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DISCIPULADO PERSONAL TALLER.

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Presentación del tema: "DISCIPULADO PERSONAL TALLER."— Transcripción de la presentación:

1 DISCIPULADO PERSONAL TALLER

2 TEMARIO La Entrevista en el Discipulado Discipulado Sano Discipulado Idóneo Organización Taller práctico

3 LA ENTREVISTA, EN EL DISCIPULADO
Aunque no se reduce solo a una entrevista formal y que ocasionalmente podrá haber oportunidad, de dialogo, fuera de las entrevistas formales, por iniciativa de cualquiera de los dos, para tratar algún punto suelto, diríamos, suponemos que el que está discipulando a otro es como: Un acompañante, guía, un pastor, Un consejero para su vida cristiana en general; Alguien que comparte la comunidad cristiana, en general, en esa Parroquia. Para este acompañamiento es necesario que haya: una entrevista periódica organizada acordada entre el discipulador y el discípulo promedio cada mes o cada seis semanas.

4 Para la entrevista formal hay que ver día, hora y lugar donde se van a reunir.
Hay que ver las posibilidades de uno y otro: Debe ser en un lugar tranquilo Donde pueda tenerse la entrevista por un tiempo largo Sin que tengan que ser distraídos. Que no sea a escondidas Ni tampoco en un lugar público, porque habrá momentos, ya después de hablar, en que hay que orar y tener una actitud de recogimiento. Además por el contenido: Que pueda hacerse sin estorbos. Sin problemas. Pero también evitando cualquier comenta­rio o chisme, O problema innecesario.

5 Debe reservarse por ambas partes mínimo una hora para cada entrevista, habrá ocasiones en que dure más tiempo, sobre todo cuando hay problemas: Humanos Sicológicos Familiares Más allá del análisis de las seis áreas, hay que compartir, y se necesita haber reservado, mayor tiempo. Veamos la primera entrevista. Para ponerse de acuerdo y para ubicar el estado de la situación, será más larga por ser más analítica y más completa, como una historia clínica cuando uno va por primera vez al medico, es presen­tarse. En esta primer entrevista hay que poner como las reglas del juego: En qué va a consistir el discipulado En qué van a consistir las entrevistas

6 Cuál es mi papel Cuál es el tuyo, Cómo es la dinámica, La organización de la entrevista. Después de esto, ya empezarla a hacer. Supone evidentemente, como es una actividad en un marco espiritual: Un momen­to de oración entre ellos, de 5,10,20 minutos, para ponerse en presencia de Dios, ofrecerle a Dios esa actividad. Des­pués empezar a ubicar las áreas Explicar en qué consiste cada una, las tres personales y las tres ambientales luego empezar área por área. No se trata de que se vea renglón por renglón el cuadernito de discipulado, el discipulador debe conocerlo y manejar­lo con sabiduría, para que le sirva como un hilo conductor.

7 ES NECESARIO QUE EN CADA ÁREA HAYA COMO UN HILO CONDUCTOR:
De cierta lógica entre el primer punto y el segundo De lo general a lo particular, De los principios a las aplicaciones Un orden lógico tanto en los principios como en las aplicaciones. Pero unas apli­caciones son como grandes criterios, no son de puntos específicos sino áreas o aspectos que deben ser tocados. Finalmente, medios concretos que deben revisarse. 1er aspecto: Crecimiento espiritual, primero están los princi­pios y luego las aplicaciones y los medios que se están poniendo para lograr el crecimiento.

8 ¿Cuáles son tus crite­ríos, para tu comportamiento cristiano?
¿Por que haces o dejas de hacer tal cosa? ¿Por qué está mandado o está permitido? ¿Por qué está prohibido, por temor o por qué? A partir de eso hay que ir formando una relación personal con un Dios vivo y no una conciencia de niño o de esclavo que la mayoría tiene al menos al principio. Se trata aquí de crecimiento espiritual, por lo tanto, ideal alto de santi­dad y anhelo de perfección. Hay que preguntar si la tiene, y si no la tiene, estamos perdiendo el tiempo, porque puede ser que: No se le haya ocurrido. No lo ha visualizado

9 No ha pensado que es para él y que todos estamos llamados a esa altura y que existe.
Entonces constatar y hacer tomar conciencia, de que nece­sitamos caminar hasta la transformación espiritual que llamamos santidad o perfección cristiana. Para conocerla. Para tenerla como ideal. Para anhelarla realmente. Se fijan los mati­ces: Al Padre agradarlo Eso implica cumplir su voluntad y para eso: Conocerla. Con una relación de hijos. Con una actitud cordial, amable, filial, confiada, espontánea y no temerosa.

10 Con Jesús es el seguimiento fiel.
La consagra­ción de todas las áreas a su Señorío. El ser verdadero discípulo. El ser el imitador de Cristo. El ser su amigo. La transformación en Él. Con el Espíritu Santo, que es santificador. Conciencia de que somos tem­plos vivos de Él. La docilidad. El sometimiento a su conducción. El sometimiento a sus inspiraciones. El sometimiento a sus iluminaciones. El sometimiento a sus mociones. El sometimiento sus invitaciones. Todo esto en la práctica, ¿ cómo se está aplicando y lo que está significando?.

11 DISCIPULADO SANO

12 Con esta palabra queremos decir que no está enfermo, por lo tanto, reflexionaremos sobre posibles desvirtuaciones en el cumplimiento de este servicio, el que SEA SANO es que se eviten, de ser posible preventivamente, y si no, correctivamente, quitando a esa persona de discipular cuando se esté desvirtuando, desnaturalizando o dañando este servicio. Por parte del discípulo: La primera área es, porque, la gente no lo acepta o no lo valora. no le da importancia, aunque al explicarlo nadie manifiesta rechazo o desvaloración También no se ha realizado, más bien por descuido a algunos les puede parecer vergonzoso o humillante que se enteren de que su vida cristiana es floja o negativa.

13 Una primera falla del discipulado es que la gente se resiste por parecerle que invaden la conciencia o que los segla­res no son gente idónea y que esto sólo le toca a los sacerdotes. A veces, el mismo sacerdote piensa que le toca sólo a él, que el seglar no está capacitado y que puede haber muchas desviaciones. A veces dice estar acuerdo y empieza a hacerlo, pero en realidad no quiere que se haga porque implica un trabajo duro. Aunque no se interviene en la línea del pecado, que es lo que llamamos fuero interno de la conciencia moral; y en la línea espiri­tual, en la imagen que quisiera tener o que quisiera que otros tuvieran de él, le cuesta trabajo que otro intervenga.

14 Si se lleva bien, es como la confesión y la dirección espiritual, que es de lo más difícil y cansado en el ministerio sacerdotal, por lo que implica de tiempo y desgaste psico­lógico el escuchar a otra persona y acompañarla realmente, cargando de alguna manera su situación. Algunos por descuido e irresponsabilidad teóricamente aceptan la ta­rea pero no la cumplen. O lo hacen de vez en cuando. O sólo por cumplir un requisito y de forma superficial, que, en la práctica, no sirve para nada. Otro aspecto es que los discipuladores pueden ser gente muy conflictiva, elegida inadecuadamente, problemática, desequilibrada, sin sentido común: Que proyecta sus propios problemas. Gente que contesta siempre sin razón, Que hace cosas sin sentido Que sus reacciones son totalmente ilógicas Por esto hay que conocer a los discipuladores y no hacer elecciones inadecuadas poniendo a discipular gente que no pueda responder.

15 Un discipulador puede ser una persona humilde, sencilla, pero con una personalidad sere­na, equilibrada, balanceada. Otro aspecto es que: Hay personas que no son coherentes en las cosas elementales. No perciben las consecuencias de las cosas. Son desproporcionados o no relacionan los efec­tos con las causas, es difícil describir, pero es gente que dice "este", "no" y nada más no le fluye, y aunque es sólo un acompañante que ayuda a otro a ubicarse, necesita tener ideas claras de los grandes principios y criterios en cada una de las seis áreas. Es algo que hay que superar o no ponerlo o quitarlo si no tiene remedio.

16 Luego necesita una capacidad de cordialidad, de relación amable, ya que no es un censor del gobierno, que cumple una tarea por la que le pagan, ni está haciendo un chequeo con autoridad policíaca y en un ambiente de temor, que no se adjudique superioridad, dominio u o presión sobre la persona, sino humildad y hasta pena de meterse en la intimidad del otro y por lo tanto prudencia, tino y amor. Todo lo que sea contrario a esto, enferma la relación y la entrevista. Hay gente muy áspera, gente muy rígida, muy cuadrada, mucho es por problemas psicológicos, que maneja sólo recetas y no criterios, no valores, maneja lo permitido y lo prohibido, no el bien y el mal intrínsecamente. Por eso, consecuencia de un discipulador inteligente, cordial y equilibrado, el discípulo no se siente invadido, ni presionado, ni frente a un policía o juez, sino frente a un hermano, y en el fondo todos nos sentimos a gusto, y aliviados con una persona que positiva y amorosamente nos ayuda,

17 Pero una persona que busca realmente el crecimiento es­piritual, que busca al Señor, pero que, por diversas razones no adelanta, y encuentra alguien con sabiduría, con discern­imiento, en amor, y que lo acepta sin condenarle, siente un profundo descanso interior psicológico y espiritual en que esa persona esté ahí. Por eso al ser el discipulado una relativa novedad, sistemá­tica y realizada por seglares, se temía que hubiera rechazo, pero al contrario, el 99% de los evangelizados se sienten a gusto y buscan el discipulado e incluso insisten cuando el discipulador funciona. Hay que evitar también lo contrario, gente de manga ancha, que en la línea moral consienten, desvir­tuando los valores cristianos y morales; o sea hay que combinar, como en Dios, la justicia y la misericordia, la verdad y la bondad

18 Por lo tanto, las exigencias del evangelio deben presentar­se objetivamente completas, aceptando a las personas de forma incondicional, pero ayudándoles a ubicar que ciertos comportamientos no están de acuerdo al evangelio, por lo que debemos conocer cuáles son las auténticas exigencias evangélicas Y cuáles son simplemente medios que tienen importancia tanto cuanto llevan al fin, y sólo DIOS y su REINO que es el fin último, es totalmente absoluto, y todo lo demás es relativo tanto cuanto no me lleva más directo, más inmediato y mejor al fin último.

19 Evitar dar recetas que casi siempre son en la línea de lo prohibido y lo permitido.
Debemos tener criterios y principios bíblicos, teológicos y racionales, simplemente ayudando a desprender de ellos las aplicaciones, prácticas. Y es aquí donde quizás esté el gran problema de todo tipo de pastoreo o del discipulado, el no captar el engranaje de los medios y los fines, de lo relativo y lo absoluto, y de las cosas en sí y de las cosas en situación.

20 ¿cuál es la meta en último término del discipulado?
Lo importante es que valoremos la importancia y la nece­sidad del discipulado, y… ¿cuál es la meta en último término del discipulado? Las mismas que señalan las áreas: Crecimiento espiritual, integración comunitaria en sus tres niveles, compromiso apostólico concreto y eficaz, que su familia esté siendo transformada, que cumpla su papel en el trabajo y que tenga un compromiso y cumpla su tarea de fermento y luz en la sociedad. Por lo tanto, no sólo el análisis mecánico de las cosas, sino ver el avance, los resul­tados en cada área y si no los hay, ¿por que?.

21 DISCIPULADO IDÓNEO

22 Acompañar, guiar, aconsejar, pastorear, seguir de cer­ca, palabras que describen lo que es el discipulado, y al que realiza este servicio lo llamamos discipulador, pastor, consejero, guía, o cualquier término que exprese adecua­damente su contenido y su objetivo. A algunos no les gusta discipulador porque lo relacionan con protestante, a otros pastor no porque pastor solo el obispo y los sacerdotes. No nos compliquemos con los términos, lo impor­tante es que entendamos los contenidos y los objetivos. Por eso el término que mejor funciona es discipulador o pastor, entendiendo que pastor es un término genérico que abarca muchas realidades y niveles, que no se reduce a los líderes de las comunidades, que es una función más que una etiqueta de "x" persona y que se realiza en diversos niveles, campos y de alguna manera, de forma escalonada.

23 Lo importante es la función y un término que la haga entendible y con el cual se alude a ella y si tiene una base bíblica, tiene una fuerza que no tiene cualquier otra cosa, incluso los documentos de la Iglesia, como dice la Consti­tución sobre la Biblia: "el magisterio de la Iglesia no está sobre la Palabra de Dios, sino a su servicio". ¿Quiénes pueden ser discipuladores? En términos gene­rales los que están más crecidos o van más arriba que los otros, ya que si un ciego guía a otro ciego, los dos caen en el agujero, y ya en los documentos de la Iglesia y en la Palabra de Dios se habla de los evangelizadores y catequis­tas, y lo que primero que dice E.N. sobre los evangelizadores se puede aplicar a cualquier persona, en este caso al discipulador.

24 PRIMERO EL TESTIMONIO DE VIDA.
E.N. en el número 21 nos dice: “Un testimonio de vida auténticamente cristiano, es el respaldo y el apoyo de su tarea, el gesto inicial y esencial de toda evangelización“. En el numero 41: "testimonio de vida au­ténticamente cristiano, en dos aspectos inseparables, entre­ga a Dios en una comunión que nada debe interrumpir y consagrado al prójimo con un celo sin límites“. Y más ade­lante, citando un texto de San Pedro exhorta diciendo: "el evangelizador o cualquiera que de un servicio pastoral, lo hará mediante un testimonio vivido, de fidelidad al Señor Jesús, de pobreza y desapego de los bienes materiales, de libertad frente a los poderes del mundo, en una palabra, santidad".

25 Y en el número 76 dice: "testigos auténticos", no sólo la obra, los contenidos, sino la persona misma de los evangelizadores; por lo tanto, autenticidad, verdad, transparen­cia, y más adelante: “A los que nos dirigimos nos preguntan tácitamente o a grandes gritos ¿crees lo que anuncias?, ¿vives lo que crees?, ¿predicas lo que vives? Y termina diciendo "el mundo exige de los evangelizadores que hablen de un Dios que ellos mismos conocen y tratan familiarmen­te, exige y espera sencillez de vida, espíritu de oración, caridad para con todos, especialmente para los pequeños y los pobres, obediencia y humildad, desapego de sí mismo, renuncia, sin esta marca de santidad, nuestras palabras difícilmente abrirán brecha en el corazón de los demás y corre el riesgo de hacerse vana e infecunda".

26 Un discipulador debe tener:
Cualidades humanas natura­les, sensatez, equilibrio, prudencia, sentido común; Cuali­dades cristianas, todo guía debe tener suficiente espiritualidad; Cualidades de conocimiento, gente inteli­gente y esto no quiere decir gente con títulos profesionales, ni académicos, sino gente despierta de visión, de capacidad de ubicar las cosas, de entender lo secundario y accesorio, lo esencial y lo accidental y con un suficiente conocimiento proporcional a la tarea que va a realizar, y cualidades de integración eclesial. Y sobre todo la experiencia espiritual correspondiente.

27 Que sepa traducir en sus propios conceptos y en palabras lo que está viviendo y el ideal de vida cristiana para podér­selo comunicar a otro y que pueda entender lo que el otro está viviendo para ayudarle a caminar. Pero siendo realistas garantizar un mínimo y luego ir capacitando a las personas en la línea espiritual y que sean personas que en aquello que van a acompañar, estén real­mente caminando, que crea en lo que él dice a otros, que lo quiera sinceramente para sí mismo y que esté haciendo un sincero esfuerzo para vivirlo, y que se note el sincero esfuerzo de encarnarlo en su propia vida. Ya que necesi­tamos muchos discipuladores, tenemos que echar mano de lo que tenemos y capacitar mejor y quizás en las siguien­tes generaciones, viene gente más formada, crecida y se sustituye o se forma mejor a los que empezaron.

28 DISCIPULADOR IDÓNEO El discipulador es gente un poco más crecida que los otros. Hay que buscar persona por persona, para ver cual es el discipulador adecuado para ella. Aunque personas suficientemente sensatas, responsables, respetadas, pue­den discipular a hombres y mujeres; en principio es mejor que se discipulen de hombre a hombre y de mujer a mujer, lo mismo ver el aspecto de edades. Subra­yando que el discipulador no es ninguna autoridad sobre el discípulo y que no debe meterse en el fuero interno de la conciencia, ni en las cosas íntimas y confidenciales de la persona, a menos que él quiera confiarlas. Hacer esta entrevista, podríamos decir que, consiste en revisar juntamente, en clima de oración, cómo está su vida en las seis áreas del discipulado.

29 Hay que pensar en las personas también,
por razón de edad. de madurez espiritual cristia­na. por cuestión cultural incluso. hay que tener en cuenta cada persona, para ver quien la discípula. Considerar su situación, su sexo, su edad. Su nivel cultural, circunstancia de su vida. Su ubicación religiosa en formación doctrinal, Por eso hay que tener en cuenta persona por persona Hay algunas que, aunque recién nacidas en este sistema pastoral y en este sistema de evangelización, pudie­ron haber llevado una vida cristiana lo suficientemente sólida en algunos movimientos y tienen formación doctri­nal, experiencia cristiana, experiencia apostólica a veces mayor que los otros. Hay que ver quién es el discípulo para ver que discipulador le conviene.

30 Ahora, describiendo un poco las cosas en el cumplimiento de la función por parte del discipulador.
Primero: No hay ningún tipo de autoridad sobre la otra persona en ningún campo, es sólo un hermano mayor que acompaña a otro en su caminar, esto hay que cuidarlo mucho porque ha habido muchas desviaciones en esta línea. Segundo, en el fuero externo y no en el fuero interno de la conciencia moral, sobre todo en el pecado y en la línea espiritual profunda, ya que nadie tiene derecho de meterse en la conciencia en la práctica concreta, alguna persona le tiene tal confianza al discipu­lador que habla incluso cosas del fuero interno, pero no es necesario ni mucho menos se pide o se exige, ni directa, ni indirectamente, incluso cuando el otro toma la iniciativa se le frena, ahora si la persona se empeña, es libre de comu­nicar su fuero interno con quien quiera.

31 Pero entonces lo que se llama el secreto profesional, el sigilo sacramental, se aplica en el discipulador y respalda el absoluto sigilo de lo que se conoce en este terreno, no puede comunicar con nadie lo que sabe en el discipulado, ni con el equipo, ni con los responsables de alguna área, ni con el sacerdote, y si es un problema que necesita consejo de alguien que sabe más, o uno consulta sin decir de quien se trata, o se le dice a la persona. “tú consulta o si quieres que yo consulte, me das autorización, porque yo no tengo capacidad de darte una respuesta adecuada” Y así evitar conflictos en una inadecuada dirección. En cuanto a los contenidos, aunque las seis áreas tocan prácticamente todas las dimensiones de la vida, es a partir del núcleo religioso y lo no religioso, familia, trabajo y lo civil, por razón de la exigencia cristiana; entonces, a partir de los valores religiosos, éticos y cristianos, se toca lo familiar, laboral y social.

32 Aparte del discipulado, si yo tengo conocimientos, los puedo compartir, pero no se trata de eso, un discipulador puede conocer de negocios, economía, cuestiones labora­les, de política, pero a eso no se refiere el discipulado, sino a la transformación espiritual, la coherencia cristiana y evangélica, su integración comunitaria y su compromiso apostólico y cómo se está reflejando concéntricamente en los ambientes de todo seglar, la familia, el trabajo y el compromiso social general con todo lo que implica esto. Y así, transformando a todo el hombre y a todas las situa­ciones del hombre, la salvación debe ser de todo el hombre y de todas sus situaciones, hombre nuevo, pero crecido y maduro y mundo nuevo, que se va transformando en extensión y en intensidad.

33 ORGANIZACIÓN

34 Al principio los del equipo discipulan a los que se evange­lizan y cuando la parroquia ya tiene gente a tiempo com­pleto, va haber una cadena escalonada de discipulamiento, en primer lugar está el párroco, que debe discipular a los del consejo parroquial, a los que dan tiempo completo, a los de un año y especial­mente a los jefes de sector y de ministerio. Y cuando una parroquia evangelizadora empieza a tener cientos y miles de evangelizados, es Imposible que el párro­co los discipule a todos, ni puede, ni debe, sino en la medida del crecimiento y la organización, los jefes de sector disci­pulan a otros y los de este nivel discipulan a otros. Pero recordemos que la línea de autoridad sólo es en la acción pastoral, y el discipulado incluso, no coincide con la línea de autoridad pastoral, yo puedo discipular a otro pero no depende de mí en la acción pastoral.

35 Lo que hay que constatar y eso le toca, cuando ya funciona, a los jefes de sector y después a un responsable del disci­pulado general en la parroquia, que todo mundo tenga un discipulador y que funcione sana y adecuadamente. En la línea propia de la organización del discipulado, hay que ver varios aspectos: En primer lugar, la designación adecuada de los discipuladores, con las cualidades que ya señalamos Después, designarles a las personas a quienes van a discipu­lar, con los criterios que ya señalábamos, sexo, edad, cultu­ra, tiempo disponible y que no haya algún tipo de conflicto relacional entre uno y otro, si es que se detecta.

36 Por lista cada evangelizado debe tener discipulador:
Todos deben ser discipulados, aunque no todos son discipulado­res. A nivel parroquial o sectorial, según esté ya organizada la parroquia. Hay que estar revisando periódicamente que en la práctica todo mundo lo tenga y que esté funcio­nando. Luego, suponiendo que todo lo anterior está garantizado, supervisar la tarea: Qué implica. La formación previa y permanente de los discipuladores, sobre todo en los crite­rios que se señalaron. También constatar la asimilación. Que se cumpla bien y con frutos.

37 Esa supervisión puede hacerse de varias maneras:
Cuando son pocos, puede ser centralizada a nivel parroquial, di­recta o mediatizadamente, por una persona o por un equi­po. Si son muchos, una sola persona, a nivel parroquial no puede, ya que toda verdadera supervisión debe de­scender hasta la persona y hasta la acción, por lo tanto, implica un equipo en proporción del número de los evan­gelizados y de los discipuladores. Evidentemente, el supervisor debe tener una visión más completa, ciertas cualidades y condiciones. Cierta capa­cidad de supervisar a otros, ya que hay personas que reali­zan bien la acción de forma directa, pero no sirven para dirigir o supervisar a otros. Deben ser personas seguras de sí mismas, con ideas claras, capaces de relacionarse con los demás y no provocar conflictos.

38 Evitar los extremos: Uno, la extrema suavidad que no sirve para nada. Otro, la rigidez que sólo provoca conflictos o temores. Pero siendo realistas, no existen líderes perfectos, por lo tanto, hay que buscar personas que tengan las condiciones más fundamentales y que, adecuadamente dirigidos o su­pervisados y en equipo para que se complementen, funcio­nen efectivamente. Ahora entendamos lo que se quiere decir con supervisión, es ante todo un acompañamiento para ayuda y ésta también es corrección cuando algo no funciona. Lamentablemente hay muchos que no son capaces de ser objetivos, de opinar o intervenir y de actuar en vistas al verdadero bien de las personas, de quienes servimos y de la obra que es el Reino de Dios en último término.

39 Por eso, para la elección de las personas, debe haber un período inicial de supervisión para formarlo, corregirlo o quitarlo, porque no conocemos si una gente funciona hasta que la ponemos a trabajar y supervisándola, si no, no nos damos cuenta cómo lo está haciendo. Ahora, servir tiene doble significado: Servir a otra persona o a otra realidad. Servir en el sentido de funcionar. Todos debemos tener este criterio muy claro y los que son respon­sables de otros tienen la obligación y la responsabilidad de supervisar y tomar decisiones necesarias para que el servi­dor que depende de él funcione, así como él depende de otro.

40 Por eso la organización del servicio debe garantizar que haya personas con estas cualidades y capacidades y esto implica formación previa y durante la acción, acom­pañamiento y al menos que los que están más arriba sepan un poco más. Y de ahí nuestra responsabilidad como sacerdotes, y pri­mero debe revisarse a sí mismo, formarse y ubicarse, porque si él no funciona, difícilmente van a funcionar los demás. Se supone que la organización es para mejorar la situación y se necesita una visión amplia, sabiduría práctica y entrega, pero en el fondo una idoneidad humana y espiritual, y sentido de cuerpo, en donde hay articulación de miembros y cabezas, en diversos niveles, porque en último término la motivación es de orden espiritual, como miembros del cuerpo de Cristo, Él es la cabeza y el Espíritu Santo es el motor.

41 CONCLUYAMOS En el Reino de Dios los contenidos y las acciones son iguales. Si la intención y motivación de la persona es realmente trabajar en el Reino. Entonces la calidad de la acción, la eficacia de la acción, la calidad del producto, la obra de Dios es el bien de las personas. Es el último criterio y luego los recursos humanos y materiales más calificados.


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