Descargar la presentación
La descarga está en progreso. Por favor, espere
Publicada porGabriel Marín Quintero Modificado hace 7 años
1
“La tibieza se considera la enfermedad más peligrosa de la vida espiritual” (PAPA Francisco,2014).
La importancia de formar promotores (as) vocacionales, formadores y formadoras.
2
Un tiempo para humanizar la vocación
Es a partir del hombre, que conocemos a Dios y es ahí la primera implicación del año de la vida consagrada. Humanizar nuestra vocación es hacernos conscientes de nuestra realidad como personas; de un cuerpo que es el vehículo de nuestra humanización, el cuidado, los procesos preventivos, el descanso, la alimentación y el sano esparcimiento. Discernir entre lo urgente lo necesario y lo importante ya que el activismo cobra factura con el paso del tiempo.
3
Muchas de las crisis que vivimos más que ser vocacionales son humanas
“Lo que no está integrado, se desintegra” (Cencini) El acercamiento integral busca hacer justicia al misterio de la persona teniendo en cuenta lo individual y lo colectivo, el interior y los aspectos exteriores que simultáneamente están presentes en cada circunstancia; por lo tanto el mundo interior de un formando es tan importante como el exterior.
4
La Formación humana ha sido calificada en reuniones y capítulos congregacionales como “la prioridad de prioridades”. La realidad es que la selección y formación de promotores vocacionales y Formadores es un trabajo que implica sensibilidad y conocimiento de la necesidad de la congregación de tener comunidades más sanas para lograr sus objetivos.
5
En el año de la vida consagrada estamos llamados a ser más conscientes de lo que somos (humanos) y esto ha sido el aspecto más descuidado en la Formación.
6
Personas buenas sin preparación para esto son destinadas al ministerio de la formación de “la noche a la mañana” y esto puede llevar a dejar la Formación a los cambios de humor que el Formador o el promotor puedan tener, el Formador debe estar en contacto con su propio desarrollo espiritual y humano para facilitar el proceso de crecimiento de los Formandos. Los objetivos a largo plazo pueden ser sacrificados a favor de las urgencias a corto plazo, provocando una situación de mediocridad en el proceso de formación.
7
Conclusión Solo una formación que mantiene encendidas las dos pasiones que consumen el corazón de la persona consagrada puede llamarse verdaderamente transformadora. “Pasión por Cristo y pasión por la humanidad” he aquí la importancia de que Formadores y Promotores vocacionales sean formados humanamente para formar.
Presentaciones similares
© 2025 SlidePlayer.es Inc.
All rights reserved.