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Modelo Absoluto El pensamiento de la Escuela Idente fundada por Fernando Rielo Conferencia de José María López Sevillano Presidente de la Escuela Idente.

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Presentación del tema: "Modelo Absoluto El pensamiento de la Escuela Idente fundada por Fernando Rielo Conferencia de José María López Sevillano Presidente de la Escuela Idente."— Transcripción de la presentación:

1 Modelo Absoluto El pensamiento de la Escuela Idente fundada por Fernando Rielo Conferencia de José María López Sevillano Presidente de la Escuela Idente Diciembre de 2006

2 Ciencias La ciencia tiene como objeto el dominio de la naturaleza material y espiritual. Las ciencias pueden ser experimentales y experienciales. Experimentales: Dominio de la materia y sus fenómenos: lo real cuantificable, medible, sujeto a la formulación matemática y corroboración experimental. Son las ciencias de la materia. Experienciales: Dominio del espíritu y sus vivencias: lo real no cuantificable, no medible, sujeto a la definición metafísica y corroboración experiencial.como el amor, la hermosura, la justicia. Son las ciencias del espíritu. La persona humana es la que, teniendo vivencia y experiencia, ama, es responsable, se compromete, da sentido; hace ciencia, sociedad, cultura, historia, religión. No es la ciencia, la sociedad, la cultura, la historia, la religión, las que hacen al ser humano; es el ser humano quien, teantrópicamente, da sentido lógico y ontológico.

3 Definición de Persona ¿Por qué es lo más importante la definición de la Persona? El niño se hace preguntas de esencia: “¿Qué es esto?”, “¿Por qué?”, “¿Para qué?”, “¿De dónde viene?”. El adulto hace lo mismo, dentro de su visión, experiencia acumulada, cultura. La pregunta de esencia atañe a la unidad, dirección y sentido de lo más hondo de su persona: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?

4 Cientificismo y Absolutización
Si se reduce lo real al dominio de las ciencias experimentales, se incurre, por absolutización, en el absurdo ideológico del cientificismo. Es muchísimo más amplio e importante para el ser humano el ámbito de lo real que no es objeto de la ciencia experimental: el mundo de las vivencias, de la libertad, del amor, de la verdad, de la justicia, del sentido de la vida y de la muerte, son realidades fundamentales a las que la persona humana no puede renunciar. Se requiere una visión bien formada de la realidad que dé unidad, dirección y sentido a todo lo que concibe y hace el ser humano. Una visión no está bien formada si no se da bajo el supuesto de un modelo absoluto o metafísico. Un modelo reduccionista, experimental o experiencial, deja la unidad, dirección y sentido de la vivencia y de la experiencia humana a la deriva.

5 Concepción Genética del Principio de Relación
Si llevamos nuestra razón, nuestro deseo y nuestra tendencia relacional a límite, nos encontramos con un modelo metafísico constituido por la relación absoluta de, al menos, dos personas divinas en intrínseca complementariedad. Este modelo absoluto puede ser aceptado universalmente: es general o ecuménico. Una tercera persona sería, bajo este respecto, un excedente racional. Si el modelo absoluto fuera una sola persona divina, habríase destruido: ad intra, la relación absoluta; ad extra, la posibilidad de toda relación. La experiencia nos dice que todo está en relación. El resultado de la no relación es el absurdo de la nada absoluta. La revelación de Jesucristo nos informa, además de que existe una tercera persona divina, llamada Espíritu Santo, que Él es la segunda persona, Hijo, de la primera persona, que es el Padre. Es el ámbito revelado del modelo absoluto o metafísico, propio del cristianismo. La universalidad general, Santísima Binidad, está ordenada, por su misma naturaleza, a la universalidad revelada, Santísima Trinidad. Ésta es don de la gracia redentora de Cristo.

6 ¿Cómo surgen las Ideologías?
Podemos concebir, desear y elegir el modelo absoluto porque está constitutivamente presente en nuestra consciencia, formándola a su imagen y semejanza. El ser humano tiene potestad de concebir, desear y elegir lo más pudiendo concebir, desear y elegir lo menos. El “+” realiza al ser humano porque lo define. Pero también puede concebir, desear y elegir lo menos pudiendo concebir, desear y elegir lo más. El “–” degrada al ser humano porque lo limita y condiciona. El ser humano hace ideología cuando, por egotización proyectiva, convierte al modelo absoluto a su imagen y semejanza. El modelo absoluto, que constituye con su divina presencia a la persona humana, es degradado por ésta en ídolo de sus egotizadas concepciones o razones, apetencias y deseos, libertad e intenciones. Surgen, de esta forma, las ideologías.

7 Características de las Ideologías
Las ideologías excluyen en tal grado a quien concibe de distinto modo que, implícita o explícitamente, queda cortada la forma de relación que debe caracterizar al ser humano. Las ideologías reducen al ser humano a “algo” que no le define; antes bien, lo limita y lo degrada. Sucede esto cuando se absolutiza alguna de sus propiedades, al producto de su actuación o a algo distinto de sí mismo. Reducir al ser humano a su razón es incurrir en el racionalismo. El ser humano es “+” que su razón: es también deseo, libertad, consciencia, emoción, etc., pero no se reduce a ninguna de estas funciones. Es “+” que sentimiento, deseo, intención, intuición, libertad, consciencia, acción. Reducir al ser humano a materia, a sicología, a instinto, a comportamiento, es degradar su irreductible ser personal. La persona es “+” que sus instintos, pasiones, limitaciones, fallos, equivocaciones. Las ideologías fanatizan al ser humano anulando a quien piensa en contrario, en tal grado que intentan aniquilarlo, sea moral, social o físicamente.

8 ¿Qué es lo que no excluye, reduce o fanatiza?
Lo más genético del ser humano no es lo relativo a la vida biológica. Posee también vida psíquica y vida espiritual. La vida del espíritu es, genéticamente, más importante que lo psíquico y lo biológico, cuyas manifestaciones adquieren unidad, dirección y sentido en virtud de aquella. Lo que atrae, potencia y relaciona al ser humano es el amor, síntesis de todas las virtudes, valores, derechos, deberes El amor es el motor de la persona y todo lo que hace: familia, sociedad, ciencia, cultura, historia, religión. El amor es todo lo contrario de la egotización: es generosidad, constancia, paciencia, perdón, misericordia, olvido de sí en favor del otro. El egoísmo degrada el amor en odio, soberbia, perversión. El amor es donación; es la forma de relación suprema entre personas: quien ama acoge, dialoga, alivia, consuela, realiza, hace progresar. El amor, elevado al orden cristológico o santificante, es la caridad. La caridad no es un qué: es un quién para otro quién. Lo propio del amor es el éxtasis: salir de sí para donarse. Sólo quien es generoso, quien es misericordioso, tiene experiencia del éxtasis auténtico. El egoísmo degrada el éxtasis del espíritu.

9 Concepción genética del Amor
En la medida que amamos nos realizamos, progresamos, sentimos la paz, la alegría y la libertad del corazón. El no amor degrada, nos hace regresar, nos sume en los complejos, instintos, limitaciones. El amor es el gene ontológico o místico de la persona humana. En el amor se codifica la vida del espíritu: no tiene limitación o condicionante, sino que nos abre al Infinito, que es nuestro límite o término transcendental. El término de nuestro amor es el “amor absoluto” constituido por personas divinas. Si no fuera así, el amor sería un abstracto, una proyección de nuestra egotización. Si el amor absoluto está constitutivamente presente en el ser humano, éste se define, formalmente, por el amor ontológico o místico, imagen y semejanza del amor metafísico o divino. Lo que en Dios es por naturaleza, en el hombre es por gracia. “Místico” significa, acepcionalmente, cerrar los “ojos” al egoísmo para abrirlos al amor.

10 El hombre es mística deidad
La divina presencia constitutiva del modelo absoluto hace que el ser humano sea “deidad”; esto es, un ser sagrado: ontológica o mística deidad a imagen y semejanza de la metafísica o absoluta Deidad. Ser persona es ser deidad de alguien, con alguien y para alguien. La persona tiene experiencia de su deitática dignidad constitutiva. Si la persona es reducida a objeto manipulable, sale de su corazón el grito desgarrador de su deidad herida: “¡¡¡No me tratan como persona!!!!” El ser humano no puede ser considerado por lo que hace o no hace, por su madurez o inmadurez, por sus cualidades o defectos, por sus condiciones físicas, sicológicas o morales: es mucho más que todo ello. Un embrión, un feto, un niño, un adolescente, un adulto, son igualmente personas. Toda objetualización o manipulación contra ellos atenta a su dignidad.

11 ¿En qué consiste la deidad humana?
La deidad es el estado de ser, acto de ser, forma de ser y razón de ser de la persona humana en virtud de la DPC del modelo absoluto en su espíritu psicosomatizado. La DPC del modelo absoluto proporciona a nuestro espíritu su gene ontológico o místico; esto es, lo estructura, lo forma, lo define, constituyéndole en mística deidad a imagen y semejanza de la Divina Deidad. “El corazón de la persona” es una metáfora para significar su intimidad constitutiva; esto es, su espíritu psicosomatizado definido por la DPC del modelo absoluto. El amor viene significado por único gene ontológico o místico; en ningún caso, es uno de los miles de genes biológicos. El espíritu, por su simplicidad, no requiere de multiplicidad de genes; el organismo humano, por su compositividad, sí requiere multiplicidad de genes físicos, no ontológicos. No obstante, la geneticidad biológica está abierta a la geneticidad psicológica y a la geneticidad espiritual asumiendo ésta las funciones de aquellas.

12 ¿Por qué concebimos la maldad?
La falsedad, la maldad, la fealdad, la división son manifestaciones de la degradación del gene ontológico o místico en virtud de la tendencia egotizadora del ser humano. Éste concibe, quiere y verifica lo menos pudiendo concebir, querer y verificar lo más. El mal moral no tiene ni metafísica, ni ontología: carece de unidad, dirección y sentido. El mal, por ello, no es una realidad, sino degradación de aquella realidad que es la persona humana. Porque podemos concebir la persona humana en su definición por la DPC del modelo absoluto en su espíritu psicosomatizado, podemos también concebir su degradación en virtud de la egotización que hacemos del modelo absoluto. Cuando el ser humano tiende a la identidad absoluta de sí mismo, se degrada porque rompe la relación que le constituye. El mal es, por tanto, consecuencia de un pseudoprincipio de identidad que tiene como referente último el “yo soy yo” del que se proyecta todo lo demás.

13 ¿Qué es un modelo absoluto bien formado?
El modelo absoluto bien formado en el ser humano es el que carece, por parte, de éste, de ideologización o de egotización. La ideologización y la egotización vienen significadas por la tendencia degradante de la persona humana a la identidad absoluta: pudiendo concebir, querer y tender, relacional o genéticamente, a lo más, concibe, quiere y tiende, identitática o disgenéticamente, a lo menos. Cuando alguien se encierra en su “yo”, “yo soy yo”, lo vacía de su riqueza genética, en tal grado que todo lo que el “yo” introyecta y proyecta carece de unidad, dirección y sentido. El “ego” es, en este sentido, la degradación del “yo”. El modelo absoluto bien formado es: a nivel general o ecuménico, dos personas divinas en inmanente complementariedad intrínseca; a nivel revelado, tres personas divinas que, en inmanente complementariedad intrínseca, definen a la persona humana infundiéndole, a su imagen y semejanza, la riqueza divina: amor, verdad, bien, hermosura, justicia, misericordia, ciencia, poder.

14 ¿Cómo formar bien el modelo absoluto?
Para formar bien el MA, tenemos que llevar nuestro razonamiento, nuestro deseo y nuestra intención al límite máximo posible porque, constitutivamente, nuestras facultades están abiertas al infinito. Llevar nuestra inteligencia a límite es hallar el axioma absoluto que dé unidad, dirección y sentido al inteligir. Este axima no puede ser un abstracto, ni algo menor que la realidad personal que soy yo. Ser persona es tener conciencia de alguien porque las personas se definen entre sí y no por algo inferior a ellas. Llevar nuestra voluntad a límite es hallar el fundamento absoluto de nuestra actuación, en tal grado que de este deseo límite surja el compromiso ontológico que dé unidad, dirección y sentido a nuestro querer. Este fundamento absoluto tienen que ser también personas divinas. Llevar nuestra intención a límite es encontrar el principio absoluto del cual procede toda nuestra tendencia unitiva. Tendemos hacia el absoluto porque del absoluto procede toda nuestra riqueza ontológica o mística: concebimos, queremos y buscamos la unidad, la verdad, el bien, la hermosura, porque están constitutivamente en nuestro espíritu infundidas por el Absoluto.

15 El fundamento de la Ética
El compromiso ontológico, resultado de llevar a límite máximo posible nuestra voluntad, es el fundamento de la ética. La ética no puede fundarse ni en la felicidad, ni en el bien común, ni en ningún imperativo. El compromiso ontológico afecta a la misma esencia de nuestro espíritu. Sólo puede comprometernos ontológicamente lo que constitutivamente nos define. Las actitudes ateas, agnósticas, idolátricas, farisaicas, etc., son compromisos ontológicos mal formados, inauténticos; por tanto, sujetos a la degradación ética. El compromiso ontológico se funda en la mística alianza que el MA tiene con la persona humana, desde el momento de su concepción, en orden a su realización definitiva. El compromiso ontológico es, por tanto, acción receptiva de la persona humana a la acción agente del MA. La explicitación de la acción receptiva lleva consigo el compromiso ético, que adquiere unidad, dirección y sentido del compromiso ontológico.

16 ¿Cual es nuestra meta final?
Moisés, Mahoma, Buda, etc., nos revelan sólo algo de lo que Dios es para el ser humano. Cristo nos ha revelado la intimidad divina, constituida por un Padre que, concelebrado por el Hijo y el Espíritu Santo, ama tanto a todos los seres humanos que entrega a su Unigénito para hacerlos santos. Lo más importante es que Usted es amado absolutamente por las Personas Divinas ¿Cual es nuestra meta final? Nuestra unión definitiva con el Modelo Absoluto, que es Dios.

17 Muchas Gracias


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