a Dios por intermedio de la Virgen. “Jamás se ha oído decir que ninguno de los que haya acudido a Tu intercesión haya sido desamparado...” Muchas veces circunstancias exteriores (malas conversaciones, lecturas peligrosas, diversiones y espectáculos deshonestos, la TV), suscitan imaginaciones, pensamientos o deseos de cosas impuras. ¡Tener la valentía de HUIR!

18 Son pecado grave contra este mandamiento:
Los malos pensamientos y deseos si se han consentido complaciéndose en ellos voluntariamente. Fin del Noveno Mandamiento de la Ley de Dios

19 No codiciarás los bienes ajenos
El Décimo Mandamiento de la Ley de Dios: No codiciarás los bienes ajenos Trata de un deseo desordenado y consentido. No quiere decir que sea pecado el desear tener lícitamente una cosa como la de tu prójimo.

20 El deseo de riquezas debe estar moderado por la virtud de la justicia social.
Y no podemos aspirar a ellas sino por medios lícitos y con fines honestos. El deseo inmoderado de riquezas con fines egoístas y medios injustos provoca luchas sociales e incluso guerras entre las naciones.

21 La codicia es la idolatría del dinero.
El ansia de dinero puede esclavizar: - al que lo tiene y - al que no lo tiene. La Iglesia exalta el desprendimiento de los bienes de este mundo. La felicidad no está en tener muchas cosas, sino en saber disfrutar de lo que se tiene.

22 FELICIDAD y FILIACIÓN DIVINA
La felicidad brota de lo más íntimo de nuestro ser. La felicidad no depende de lo que nos pasa, sino de cómo lo recibimos. La felicidad está en disfrutar de lo que tenemos, y no en desear lo que no podemos tener. FELICIDAD y FILIACIÓN DIVINA

23 Presentación del P. Juan María Gallardo
para


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